
Ocaña dejó de ser la ministra de Salud
Tras las elecciones, como lo había anticipado, presentó su renuncia a la Presidenta; la sucederá el vicegobernador de Tucumán
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Apenas horas después de las elecciones, como lo había anticipado, Graciela Ocaña dejó de ser la ministra de Salud de la Nación. Se había comprometido a un último servicio al kirchnerismo, a no patear el tablero antes de los comicios legislativos. Lo había acordado con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en marzo último, cuando el brote de dengue la expuso en soledad.
Le fue difícil cumplir lo pactado en la última semana, cuando sus pronósticos sobre la gripe A empezaban a cumplirse y otra vez quedaba sin apoyos. La relación con el Gobierno ya no tenía marcha atrás. Ayer le presentó la renuncia indeclinable a la Presidenta.
En la conferencia de prensa que dio por la tarde Cristina Kirchner quedó a la vista la diferencia de criterio con su ahora ex ministra. Como lo hizo con el resultado electoral, la mandataria minimizó el riesgo de la epidemia de gripe A, casi no se refirió a la partida de Ocaña y destacó las opiniones del infectólogo Daniel Stamboulian, cuya palabra pública muchas veces estuvo contrapuesta con la de la ex funcionaria.
La carga pública quedará ahora en manos del hasta hoy vicegobernador de Tucumán, Juan Luis Manzur, nombrado en reemplazo de Ocaña (ver aparte).
Las advertencias sobre el desarrollo de la epidemia de gripe que dio Ocaña tuvieron el mismo destino que sus alertas sobre el dengue: el vacío en el Gobierno. "Soy la única que pone la cara y que trabaja con esto", dijo ella en los últimos días.
La decisión
En marzo último, Ocaña decidió que no tendría más lugar en el kirchnerismo cuando el propio Néstor Kirchner ordenó desautorizarla en el Senado. Frenó entonces el bloque oficialista la votación de emergencia sanitaria por el dengue.
La ministra no se fue en ese momento, en sus palabras, porque nadie se haría cargo de enfrentar esa enfermedad. Pero sí rechazó integrarse en la lista de diputados del Frente para la Victoria. Otra emergencia terminó por sacarla del ministerio.
La semana pasada, reclamó decidir la emergencia sanitaria por la gripe A. Sospechaba que ni siquiera ella tenía los números reales sobre los casos mortales. Está convencida de que son muchos más que los reconocidos oficialmente.
El comité de crisis debía reunirse el martes último. La campaña electoral impidió esa decisión. Una semana después la situación sanitaria está desbordada.
Fue Ocaña la única funcionaria que se refirió al tema. Una situación similar se dio en la provincia de Buenos Aires y en la Capital, donde las principales figuras políticas ignoraron la epidemia y descargaron sus mensajes en sus ministros de Salud.
La falta de resolución conjunta llevó a decisiones unilaterales en varias provincias. Hoy algunas suspenden las clases, otras cierran lugares de concentración de personas, pero todo sin protocolo. Los delegados provinciales sintieron que no podían esperar nada del gobierno central tras la reunión del jueves último del consejo federal de salud.
Los asistentes ya sabían que la presencia de Ocaña sería temporal y que el Ministerio de Salud no tenía capacidad de acción. El peor escenario para un momento de epidemia mortal.
Las hipótesis
La ex ministra Ocaña considera que en el Gobierno no entendieron la gravedad de la gripe A, que todos sus planteos sobre la epidemia quedaron relegados por desencuentros anteriores en su gestión, como su lucha con los gremios por el control del dinero derivado a obras sociales.
En la CGT contaron los días para su salida anunciada. Día tras día también se sumaron muertos por la gripe A sin que se sepa ahora la real cantidad de contagios.
La renuncia de Ocaña, en consecuencia, tuvo que ver con dos episodios sanitarios que provocaron una importante preocupación social, pero quedó enmarcada en una lucha política dentro de un gobierno que está convencido de que la muerte del cartero frenará las malas noticias.
Tres momentos clave
DICIEMBRE DE 2007
Asume en Salud
Tras ser interventora en el PAMI, Ocaña es confirmada como ministra de Salud de la Nación, apoyada por Alberto Fernández.
OCTUBRE DE 2008
El triple crimen
Ocaña impulsa la renuncia de Capaccioli, que manejaba fondos especiales y estaba relacionado con uno de los empresarios de la efedrina asesinados.
MARZO-ABRIL 2009
El dengue
Estalla la epidemia en el Chaco y se traslada al resto del país. Néstor Kirchner se opone a una declaración de emergencia sanitaria.
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