Las picadas no tienen freno en Buenos Aires

En un operativo policial realizado ayer por la madrugada fueron multados nueve conductores de vehículos por circular a alta velocidad, en los barrios porteños de Núñez y Palermo. Dos automóviles estaban corriendo una picada cuando la policía les hizo detener la marcha.

Según informó el comisario Juan Defagott, un Fiat Palio y un Mercedes-Benz fueron retenidos por el personal policial en la avenida Lugones,cerca del cruce con la avenida Sarmiento, pues sus ocupantes realizaban una carrera en forma ilegal.

"Aunque no estaban especialmente preparados para correr, los vehículos circulaban a 150 km/h y, sin lugar a dudas, estaban disputando una carrera", explicó Defagott. A los conductores de los otros siete coches se les labró un acta también por exceso de velocidad, aunque los vehículos no fueron retenidos.

El personal policial se ubicó estratégicamente en las avenidas Sarmiento, del Libertador, Costanera Rafael Obligado, Leopoldo Lugones, y las calles La Pampa, Udaondo y Jerónimo Salguero, las arterias donde suelen correrse picadas.

El 30 de agosto último, en Núñez, Sebastián Cabello causó la muerte de una veterinaria y su hija de tres años mientras corría una picada con el conductor de otro automóvil.

El joven, de 19 años, estuvo preso ocho días y fue excarcelado. Fue procesado por el delito de homicidio culposo por el juez correccional Luis Schelgel, pero la Cámara del Crimen consideró que el caso podía encuadrarse en la figura de homicidio simple -la muerte que se comete con intención-, delito que prevé una pena de ocho a 25 años de encierro.

Mediación frustrada

Ayer por la tarde, Cabello no se presentó a la primera audiencia de mediación civil, en la que debía enfrentarse a los familiares de Celia Carman y su hija Vanina, que fallecieron cuando el Renault 6 en el que viajaban se incendió tras ser embestido por el Honda Civic de Cabello, especialmente "retocado".

La reunión estaba prevista para las 14.30, en Rodríguez Peña 660, pero luego de aguardar durante más de media hora a Cabello y a su patrocinante, Gabriel Ramos, los familiares y el abogado de las víctimas, Marcelo Parrilli, se retiraron del lugar.

Alberto Requeira, mediador dispuesto por el juez civil interviniente, sancionó a la familia Cabello con una multa de 300 pesos por no concurrir, dijo Parrilli.

Mientras la mediación por la picada fatal de Núñez se frustraba, otra picada tenía lugar en Puerto Madero. Un taxi fue chocado ayer por el conductor de un Fiat Uno que corría una carrera y no tenía registro.

Según relató Heraldo Rodríguez, familiar del taxista, el Fiat Uno corría una picada con un Fiat Palio a gran velocidad por Rosario Peñaloza y chocó de costado al taxi, un Peugeot 504. Aunque no hubo heridos, los bomberos de Prefectura Naval tuvieron que asistir a uno de los pasajeros del taxi, que quedó atrapado en el auto.

Año y medio de cárcel a un colectivero

Un nuevo fallo confirmó ayer que ahora la Justicia es más severa con quienes matan al conducir un vehículo: un colectivero que en 1995 causó la muerte de un joven, y luego se fugó, fue condenado a un año y medio de prisión de cumplimiento efectivo.

Miguel Angel Scarpino, de 32 años, estará en libertad hasta que quede firme la condena en contra de él por el delito de homicidio culposo, indicaron fuentes judiciales.

La jueza correccional Mónica Atucha de Ares responsabilizó ayer a Scarpino por la muerte del motociclista Pablo de Márquez Pereyra, que el 2 de julio de 1995 cayó en el pavimento, en la intersección de la avenida Cruz y Mon, en el barrio porteño de Flores.

Instancias de apelación

Según explicó el abogado Gregorio Dalbón, presidente de la asociación Familiares y Víctimas de Accidentes del Tránsito (Favat) y querellante en la causa, "el colectivero pasó por encima del cuerpo de la víctima y le provocó heridas que determinaron su muerte".

Respecto de la situación de Scarpino, si bien representantes de Favat manifestaron que habría "quedado detenido" al término del juicio oral y público, fuentes del juzgado confirmaron la sentencia, pero aclararon que la resolución sólo se hará efectiva una vez que "la condena quede firme".

Eso ocurrirá, dijeron, tras las distintas instancias de apelación que la defensa planteará ante la Cámara del Crimen y la Corte Suprema de Justicia.

En la causa, tanto Dalbón -que actuó en representación de los familiares de la víctima- como el fiscal correccional Guillermo Freile habían solicitado que la pena fuese de cumplimiento efectivo, como finalmente ocurrió.

Ambos basaron su pedido en "la conducta posterior al hecho" que adoptó el desaprensivo chofer, al continuar la marcha, hasta que fue detenido por vecinos a varias cuadras del lugar del accidente.

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