Pocos avances por la tragedia en Flores
A un mes de la tragedia de Flores, cuando chocaron un colectivo de la línea 92 y dos formaciones del ramal Sarmiento, el juez federal Julián Ercolini rastrea el trabajo de los banderilleros que debían haber estado en el paso a nivel de Artigas en el momento en que ocurrió el accidente que terminó con 11 personas muertas y más de 200 heridos.
Así lo informaron a LA NACION fuentes judiciales. La semana pasada, el magistrado hizo un allanamiento en las oficinas de la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA) de la estación Flores para buscar las planillas y otras acreditaciones, pero no encontró información de importancia para la causa porque el servicio está tercerizado, agregaron fuentes con acceso al expediente.
Además, el juez Ercolini aguarda un peritaje que ordenó para determinar el funcionamiento de la barrera los días previos a la tragedia. Ya está acreditado que la mañana del accidente la barrera en el paso a nivel estaba a 45 grados y que a las 6.23 no había ningún banderillero.
En una recorrida de LA NACION por varios cruces del ramal Sarmiento en Flores se advirtió que efectivamente es personal de una empresa de seguridad tercerizada denominada J.B. el que se ocupa de controlar los pasos a nivel durante la noche -más precisamente de 22 a 6- mientras esa firma realiza tareas de refacción en las vías.
"Nuestro trabajo es brindar seguridad y prevención en las estaciones del Sarmiento. Estamos manejando [el cruce de] los trenes nosotros cuando debería ser trabajo de TBA", dijo un empleado de seguridad mientras cumplía tareas propias de un banderillero en el cruce de Boyacá. La concesionaria de trenes no quiso realizar declaraciones a LA NACION.
Según pudo saber LA NACION, los banderilleros de TBA sólo realizan esa tarea entre las 6 y las 22, en dos turnos de ocho horas.
En tanto, las quejas por el funcionamiento de las barreras por parte de los vecinos continúan.
"El 24 de septiembre, a las 16.30, circulaba por Artigas al 100, donde ocurrió el accidente, para cruzar la barrera. Había una fila de vehículos de casi una cuadra. Estuve 15 minutos demorado. En un momento, un guardabarreras levantó la barrera con la mano y la trabó con un palo para que circule el tránsito, acción consentida por el policía federal que dirigía el paso de los vehículos", relató a LA NACION, Juan Ceriani, vecino de Colegiales, que destacó que en ese momento el cruce de la calle Caracas estaba clausurado.
Ese mismo procedimiento fue advertido por este diario el 4 del actual en el cruce de la avenida Nazca. Según el banderillero que dirigía el tránsito, a menos de 50 metros trabajaban operarios en las vías, lo cual disparaba la alarma fonolumínica y, por eso, era necesario poner el bastón para trabar las barreras y así agilizar el tránsito.
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