
Los clanes narco controlan la violencia en Newell's y Central
El crimen organizado toma sus "soldados" sin que importen los diferentes colores portados en las canchas de los dos equipos de Rosario
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ROSARIO.- Las barras bravas del fútbol rosarino están atravesadas por la dinámica del crimen organizado. No solo los negocios propios de las tribunas pesan en las disputas internas, sino también el narcotráfico, que logró diversificar los emprendimientos propios de los violentos que ocupan los paraavalanchas.
Desde hace unos años, los balazos en los frentes de las casas y negocios marcan a fuego que las disputas dentro del club pueden derivar en muertes. Los conflictos internos más urgentes se centran en Newell's, que atraviesa dificultades a nivel institucional y problemas económicos serios. Pero más allá de la coyuntura deportiva, en Newell's afloraron los problemas cuando quedó vacante el liderazgo de la barra brava tras la detención de Diego Ochoa, alias Panadero, condenado en febrero del año pasado por instigar el crimen de Roberto Caminos, Pimpi, su antecesor.
Un mes antes de morir, en marzo de 2010, Pimpi contrató a la banda de Los Monos para que emboscara los colectivos de la barra de Newell's que volvían de un partido con Huracán en Parque Patricios. Con ametralladoras y armas largas, los tiros traspasaron los colectivos. En el atentado murió un chico de 14 años, Walter Cáceres, que acompañaba a la hinchada.
Los Cantero fueron absueltos en un juicio en el que varios testigos contradijeron lo que habían asegurado durante la instrucción.
Con Pimpi Caminos fallecido y Ochoa preso, los que buscaron hacer pie en las tribunas fueron los Cantero, con Rubén Segovia como delegado de Los Monos, quien terminó asesinado en abril pasado en la cárcel de Coronda, donde estaba preso por tres homicidios. Tubi no solo era el alfil de los Cantero, sino que también pertenecía a la banda liderada por el hijo de Pimpi, Alexis Caminos.
Cuando la banda de los Funes mató a su hermana Marcela Díaz en enero pasado en medio de la guerra entre estos dos grupos narco del barrio Municipal de Rosario, en las tribunas de Newell's se colgó una bandera que rendía honor a la hermana de Segovia, que fue protagonista de una saga sangrienta en torno al liderazgo de la tribuna.
La primera víctima fue Matías Franchetti, quien quedó por unos días al frente de la barra con el presunto aval de Los Monos. En ese momento, Nelson Saravia, quien representaba a Ochoa, que estaba preso, decidió dar un paso al costado, pero el 7 de junio de 2016 fue asesinado al salir del club. Franchetti estuvo preso en Portugal en 2012 involucrado en la causa Carbón Blanco, uno de los mayores contrabandos de cocaína a Europa. Sucedió a Cuatrerito Maximiliano La Rocca, que 21 días más tarde fue asesinado.
Los disparos entre los jefes de la barra afectaron también a los dirigentes. El martes a la madrugada fue baleado con 11 disparos un local de repuestos de autos de Juan José Concina, quien es actualmente secretario general de Newell's. Ayer, fue detenido por este hecho un abogado de la oposición, tras un allanamiento en su casa, en Mitre al 1700.
Es el tercer dirigente de esa entidad que es atacado a balazos. En agosto y septiembre de 2016, el edificio donde vivía el entonces vicepresidente del club Claudio Martínez fue baleado en dos oportunidades. En el segundo atentado los atacantes usaron una ametralladora y dispararon más de 30 tiros, que varios de ellos acertaron en el patrullero de la policía que custodiaba su domicilio ante las sucesivas amenazas. También fue atacado Cristian D'Amico, vicepresidente segundo, a quien intimidaron a balazos.
Del otro lado, en Rosario Central, el liderazgo monopólico de Andrés Bracamonte, alias Pillín, logró que durante los últimos años no se desataran enfrentamientos internos de peso, como ocurrió en Newell's. En el Ministerio de Seguridad de la Nación lo ubican como presunto ideólogo de hechos sangrientos que no están vinculados al negocio del fútbol, sino a otros sectores, como el sindicalismo y el narcotráfico. Según el diputado Carlos Del Frade, "es uno de los principales eslabones de la reconfiguración de la geografía narco de Rosario". Esta semana fue demorado por comercializar entradas destinadas a dirigentes.






