
Los cíber se reinventan para subsistir
Sus dueños reconocen que ya no son rentables y optan por reconvertir sus negocios con nuevos rubros; el aumento de costos y la baja de demanda explican el fenómeno
1 minuto de lectura'

Los cíber, uno de los negocios que proliferaron después de la crisis de 2001, se reinventan para poder sobrevivir. Hay estudios del sector que ponen en evidencia un proceso de reconversión y depuración tanto en Capital como en el interior del país: los cibercafé que no diversificaron sus productos desaparecieron o están en esa vía.
César, dueño de un locutorio y cíber en Charcas 2638, dice a medias que el negocio no va bien. Primero cuenta que en su local de Palermo circula bastante gente porque tiene kiosco, librería, cabinas telefónicas, una máquina de café, venta de tarjetas telefónicas, pago fácil. "Las máquinas son un servicio más pero no se sostiene con esto solo", explica. "Acá en el barrio cerraron muchos porque los números no daban".
El optó por diversificarse y dice que así sobrevive. El costo que paga es trabajar sin empleados y durante 14 horas diarias. Ya está cansado de esta vida, dice y se le nota en su cara. "Lo tengo a la venta al local. Pido 50.000 pesos. Hacéme publicidad", pide César. Cuenta que cuando lo venda se va a vivir al interior de la provincia, a Arrecifes. También está cansado de la inseguridad en capital: "Seis veces me robaron en seis años. Con armas y todo".
Según un estudio de la consultora Carrier y Asociados, desde 2004 el negocio de los cíber empezó a declinar. El alza de los alquileres, que representa el 44% de los costos, y de los sueldos, con una incidencia del 25%, no se compensó con la leve suba del alza en el precio del servicio (subió un 13%).
El director de la consultora, Enrique Carrier, explica a lanacion.com las razones de esta "depuración" de cíber: "A los costos crecientes se le sumó el explosivo desarrollo de la telefonía celular y de la banda ancha", precisa. Agrega que la estrategia por la que optaron muchos para sobrevivir es diversificarse. Así, considera, podrán sobrevivir, "aunque no hacerse ricos", aclara.
lanacion.com sigue de recorrido por los barrios Palermo y Barrio Norte. En el cíber de Pueyrredón y Mansilla, Alejandra muestra que en su local lo central siguen siendo las computadoras y las cabinas telefónicas. Pero de a poco se fueron sumando el kiosco, la heladera de bebidas frescas y, cuando llega el frío, agregan chocolates. "Es para que se entretengan un rato más en las computadoras", confiesa.
En la vidriera del negocio también se anuncia revelado de fotos digitales y entrega de informes Veraz. "Así vamos tirando, pero acá en el barrio cerraron muchos en los últimos años", dice. "¡Si había varios por cuadra!", recuerda, como asombrada.
Más desesperanzado, a una cuadra de Alejandra, en el cíber de Pueyrredón al 1600, un empleado responde cortante. "No va bien el negocio. ¿Qué querés que te diga?", dice. "No es algo que me agrade". Invita a mirar el estado de las máquinas, algunas de las cuales ya están desconectadas y abandonadas en un rincón. Al frente de las cabinas telefónicas una franja de varios escritorios alojan estas máquinas de pantalla negra.
Un pequeño local de Pueyrredón y Beruti se promociona como Locutorio e Internet. En el ingreso hay peluches, helados, un nutrido kiosco y varias cabinas telefónicas. Atrás, al final del local, un par de computadoras esperan clientes. Leonardo, el empleado del lugar, está atareado con el kiosco.
Sobre el negocio del cíber, dice: "La gente ahora tiene Internet en su casa. Acá vienen un ratito de paso por un trámite". Y se sincera al concluir que, a diferencia de otros tiempos, "no podría sobrevivir sólo con lo poco que dejan las máquinas". Se excusa y sigue atendiendo a los clientes del kiosco, el negocio que le da de comer.
<b> Desincentivo. </b> La violencia en los cíber constituye un desincentivo más en este negocio que se contrae. Los hechos de violencia más relevantes que se produjeron en los últimos años:





