No Te Va Gustar abrió los festejos de sus 25 años en el Gran Rex

"El destino quiso que festejáramos en esta ciudad que queremos tanto", decía Emiliano Brancciari ayer poco después de las 21, frente a una sala completa, en el comienzo del show de carácter íntimo y retrospectivo de No Te Va Gustar . Además de la celebración por sus 25 años de trabajo, el primer show del grupo uruguayo en el Gran Rex –dentro de una serie de diez conciertos, que continúa esta noche y se extiende hasta agosto- es también la presentación en Buenos Aires del disco Otras canciones, grabado en vivo en diciembre pasado y editado en abril, en el que reversiona parte de su cancionero en formato desenchufado junto a un puñado de artistas invitados como Jorge Drexler, Julieta Venegas, Draco Rosa y Hugo Fattoruso. "Siempre soñamos tocar acá", seguía Brancciari conmovido. "Gracias por tantos años de cariño, gracias por el respeto."

Con una formación extendida, que además de la habitual sección de vientos y percusión se completó con violín, viola y la participación de la uruguaya Mint Parker como mujer orquesta -en voz, guitarras, mandolinas y ukelele-, No Te Va Gustar aportó matices tímbricos y algunas variaciones rítmicas a un catálogo de canciones que siempre termina resolviéndose en la pregnancia cancina y cercana de la voz de Brancciari y en el pulso dócil de una banda calibrada para aportar variantes al formato canción. Una versión de aroma vodevil de "La única voz", con contrabajo y guitarra dobro con slide; la despojada "En la cara", tan solo con dos guitarras, piano y percusión; y una relectura en clave candombe de "Tirano" ("Hay mucha prensa argentina que dice que tocamos candombe y nunca lo hicimos, hasta ahora", renegó el cantante) apuntalaron la intención ecléctica del primer tramo del show.

Sentado en una banqueta giratoria medio de una puesta de luces bajas y veladores, Emiliano Brancciari iba relatando los orígenes y las anécdotas detrás de cada una de las canciones (como en "Te quedas", compuesta después de la muerte de su abuelo; o en "Verte reír", escrita en plena crisis argentina del 2001) como si estuviera repasando un viejo álbum de fotos frente a su hijo Santino, que miraba desde la platea. "A esta hace tiempo que en Uruguay no la tocamos más y esperemos que no tengamos que tocarla más acá tampoco", dijo antes de "Ilegal", en la que aborda la problemática del aborto clandestino. Después, el escenario se cubrió de luz verde durante varios segundos desatando una ovación cerrada.

Aunque se trataba de la presentación de un disco celebratorio cargado de invitados, solo Juan Subirá, de Bersuit, aportó su acordeón a una versión fogonera a tres guitarras de la originalmente murguera "Clara", y Zoe Gotusso de Salvapantallas, que antes había sido una de las teloneras del show junto al uruguayo Franny Glass, tomó el lugar que en el álbum fue de Julieta Venegas y se hizo cargo de la voz principal de "Chau", para elevar de plano una relectura con banda completa que se ubicó entre lo mejor del set.

Sobre el cierre, NTVG volvía a ajustarse a su consumada versión de estadio, para cargarse interpretaciones eléctricas de sus hits más celebrados: "A las 9", "Cero a la izquierda" y "No era cierto". Después, parado frente a una gran torta de chocolate y crema, Emiliano Brancciari pedía un deseo frente a una bengala chispeante mientras todo el Gran Rex entonaba el feliz cumpleaños por tercera vez: "Ojalá que dure muchos años más..."