
Temen en Concordia otra crecida y la aparición de enfermedades
Se prevén más lluvias, que complicarán la situación; aguas estancadas e intenso calor
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CONCORDIA, Entre Ríos.- Las tareas de evacuación y autoevacuación continuaron ayer en esta ciudad de unos 120.000 habitantes ante una posible nueva crecida del río Uruguay como consecuencia de las intensas lluvias en el Norte.
El número de damnificados que tuvieron que abandonar sus casas en las últimas semanas ya aumentó de 5000 a 6200, según datos del jefe de Defensa Civil, José Goldfarb. En Colón y en Concepción del Uruguay, los evacuados suman otros 1000.
Ayer, las aguas comenzaron a ceder levemente, pero la emergencia y la recomendación de evacuarse se mantiene para todas las personas que viven hasta la cota 15 del río. Muchos habitantes de las zonas potencialmente inundables fueron llevados a otros sitios para prevenir el caos y para que pudieran desmontar su hogar sin el acoso del agua. Los dos últimos días, el sol trajo alivio.
De todos modos, los pronósticos que manejan en el centro de operaciones, montado en el cuartel de bomberos de Concordia, indican que a partir de mañana podrían registrarse nuevas precipitaciones que podrían volver a complicar el panorama.
"También estamos esperando que baje hasta el embalse de Salto Grande el agua de las lluvias que se produjeron en Brasil y en la cuenca media, en la zona de Paso de los Libres", dijo Goldfarb, ayer a LA NACION.
La buena noticia para los afectados por la inundación fue que el nivel del embalse bajó unos 40 centímetros, después de haber alcanzado niveles inquietantes, con lo cual existen ahora mejores márgenes de contención y de control hídrico. En los últimos días, según el presidente de la represa de Salto Grande, Juan Carlos Chagas, pudieron evacuarse volúmenes de agua de acuerdo con lo previsto. "Si no estuviera la represa, la inundación sería gravísima, porque las compuertas sirven para mitigar las crecidas repentinas", dijo Chagas, después que algunos vecinos de los barrios más afectados y de la ciudad de Salto, en la margen uruguaya del río, criticaron la falta de información para poder abandonar sus hogares antes de que el agua ingresara, implacable.
Concordia está situada río abajo de la represa y, a pesar de que se realiza un desagote controlado del caudal, la ciudad sufrió el anegamiento de buena parte de los barrios bajos. "Nuestros registros sostienen que sólo en noviembre llovió un 50 por ciento más de lo normal para todo un año", señaló Chagas, y descartó de plano cualquier inconveniente de esta represa, que tiene 30 años de historia, para soportar cualquier nueva crecida del río.
El panorama de la zona inundada, que abarca todos los barrios ribereños y cinco cuadras hacia arriba de la ciudad, sigue siendo desolador. Las lluvias fueron reemplazadas por un intenso calor en medio del agua semiestancada, llena de basura y de animales muertos. Ante la posible propagación de enfermedades infecciosas, ayer comenzó a suministrarse entre los voluntarios y los evacuados ciclidoxan, droga para prevenir la leptospirosis, enfermedad que se transmite a través de las ratas.
Precisamente, cientos de estos roedores, corridos por el agua, intentan hacer pie en cualquier lugar. En una recorrida en bote por las zonas inundadas, LA NACION observó cómo víboras y pájaros, huyen de entre las casas sumergidas bajo el agua. "Está lleno de ratas y de peces muertos que flotan en el patio de mi casa", dijo Gustavo Rizzo, al procurar rescatar algo de lo que el agua no le dio tiempo de sacar.






