"Siempre hablaba de la barrera ésa"
"Siempre me hablaba de la barrera de Flores. Me decía que había que esperar, que el tren estaba lejos y la barrera no se levantaba, que a veces se tenían que bajar algunos del auto y levantarla", dijo ayer la viuda de Filiberto Gallardo, el chofer que conducía el colectivo de la línea 92.
Los restos de Gallardo, de 34 años y padre de dos hijos pequeños, fueron velados ayer en la sala Casa Catalfo, en La Matanza. Luego del velatorio, Soledad Gallardo dijo con respecto al accidente: "Todo lo que pasó fue muy raro". Contó que su esposo trabajaba como colectivero en la línea 92 desde hacía seis años y afirmó que tenía un legajo impecable. "Era muy prudente, hasta con nosotros, cuando íbamos todos en el auto, siempre".
La mujer estuvo ayer acompañada por sus hijos, familiares y compañeros de trabajo de su marido, que también recordaron a Gallardo como "un tipo laburador".
"Lo lloré porque era un buen pibe, laburador, responsable, una persona fabulosa. Mirá que tuvimos choferes malos y buenos, pero éste era un pibe fuera de serie", dijo Nicolás Pucciarello, otro chofer de la línea 92.
Este colectivero, que trabaja en ese ramal desde 1977, intentó justificar la actitud de su compañero muerto anteayer. "Para tener visión en un cruce, tenés que pasarte con el coche y, después, no te da tiempo a reaccionar". Y agregó: "Se dieron todas, no andaba la barrera, el guardabarreras se fue y el tren que venía de Once era rápido y no paraba en la estación".
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