
Presidio de presidentes
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ISLA MARTIN GARCIA (De un enviado especial).- Algunos la llaman la isla YPF, o de los tres presidentes. Es que en Martín García estuvieron detenidos Hipólito Yrigoyen, Juan Domingo Perón y Arturo Frondizi.
El 6 de septiembre de 1930, el golpe militar encabezado por el teniente general José Félix Uriburu derrocó al gobierno radical de Yrigoyen. El presidente se dirigió a La Plata y allí presentó su renuncia, ante el Regimiento 7 de Infantería.
Allí estuvo hasta el 11, cuando fue embarcado como detenido en el crucero acorazado Belgrano. El 10 de noviembre pasó al crucero Buenos Aires y 13 días más tarde desembarcó en Martín García, donde permaneció más de un año, hasta que fue enviado a la Capital Federal, debido a su delicado estado de salud. Yrigoyen había asumido su segunda presidencia el 12 de octubre de 1928.
"Imaginará cuál ha sido mi dolor al ser detenido por su orden después de los sucesos de estos días", le escribió Perón al presidente Edelmiro Farrell desde el presidio naval de la isla Martín García, el 14 de octubre de 1945.
Hasta entonces, Perón había ocupado los cargos de vicepresidente, ministro de Guerra y titular de la Secretaría de Trabajo y Previsión, organismo desde donde había comenzado a gestar su carrera política.
Perón había sido detenido el día anterior en su departamento de la calle Posadas, donde vivía con Eva Duarte. Pero su estada en la isla no sería tan larga como la de Yrigoyen. Tras la movilización popular del 17 de octubre, Perón sería liberado. El 24 de febrero de 1946, Perón ganó las elecciones y asumió su primera presidencia el 4 de junio del mismo año.
El último presidente que estuvo detenido en la isla fue Arturo Frondizi. En la madrugada del 29 de marzo de 1962, tras el derrocamiento de su gobierno por las Fuerzas Armadas, un DC 3 de la Fuerza Aérea lo trasladó a Martín García. Frondizi había soportado hasta entonces, en los escasos cuatro años de su gobierno, treinta planteos militares, según documentó el historiador Félix Luna.
Su destierro terminó el 3 de marzo de 1963. En la isla no se le permitió abandonar su residencia. Su único pasatiempo era la lectura y, sólo a veces, jugaba a la paleta con uno de los habitantes.





