Le extrajeron semen a un cadáver
El muerto es un español que pasaba su luna de miel en Buenos Aires y que murió en un hotel céntrico.
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Una ingeniera española de treinta años que pasaba su luna de miel en Buenos Aires logró que un juez argentino autorizara la extracción de semen del cadáver de su esposo, que murió anteayer en el hotel Crillón, de la zona de Retiro.
La mujer -cuyo nombre no trascendió- se disponía ayer a regresar a España con el cadáver de su esposo y los espermatozoides que le extrajeron pocas horas después de muerto.
La Justicia dispuso el secreto de sumario sobre el hecho. No obstante, se supo que la pareja se encontraba de luna de miel en la Argentina cuando el esposo, de 35 años, sufrió un ataque cardiorrespiratorio, presuntamente provocado por un edema de pulmón, y falleció, según informó el Cuerpo Médico Forense.
Pocas horas después de la muerte de su marido, la mujer se puso en contacto con el Consulado de España y les comunicó a los diplomáticos su voluntad de extraer semen del cadáver, con la intención de someterse a una inseminación artificial en el futuro.
El juez Raúl Irigoyen, que quedó a cargo del sumario, autorizó la extracción, que fue realizada por personal del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial y un equipo de especialistas comandado por el doctor Santiago Brugo Olmedo, del Centro de Estudios en Ginecología y Reproducción (Cegyr).
El director de ese centro especializado en reproducción, Claudio Chillik, explicó a La Nación que es posible extraer espermatozoides vivos de una persona muerta.
"Se obtiene a través de una biopsia de testículo que debe realizarse como máximo 24 horas después de la muerte de la persona. El semen se conserva congelado", explicó Chillik.
El médico señaló que la operación del español fue exitosa y se realizó a pedido de su esposa.
"Se pudo obtener la cantidad necesaria de espermatozoides vivos, que podrían ser utilizados el día de mañana", informó el médico.
Chillik, de 43 años, se recibió a los 22 años con diploma de honor y obtuvo la beca de la Fundación Rockefeller para estudiar la reproducción humana y la fertilización in vitro.
El debate
Los especialistas en reproducción asistida sostienen que la inseminación post mortem se puede realizar desde el punto de vista médico, pero al mismo tiempo debaten si es éticamente correcto.
Claudio Chillik aseguró que la capacidad procreativa termina cuando muere la persona: "El espermatozoide no es un bien ganancial, es una propiedad individual y no de la pareja", manifestó.
Por su parte, Andrea Marazzi, especialista del Instituto Médico CER, coincidió con Chillik en que, desde el punto de vista médico, la inseminación post mortem es una técnica perfectamente realizable, pero que éticamente "es otra historia".
Ambos profesionales coincidieron en que, desde el punto de vista científico, "el semen extraído entre 12 y 24 horas después de muerto es perfectamente utilizable para inseminar a una persona con una técnica denominada ICSI, que produce el embarazo en el 35 por ciento de los casos".
Chillik señaló que un equipo médico de la institución que él preside realizó la extracción de semen a pedido de la Justicia, pero agregó que no le parece ético el empleo de los espermatozoides del hombre muerto.
"La capacidad reproductiva de un individuo debe terminar con la vida humana. El mismo conflicto se presenta con hombres que conservan una muestra de semen mientras les practican tratamientos contra el cáncer, pero mueren antes de que se realice la fertilización. En estos casos, ¿la persona sobreviviente tiene derecho a utilizar el semen del que murió? El tema es muy discutido", dijo el especialista. El juez Raúl Irigoyen, con la intervención del secretario Daniel Petrone, accedió al pedido de la mujer y encomendó a los expertos del Cuerpo Médico Forense la extracción del semen.
Según las fuentes consultadas, el juez autorizó también a que tomara intervención en el expediente el equipo de médicos que trabajan con Chillik, que fueron propuestos por la Embajada del Reino de España en Buenos Aires.
El hecho fue denunciado ayer en la seccional 15a. de la Policía Federal y, por razones de turno, el sumario por averiguación de las causas del deceso quedó radicado en el juzgado a cargo de Irigoyen.
Silencio en el hotel
Aunque en el hotel Crillón se negaron a reconocer que la joven pareja española se alojaba allí durante su luna de miel, los demás comerciantes de la cuadra de la avenida Santa Fe al 700 aseguraron que vieron un intenso movimiento de ambulancias y patrulleros anteayer a las 10 de la mañana.
Augusto, el empleado de un puesto de diarios situado en la puerta del hotel, aseguró haber visto al matrimonio, que habría llegado diez días atrás a Buenos Aires.
Ayer había custodia policial en el hotel y, aunque los conserjes se negaban a admitirlo, habrían tenido la función de proteger la intimidad de la esposa del fallecido, que se preparaba para viajar a España.
En la embajada de España en Buenos Aires, los nombres de la mujer y su marido se mantuvieron en la más absoluta reserva.
Sólo trascendió que se trataba de un matrimonio joven, recién casado, y que aún no tenía hijos.





