La opinión de los expertos argentinos y el Ministerio de Salud sobre la decisión de Florida de eliminar la vacunación obligatoria
La medida del estado norteamericano prevé suprimir de las escuelas ese requisito para poder cursar
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La decisión del estado de Florida, en Estados Unidos, de eliminar la exigencia de vacunas para asistir a la escuela generó un fuerte rechazo en la comunidad científica argentina y en el propio Ministerio de Salud de la Nación. El anuncio fue realizado por Joseph Ladapo, jefe de Salud del estado, en una conferencia en Tampa donde llegó a comparar la obligatoriedad de las inmunizaciones con la esclavitud.
La medida deja sin efecto décadas de políticas sanitarias que habían logrado controlar enfermedades como el sarampión, la tos convulsa, la polio y la hepatitis B, entre muchas otras.
“Es aberrante”, resumió el infectólogo Eduardo López, jefe del Departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, al referirse a la iniciativa que suprime una herramienta clave de prevención en la salud pública.
Recordó que en lo que va del año Estados Unidos ya registró más de 1400 casos de sarampión y tres muertes. En contraposición, subrayó que en la Argentina la vacunación es un derecho y una obligación establecida por ley nacional, por lo que una normativa semejante “no es aplicable” en el plano local.
En mayo de este año, uno de los funcionarios más controvertidos de Donald Trump, Robert F. Kennedy Jr., actual secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos y reconocido activista antivacunas, visitó la Argentina. Fue recibido con honores por el presidente Javier Milei, un gesto que, sumado a la afinidad ideológica del gobierno libertario con el de Trump, encendió las alarmas en torno al rumbo que podría tomar la política de inmunización en el país.
Sin embargo, frente a la decisión adoptada en Florida, el Ministerio de Salud de la Nación se desmarcó con claridad: “Las vacunas del calendario nacional son seguras y eficaces. Trabajamos para que las jurisdicciones mejoren las tasas de vacunación. Esa es nuestra preocupación”, señalaron desde la cartera sanitaria.
La polémica medida de Florida se inscribe en un clima de escepticismo creciente en torno a las vacunas dentro del gobierno federal estadounidense. Kennedy desplazó a directivos del los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), disolvió el comité asesor independiente sobre inmunizaciones y promovió a funcionarios con posturas críticas frente a la vacunación.
Estas decisiones desencadenaron renuncias de referentes sanitarios que alertaron sobre el riesgo de retroceder en los logros alcanzados en materia de inmunización. Hasta ahora, Florida exigía un esquema completo para niños y adolescentes en escuelas y guarderías, con vacunas contra polio, hepatitis B, sarampión, varicela, difteria, tétanos y tos ferina (tos convulsa) entre otras. Ese andamiaje normativo quedaría ahora sin efecto.

Los especialistas argentinos coinciden en que la decisión puede abrir la puerta a la reaparición de enfermedades que estaban bajo control. Hugo Pizzi, epidemiólogo, consideró que lo que ocurre en Florida es “un espanto” porque supone olvidar lo que sufrió la humanidad en el pasado.
“Las vacunas erradicaron la viruela, la poliomielitis, el sarampión, la hepatitis y otras patologías que diezmaron poblaciones. Estados Unidos ya tiene brotes de sarampión en cinco estados, con más de 200 casos en Texas y tres muertes. No podemos retroceder”, remarcó.
Pizzi recordó que en la Argentina también hubo alertas recientes de sarampión, como el caso de la niña rusa que contagió a su familia y a compañeros de trabajo en Palermo. “Estamos mal porque ha bajado notoriamente el índice de vacunación. Si no tomamos conciencia, vamos a volver a sufrir enfermedades que estaban dominadas”, advirtió.

En esa misma línea, Daniela Hozbor, directora del grupo VacSal de la Universidad Nacional de La Plata e investigadora del Conicet, señaló que la noticia es negativa no solo para Florida, sino para el mundo. “Las vacunas protegen al individuo, pero también generan inmunidad comunitaria. Para alcanzarla necesitamos más del 90% de cobertura y por eso deben ser obligatorias. Lo contrario es un retroceso”, afirmó.
Rechazó además el argumento de la libertad individual como excusa para no vacunarse. “Los derechos de las personas se extienden hasta tanto no afecten los de los demás. Al no vacunarnos, perjudicamos a embarazadas y a personas con enfermedades inmunitarias que no pueden recibir ciertas vacunas”, explicó.
Pizzi sumó otra preocupación: la necesidad de reforzar la medicina del viajero. Recordó que durante la pandemia de Covid muchos argentinos viajaban a Florida porque no exigían vacunas y que esa permisividad atrajo nuevos residentes. “Son atrasos. La cantidad de gente que puede morir sin estar vacunada es tremenda”, sostuvo.
Para dimensionar la importancia de la inmunización, citó un estudio multicéntrico de la OMS y la Oficina Sanitaria Panamericana que calculó que, de no existir la vacuna contra el sarampión, entre 2000 y 2024 se hubieran perdido 60 millones de vidas en el mundo. “Hay cosas que son incontrastables”, concluyó.

Hozbor coincidió en remarcar el riesgo global de la decisión de Florida. Explicó que las enfermedades infectocontagiosas atraviesan fronteras con facilidad y recordó, al igual que Pizzi, que el último brote de sarampión en la Argentina ingresó por un viajero no vacunado. “Las vacunas son útiles si las usamos y en el porcentaje que se requiere para lograr tanto el efecto directo como el indirecto”, advirtió.
La Argentina, en cambio, se mantiene en la vereda opuesta. El Ministerio de Salud insiste en la importancia del calendario nacional gratuito y obligatorio, con 20 vacunas que protegen contra más de una docena de enfermedades. Algunas provincias, como Mendoza, incluso establecieron sanciones económicas y judiciales para quienes no vacunen a sus hijos: primero una multa de 84.000 pesos, luego otra de 300.000 y, en última instancia, la detención. Para Pizzi, estas medidas reflejan el camino correcto: “Hay que cumplir con la normativa de inmunización. Es la ley nacional”.
La controversia abierta en Estados Unidos no es un debate lejano. Para los expertos argentinos, la caída en las tasas de vacunación locales es una señal de alerta que obliga a reforzar la comunicación y la concientización. El fantasma de enfermedades como sarampión, tos convulsa o paperas sobrevuela no solo a Florida, sino a cualquier ciudad donde se debiliten las coberturas.
El consenso entre infectólogos, epidemiólogos y autoridades argentinas es contundente: la vacunación es un derecho, una obligación y la herramienta más poderosa para proteger a la población.
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