
Los conflictos que enfrentará el planeta
¿Qué sucederá con el mundo en los próximos 30 años? ¿Se sumergirá en una nueva Guerra Fría, como acaba de anunciar Mijaíl Gorbachov, el último presidente del imperio soviético? ¿Estará dominado por China, superpotencia en vías de convertirse en primer actor económico del planeta? ¿Estallará la Unión Europea (UE), víctima de populismos y divisiones irreconciliables? ¿Terminaremos todos dentro del temible "agujero negro" de una siniestra crisis financiera provocada por la escasa productividad y la vejez galopante de los países más avanzados, como lo advierte el FMI?
Predecir el futuro siempre fue difícil. En el momento actual, teniendo en cuenta la multitud de conflictos latentes o en curso y la ausencia de verdaderos centros de poder capaces de controlarlos, es lo mismo que querer ver en una bola de cristal.
Se podría decir, sin embargo, que Rusia probablemente continúe su política de expansionismo en Medio Oriente y en África, agudizando así las tensiones regionales y su enfrentamiento con los países de Europa occidental. Que la UE seguirá sacudida por fuerzas centrífugas venidas del Este y por el incierto peso que tendrá Alemania, actualmente al borde la recesión, una vez que la canciller Angela Merkel haya dejado el poder. Que, si por fin se produce, el Brexit continuará trastornando la vida de los británicos por lo menos durante una década, hasta que el Reino Unido consiga establecer nuevos acuerdos comerciales con la UE y con el resto del planeta. Y que si Donald Trump es nuevamente elegido el año próximo, Estados Unidos seguirá renunciando a todos los objetivos estratégicos que lo convirtieron en la superpotencia dominante de los últimos 70 años, abandonando aliados, desestabilizando regiones y haciendo tabla rasa de organizaciones fundamentales como la OTAN y la ONU.
"Crisis" es el término más utilizado para definir el futuro inmediato, mientras que el "derrumbe de nuestra civilización termo-industrial" es el concepto que domina las perspectivas a mediano plazo. Por los efectos del calentamiento climático, la escasez de recursos naturales, la extinción de las especies, la polución, el exceso de población y las crisis financieras y políticas. En otras palabras, nuestro sistema parece haber alcanzado sus límites físicos.
"Crisis" es el término más utilizado para definir el futuro inmediato, mientras que el "derrumbe de nuestra civilización termo-industrial" es el concepto que domina las perspectivas a mediano plazo
La posibilidad parece tan verosímil que los científicos han abierto un nuevo campo de investigación: la colapsología. Su objetivo es establecer las verdaderas razones del derrumbe de las grandes civilizaciones de la historia y compararlas con nuestra situación actual.
Las proyecciones son aterradoras. A este ritmo, nuestras sociedades solo tienen por delante algunas décadas de relativa estabilidad. Para algunos, el fin del mundo comenzará en 2030. Michel Loreau, director del Centro Francés de Teoría y Modelización de la Biodiversidad, corrige esa fecha: "Nuestras simulaciones -asegura- señalan 2080 como el límite a partir del cual el nivel de destrucción de los ecosistemas provocará el derrumbe de la población mundial." Por suerte, los científicos también señalan que esos sistemas no son lineales: una pequeña acción en el lugar y el momento justos podría provocar enormes cambios positivos.
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