Qué dijo el conductor que entrevistó a Horacio Verbitsky tras el escándalo que derivó en la renuncia de Ginés González García
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Ari Lijalad, uno de los periodistas que conduce el programa Habrá Consecuencias en El Destape Radio, donde Horacio Verbitsky contó que se había vacunado en el Ministerio de Salud contra el coronavirus y desató un escándalo que terminó en la renuncia de Ginés González García, pidió disculpas: “Debimos reaccionar en el momento”.
“El viernes Horacio Verbitsky contó que se había vacunado y nos pusimos contentos, nos alegró que un compañero de trabajo pudiera vacunarse”. Lijalad señaló que cuando Verbitsky contó que se había vacunado en el Ministerio de Salud luego de haber llamado a “su viejo amigo Ginés”, en el programa asumieron “que lo había hecho como cualquier persona”, pero que luego supieron “que no había sido así”.
El conductor aseguró que ni él ni sus compañeros sabían sobre el contenido de la columna del periodista, y que fueron “protagonistas indirectos” del estallido público del escándalo: “Lo que hizo Horacio está mal. Se lo dije a él el viernes cuando lo llamé después del programa”
Además, agregó que hubieran entendido la situación si Verbitsky “denunciaba la existencia de favoritismos en la vacuna”, pero que no pudieron “reaccionar ante el relato de que él mismo formaba parte de eso”.
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En su editorial, Lijalad afirmó que los favoritismos y privilegios vinculados a la vacunación merecen un repudio automático: “No es justo, no es digno y no tienen justificación”, advirtió.
En cuanto a las irregularidades en la vacunación, el conductor señaló que es necesaria una investigación para determinar si se trató de casos aislados o si hubo un “tráfico sistemático de vacunas para amigos y poderosos”.
El periodista también se mostró crítico contra los medios de comunicación y dijo que es el Gobierno “el que tiene que tomar por las astas el relato”.
“El Gobierno sabía antes de la confesión de Verbistki. Lo que debería haber hecho Alberto es ir al Ministerio y patear la puerta”, reclamó Lijalad y lamentó que una parte de la dirigencia política “tiene una vida muy alejada del pueblo donde todo se negocia”.
LA NACION