Vecinos de Santa Fe y Juan B. Justo esperan el fin de su histórico calvario

Los comerciantes saben qué ocurre si llueve y están preparados: construyeron escalones altísimos en las entradas de sus locales; tienen compuertas improvisadas al alcance de la mano y ubican toda la mercadería lo más alto posible. Estas precauciones podrán ahora dejarse de lado, si la inauguración del canal aliviador del arroyo Maldonado cumple su esperado objetivo: que, ante una lluvia torrencial, el barrio ya no se inunde.

Vecinos de la zona de Santa Fe y Juan B. Justo, en Palermo, víctimas históricas de las inundaciones en la ciudad, se mostraban ayer conformes por la construcción del túnel aliviador corto del arroyo Maldonado.

Casi todos los comerciantes de la zona sufrieron con las grandes inundaciones, como la del 15 y el 19 de febrero de 2010, que se tradujeron en grandes pérdidas materiales.

"Me parece perfecto", dijo Graciela Medei, encargada de la farmacia ubicada en el cruce de Pacífico. "Si no hacían algo con el desborde del Maldonado, el barrio se iba a seguir inundando. Las últimas veces que llovió mucho no tuvimos inundación porque había camiones de la guardia metropolitana destapando los sumideros de los cordones", contó la farmacéutica.

Muchos vecinos señalaron la intersección de Humboldt y avenida Santa Fe como el lugar del barrio que más se inunda cuando caen fuertes precipitaciones. "En esa esquina, hay gente que no logra alquilar los locales porque, si llueve, se llenan de agua. El mes pasado se fue el dueño de un bazar porque estaba harto de que se le inundara y se le mojaran todos los productos", contó Sergio Etcheverry, empleado de la pinturería Del Centro, ubicada en Santa Fe al 4700.

"No es verdad que la basura tape los desaguaderos porque, cuando llueve, el agua corre y desaparece ahí. El problema es que, en un momento, el arroyo Maldonado desborda y el agua sale de las esquinas con tanta fuerza como si alguien regara con una manguera", explicó el empleado.

En el quiosco de Humboldt al 2400, su dueño, Néstor Bulacio, mostraba las compuertas que utiliza cada vez que cae una fuerte lluvia y se anega la cuadra. "Me parece buenísimo lo hecho; por lo menos, alguien se acordó de que acá nos tapa el agua -afirmó-. Hace cinco años que tengo el negocio y siempre se inunda. La última vez tuve que sacar 30 centímetros de agua. Si estoy acá adentro, seco rápido y listo, pero si no hay nadie, se me moja toda la mercadería."

Para entrar en la peluquería Bellisima hay que subir dos grandes escalones. La dueña del lugar, Mary Agüero, explicó que desde hace años no tiene nada a nivel del suelo y que ubicó todos los productos lo más alto posible. "Todos esperábamos que alguien hiciera algo. La obra hacía falta desde hace muchísimo tiempo porque todo el mundo sabe lo que sufrió la gente del barrio cuando se llenó todo de agua", dijo la peluquera.

Enfrente, en la ferretería Humboldt, Marcia Melo, dueña del local, contó que en una de las inundaciones del año pasado se le inundó todo el sótano del local y en la calle el agua le llegaba hasta las rodillas. "Me parece perfecto lo que hicieron con el túnel. Hace cinco años que tenemos que ubicar todas las cosas de modo que no se mojen si llueve mucho", explicó.

Mercedes Milesi salía de su casa, en Humboldt 2480. "Cuando el barrio se inunda no puedo salir ni entrar a mi casa -dijo-. Ahora pienso que con la obra nueva puede mejorar."

EN VOZ ALTA

"En Humboldt y Santa Fe hay gente que no logra alquilar los locales porque, si llueve, se llenan de agua. El mes pasado, se fue el dueño de un bazar porque estaba harto"

"Todos esperábamos que alguien hiciera algo. La obra hacía falta desde hace muchísimo tiempo porque todo el mundo sabe lo que sufrió la gente del barrio"

"La última vez, tuve que sacar 30 centímetros de agua. Si estoy acá adentro, seco rápido y listo, pero si no hay nadie, se me moja toda la mercadería"

"Me parece perfecto lo que hicieron con el túnel. Hace cinco años que tenemos que ubicar todas las cosas de modo que no se mojen si llueve mucho "

"Siempre que llueve, se nos inunda todo el local. Tuvimos que reponer los remedios que se mojaron y, además, cambiamos todo de lugar para que no volviera a pasar"

Por Josefina Pagani

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