“No puedo llegar temprano a estudiar”: los metrodelegados paralizaron las seis líneas de subte por dos horas
Tras la muerte de otro trabajador, vuelven a denunciar la presencia de asbesto en la red; la respuesta de la concesionaria
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Los trabajadores de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (Agtsyp), más conocidos como los metrodelegados, iniciaron el paro de dos horas en todas las líneas del subte y el Premetro. La medida de fuerza, que comenzó a las 13 y se prolongará hasta las 15, fue definida tras el fallecimiento de un trabajador de la línea D, que el gremio vincula con la exposición al asbesto, un material considerado cancerígeno. En paralelo, una vez comenzado el paro del servicio, hubo contratiempos entre los más de 100.000 usuarios afectados, que multiplicaron las esperas en los andenes de trenes y las paradas de colectivos de los principales centros de transbordo de la ciudad de Buenos Aires, como Retiro y Constitución.

Marcela, vecina del partido bonaerense de San Martín, se enteró del paro una vez que se bajó del tren en la estación Urquiza del ferrocarril Mitre y quiso combinar con la línea B. “No estaba al tanto. Ni vi el noticiero, vine por un trámite para la obra social que tengo que ir a hacer a microcentro”, comentó con sorpresa tras encontrarse con las rejas cerradas en el acceso a la cabecera de ese ramal, Juan Manuel de Rosas. No fue la única desprevenida que se topó con el servicio transitoriamente fuera de funcionamiento. “No te puedo creer, estaba reconfiado. Me bajé del bondi pensando que andaba”, agregó otro usuario sobre una de las entradas de la calle Roosevelt.
El conflicto, que lleva años, se volvió a disparar el viernes de la semana pasada, cuando los metrodelegados lamentaron a través de un comunicado “el fallecimiento del trabajador de la línea D, Walter Berhovet, víctima de cáncer de pulmón producto de la exposición al asbesto”, un material prohibido para ser empleado desde el año 2003 –solía usarse como aislante en revestimiento y en tejidos resistentes– y considerado un riesgo capaz de ser mortal. Su presencia se atribuye a algunos vagones comprados en el exterior, como los Mitsubishi (línea B), los Nagoya (línea C) y los Fiat Cancord (línea E), aunque los trabajadores afirman que se encuentra distribuido en casi toda la red del subterráneo: instalaciones fijas, techos, paredes, recubrimientos e instalaciones eléctricas y sanitarias.
Abril Domínguez tiene 18 años, vive en Tigre y viaja casi todos los días en la línea C desde la terminal de Retiro para ir a cursar en la UADE. “Me afecta bastante porque no puedo llegar temprano a estudiar. Dependo mucho del transporte público, pero no estaba al tanto de la protesta. Usualmente, reviso más que nada el estado del servicio del tren”, comentó en diálogo con LA NACION. Y amplió: “Estoy viendo si pedirme un auto o tomar un colectivo, porque en los colectivos siempre llegás con demora”.
Como manifestación previa y para amortiguar el impacto del reclamo, una hora antes se concretó una apertura de molinetes entre las 12 y 13. En dicha franja horaria, además, Claudio Dellecarbonara, delegado de la línea B del ala izquierda, encabezó una conferencia de prensa en la estación Rosas, en la cual detalló que Berhovet integraba la lista de los 114 trabajadores afectados por asbesto reconocidos por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, y los pasos a seguir.
“El asbesto está esparcido en todo el subterráneo y nos pone en peligro a todos. Seguimos denunciando, este material cancerígeno nos pone en riesgo a todos, tenés 15 compañeros fallecidos, más de 115 afectados y millones [de personas] en riesgo. Que se cambien las formaciones contaminadas y dejen de poner en riesgo la vida de trabajadores”, manifestó Dellecarbonara, que ofició también de vocero frente a los usuarios en la zona de los molinetes de la bocacalle con salida a Triunvirato 4600, donde se abrió la puerta de emergencia para que puedan pasar sin pagar antes del paro de dos horas.
“En toda la red de subterráneos exigimos el retiro del asbesto, exigimos el cambio de las flotas contaminadas y la vigilancia médica para todos los trabajadores. Seguimos peleando por la salud de trabajadores y usuarios. La empresa concesionaria y el gobierno de la ciudad son responsables”, amplió. Hubo presencia de dirigentes de la Junta Interna de ATE del Hospital Garrahan. “La salud es un derecho, nos defendemos junto con los compañeros y las compañeras del Garrahan”, completó Dellecarbonara al respecto.
Desde la firma prestadora del servicio, Emova (ex-Metrovías), negaron el vínculo del asbesto con la muerte de Berhovet, sobre quien se afirmó que atravesaba una “condición médica preexistente, de evolución compleja”, aunque no se brindaron más detalles”. Tanto la empresa como el gobierno de la ciudad reconocen la existencia del material, por lo que desde 2018 se lleva adelante un plan integral de desasbestización de la red. No obstante, niegan una presencia por encima de lo estipulado en la Ley N° 19.587. “Las más de 4000 mediciones realizadas sobre la calidad del aire en todas las áreas de trabajo del subte arrojan resultados considerados adecuados para la salud”, informó Emova sobre los últimos testeos llevados adelante.
“Es una medida de fuerza en repudio a la muerte del compañero Walter, el quinto compañero que murió por el tema de las asbesto. Llamamos a la reflexión y a acentuar que el gobierno de la ciudad y Emova saquen el asbesto del subte porteño”, insistió Néstor Segovia, secretario adjunto de los metrodelegados, desde el Centro de Transbordo de Constitución. “Los que estamos acá dentro del subte ya estamos jugados, algunos sabemos y otros no sabemos si lo tenemos en los pulmones”, alertó. Y sobre la continuidad del conflicto, precisó: “Nosotros no queremos hacer política sobre esto, es un llamado de atención. Fuimos totalmente criticados el año pasado sobre este tema y la consecuencia que tenemos es la muerte de compañeros. Se votó que cada vez que suframos una pérdida así se implementen cortes de dos horas del servicio”.
Sobre el descargo de Emova de que el trabajador del subte fallecido sufría de una enfermedad preexistente, Segovia reconoció que la empresa “en un punto tiene razón, pero en otro no”. En ese sentido, sostuvo: “El compañero tenía una enfermedad que prefiero reservar, pero también tenía asbesto en su cuerpo. Cuando se fue a hacer el estudio, ya tenía cáncer en los pulmones. Entonces, está comprobado científicamente y médicamente que murió por el problema del pulmón del asbesto, no por los problemas que él venía acarreando hace años”.
Antonio tiene 41 años y llegó desde Guernica en el tren Roca hasta Constitución después de las 14 horas. Allí se topó con el ingreso al subte bloqueado y un cartel electrónico pintado de rojo que indicaba que todas las líneas se encontraban “interrumpidas por medida de fuerza gremial”. “Soy diseñador gráfico y me tenía que tomar la línea E para estar antes de las 15 en Parque Chacabuco”, contó a LA NACION. Dijo que “no estaba enterado del paro” y lamentó los descuentos que podría sufrir al llegar tarde a su empleo. “Me hace perder parte del día porque a mí me descuentan las horas”, se quejó. A diferencia de otros, que prefirieron optar por el colectivo, se quedó esperando. A las 15, finalmente las puertas se abrieron y el servicio del subtes recobró su normalidad.
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