
Lanzan los pliegos para el nuevo sistema de recolección de basura
Competencia: el contrato para la higiene de la ciudad cuesta ahora 200 millones de pesos anuales que, a partir de mediados del año próximo, se ajustará en un 15 por ciento y se disputará entre cuatro empresas.
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El gobierno de la ciudad de Buenos Aires enviará durante los próximos días al Concejo Deliberante los pliegos de licitación para el nuevo servicio de recolección de residuos. El hecho ha generado expectativa y los tiempos parecen claros: el nuevo mecanismo debe comenzar a funcionar a mediados del año próximo después de más de 16 años de vigencia del actual.
Tras los informes sobre el tema que ofreció al cuerpo la semana última el secretario de Producción y Servicios, Nicolás Gallo, se estima que la iniciativa será aprobada.
Y, por lo que trascendió, se descuenta que el bloque justicialista no se opondrá al proyecto de la administración de Fernando de la Rúa.
Diferencias
¿Cuál será la diferencia más importante entre el actual servicio y el que se viene?
En primer lugar la Comuna dijo que se ahorrarán unos 30 millones de pesos respecto de lo que se gasta actualmente.
La referencia es importante. Buenos Aires gasta no menos de 200 millones de pesos al año en recolección de basura y semejante cifra que convierte al contrato en el más caro que paga la ciudad.
Se buscará también un mejor servicio a partir de la competencia entre las empresas concesionarias ya que se decidió dividir a la ciudad en cinco zonas (actualmente está dividida en tres) de las cuales se licitarán cuatro.
Otros plazos
Los nuevos contratos tendrán vigencia por cuatro años desde su firma y podrían ser prorrogados por otros cuatro más, medida que quedará a consideración de la Comuna.
El voluminoso pliego, al que accedió La Nación en forma exclusiva, establece en una de sus primeras cláusulas que una misma empresa podrá presentarse para competir por cualquiera de las zonas que se licitarán, aunque sólo podrá ser adjudicataria de una.
Esto significa que el servicio estará a cargo de cuatro y no de dos empresas (Manliba y Cliba) como sucede por estos días.
El pliego establece también que una zona quedará en manos de la comuna porteña y que será administrada por una cooperativa de trabajo que a su vez será supervisada por el gremio del personal municipal.
Interpretaciones
Esto es considerado como un gesto de acercamiento con vistas a una convivencia pacífica entre del jefe de gobierno y los alicaídos gremialistas.
Pero no todos opinan igual.
El ex edil Roberto Azaretto (Partido Demócrata) dijo que "la zona a cargo de la ciudad origina un gasto de tres millones de pesos al mes por lo que se debería haber privatizado".
Agregó: "Dicen que quieren bajar los costos de la ciudad, pero parece que los compromisos con el gremio son más fuertes y habrá que seguir pagando por algo que se podría privatizar".
Fernando de la Rúa pidió expresamente que que se incorpore una cláusula anticorrupción que anulará inmediatamente el vínculo entre la empresa y la comuna porteña ante la presencia de irregularidades.
Un poco de historia
La historia de la concesión de la recolección de residuos en la ciudad se remonta a 1980 cuando el entonces intendente, Osvaldo Cacciattore, llamó a licitación y le adjudicó casi las tres cuartas partes de la ciudad a Manliba.
Por esa época la Municipalidad de Buenos Aires abonaba cinco millones de pesos mensuales, aunque ahora, con el incremento de la producción de desperdicios y los servicios adicionales que se fueron incorporando (como la limpieza de las plazas) los valores treparon a casi 10 millones de pesos mensuales, el más alto que se paga.
En un primer momento se había dividido a la ciudad en dos: el 70 por ciento había quedado en manos de Manliba y el resto a cargo de la Comuna.
En 1987, el intendente Facundo Suárez Lastra, decidió achicar la zona municipal y llamó a otra licitación que ganó la firma Cliba que finalmente se quedó con el 20 por ciento de la recolección de la ciudad y la Comuna se achicó al 10 por ciento.
El contrato de Manliba había sido firmado por 10 años con cinco de prórroga opcional, pero finalmente y si se cumple con los plazos establecidos, habrán superado los 16.
Requisitos
La Comuna solicitará a las empresas que presenten ideas y proyectos para construir una planta de tratamiento de residuos en la ciudad que sería explotada en forma conjunta por las cuatro concesionarias. Podrán presentarse oferentes nacionales y extranjeros, aunque la participación local no podrá ser nunca inferior al 50 por ciento.
Entre las exigencias económicas se pide que los postulantes tengan una facturación anual mayor a los 25.000.000 de pesos y su patrimonio debe ser superior a los 12.000.000 de pesos.
Aunque a la hora de las penalidades se notó cierta flexibilidad.
Por caso, habrá un período de gracia de 60 días corridos desde la puesta en marcha del nuevo servicio en el que la Comuna no penalizará a ninguna empresa para buscar "una buena relación entre el gobierno de la ciudad y los contratistas" dice textualmente el pliego.
Finalmente se establece que se construirán en cada una de las zonas, estaciones de transferencia y bases operativas que estarán ubicadas en Colegiales, Flores, Pompeya y Chacarita.
Oferentes
Como la actual administración decidió dividir a la ciudad en cinco zonas, de las cuales licitará 4, y prohibió que una misma empresa administrara más de una, se espera que varias empresas extranjeras se presenten en el concurso. A las que actualmente trabajan para la comuna porteña, Manliba y Cliba, se le sumarán otras. Entre ellas se pudo saber que hay interés de Enterpa, de Brasil; Waste, Browning Ferries y SCSService de Estados Unidos y Focsa, de España, que acaba de ganar una licitación en la ciudad de Avellaneda.
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