Los chicos lo recordaron con laberintos y poemas

"Leyendo a Borges aprendimos que los libros pueden ser tus compañeros de toda la vida. Los de la escuela te ayudan a estudiar, los cuentos a distraerte un poco y la poesía a pensar y a gozar", dijo Trinidad Lovardo, alumna de 6º grado, mientras doblaba con sus manos un carta que escribió para Jorge Luis Borges en el día del centenario de su nacimiento.

Trinidad es uno de los 217 alumnos de la Escuela Nº1 Casto Munita, de Belgrano, que ayer festejaron el nacimiento del escritor con la lectura de sus poemas y cuentos. Y que, además, pegaron en tres enormes cartulinas tarjetas, dibujos, poesías y cuentos propios inspirados en la obra del poeta centenario.

Los festejos de ayer formaron parte del proyecto "La escuela, un laberinto borgeano", que la institución inició en abril de este año. "El objetivo es que los niños conozcan a Borges, a partir de actividades en las diferentes materias", contó María Giordano, directora del establecimiento.

En Tecnología, los alumnos están construyendo una escuela laberinto, de 1,20 por 0,80 m. En sus dos pisos hechos de madera balsa, la construcción reproduce las 21 aulas del colegio y las une a través de interminables pasillos zigzagueantes. "Tomaron como referencia el edificio de nuestro establecimiento y ellos mismos diseñaron los planos", dijo la directora.

En varias materias

En Plástica, en homenaje al poema "El ajedrez", los alumnos construyeron siete tableros de ese juego sobre los que colocaron alfiles, reinas, caballos y demás piezas hechas de vasos plásticos y pelotas de telgopor.

"Cuando el primer día de clases les hablé de Borges, ninguno de los alumnos lo conocía. Tuvieron que buscar información en libros, diarios, revistas y en Internet. A partir de lo que consiguieron realizaron una serie de monografías", dijo Encarnación Pece Didot, docente de Lengua.

Entre sus compañeros de 6º grado, María Paz recortaba una foto del escritor. "Yo no sabía que era tan importante hasta que leí su biografía. Tampoco que había recibido tantos premios, como el Cervantes, ni que había sido director de la Biblioteca Nacional", expresó.

Sentada a su lado, Agustina pegaba hojas con cuentos escritos por ella misma. "Al recolectar información para las monografías nos enteramos de que van a hacer un laberinto de acrílico en París y otro en el Museo de Bellas Artes de Buenos Aires", dijo.

En las clases de Lengua leyeron los cuentos "El hacedor", "El Martín Fierro", "El laberinto", y los poemas "Un sábado", "Los dones" y "El ajedrez", que luego transcribieron a prosa.

"El que más me gustó fue "El hacedor". En él habla de lo que sentía por los libros. Fueron su vida, aun cuando se quedó ciego y no pudo seguir leyéndolos. Fue muy triste para él", dijo Loreley Torrecilla, de 6º, mientras pintaba con un marcador negro la silueta del escritor sobre un papel madera.

Arrodillada sobre una cartulina azul, Trinidad besaba una tarjeta rosa con la inscripción Borges es un arquitecto de la poesía . "El que más me gustó fue el de los dones porque está escrita en una forma rara, linda y llena de dulzura", dijo antes de pegar la carta sobre la cartulina.

En chino

Con dos millones de palabras en caracteres chinos, Pekín se unió a las celebraciones y editó por primera vez las obras completas de Jorge Luis Borges.

Jiang Huan Sun, responsable del proyecto, aseguró a La Nación que las tratativas demoraron seis años, pero que hoy se lo considera "uno de los trabajos más importantes de apertura a la literatura extranjera de este siglo en China".

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