El neurólogo Alejandro Andersson compartió en LN+ los datos más relevantes de la investigación; “El cerebro es muy elástico y puede seguir aprendiendo más allá de la adultez”, subrayó
2 minutos de lectura'

A partir de un estudio de la Universidad de Cambridge, que analizó a 4000 personas hasta los 90 años, se pudo detectar a qué edad el cerebro rinde más y gasta menos energía. El neurólogo Alejandro Andersson visitó los estudios de LN+ para desmenuzar la investigación.

Cómo fue el estudio
“Hay algo que se llama conectoma, que sería cómo están enganchadas las neuronas en nuestro cerebro. En la investigación analizaron la anatomía de esas 86 mil millones de neuronas que tenemos”, señaló el experto.
“Y lo que hicieron fue una resonancia magnética especial, donde vos armás esa red. De esa forma obtuvieron las tractografías, que son imágenes muy lindas”, agregó Andersson.

Edades y rendimiento del cerebro
En palabras del neurólogo, una vez que obtuvieron las imágenes, “empezaron a ver que entre los cero y los nueve años de edad, el número de neuronas aumenta muchísimo”.
Pero también indicó que, “entre los 9 y los 32 arranca la polémica. Esos circuitos se hacen más eficientes, más rápidos y gastan menos energía. Que en el fondo significan pensamientos más rápidos y mejores resultados“.

Si el primer punto de inflexión llega a los nueve años de edad, cuando el cerebro se hace más eficiente, el otro ciclo inicia una vez que se pasa el umbral de las tres décadas.
“Desde los 32 a los 64 uno se mantiene sumamente estable: es la madurez del cerebro”, apuntó Andersson. “De los 66 a los 84 viene un primer período de envejecimiento, donde la eficiencia disminuye un poco. Ya partir de los 84, un envejecimiento mucho más marcado”, enumeró el experto.
El objetivo de la investigación
En su exposición en LN+, Andersson señaló que “esta información tiene una aplicación biológica, médica y educativa”.
“Por un lado, entendemos que si el envejecimiento empieza a los 66, por lo menos diez años antes haya que reforzar los cuidados. Con una mejor alimentación y más actividad física”, subrayó.
“Y por el otro, ¿el aprendizaje terminó en el secundario? No. El cerebro es mucho más plástico, más elástico. Se puede seguir aprendiendo y razonando de diversos modos“, finalizó.








