El metaverso sale de las pantallas: la estética de los mundos virtuales se mete en la vida real

De alguna manera, en la última década, los espacios físicos que habitamos -sobre todo en lo relacionado con lo comercial, las marcas, el entretenimiento o lo gastronómico - se han vuelto más “memorables”. Los restaurantes han tratado de hacer que los interiores y los platos sean más llamativos. El adjetivo “experiencial” se ha convertido en moneda corriente para locales, tiendas, hoteles. Hasta los interiores de los hogares encuentran ese rincón estético cuidado al detalle. Hay una razón simple para todo esto: el mundo se ha estado diseñado para las redes sociales, puntualmente, para el feed y las historias de Instagram. Todo es o tiene que ser “instagrameable”.

Si el mundo virtual ha cambiado la forma en que construimos el mundo físico, estamos al borde de una nueva iteración del mundo digital, que promete que nuestros espacios públicos y privados volverán a cambiar. En los albores del metaverso y los mundos híbridos, el diseño digital propio de esta nueva etapa está empezando a impactar en el mundo IRL (“en la vida real”, por sus siglas en inglés); el diseño “multiversal” está llegando tanto dentro como fuera de las pantallas.

El artista y diseñador de identidad Alex Box explica en un informe de Wunderman Thompson Intelligence que a medida que la existencia digital se vuelve más matizada, está cambiando la forma en que los creadores piensan sobre el diseño físico. “Tenemos una noción del cuerpo y sus limitaciones experimentadas a través de nuestros sentidos. Nuestro entorno físico define nuestra lógica corporal limitada y da forma a nuestra identidad. Hemos visto el cuerpo digital de la Web 1 y 2 como un espejo del mundo real, ahora nos expandimos a la idea de un yo multisensorial. Predigo que el modelo espejo se invertirá: lo físico reflejará lo digital”.

A medida que evolucionan los entornos digitales y los mundos virtuales, están marcando el comienzo de una narrativa estética emergente, marcada por una creatividad ilimitada que supera las restricciones de la realidad física.

“De hecho, el diálogo entre lo físico y lo virtual empieza a ir más allá de la lógica del QR y la realidad aumentada. Así es que las estéticas online empiezan a impactar la forma en que vestimos y ornamentamos nuestros espacios. De esto se trata también la vida híbrida, de integrar las dos esferas que conectan y organizan nuestras vidas. los colores del ambiente digital empiezan a salir de la pantalla y materializarse en objetos tangibles. A su vez, los estilos, objetos y prendas que le dan forma tanto a videojuegos como a narrativas virtuales también empiezan a mostrar su prevalencia en el universo tangible”, explica Gaba Najmanovich, analista de tendencias. De hecho, Pantone refuerza este insight con Very Peri, su color de 2022 que habla de la vida híbrida.

El auge de la metaestética

En el último tiempo, desde restaurantes hasta comercios minoristas, los espacios físicos se están rediseñando de forma soñadora y absurda, transportando a los visitantes a mundos imaginarios y realidades alternativas.

En el Meta Café en París, un pop up que duró un mes, los visitantes pensaban que habían entrado a Roblox. Las mesas y las sillas parecían estar hechas de píxeles de gran tamaño, las paredes tenían miles de puntos que simulan la sensación de estar en una sala de realidad virtual. Los diseñadores, Crosby Studios, buscaban promocionar un próximo juego en The Sandbox donde las personas construir interiores con la misma decoración, pero virtualmente; el efecto buscado era el de transportar a esos mundos virtuales.

El pop up envuelto en pieles de Balenciaga en Londres es otro ejemplo de estos nuevos imaginarios. La estética “surrealista” o de “otro mundo” se volvió real a principios de este año cuando la firma de lujo envolvió la tienda por completo en piel sintética rosa cubriendo las paredes, los pisos y los estantes con un material esponjoso. ¿La idea? Que los clientes entren en un ambiente absurdo, pero a la vez divertido y acogedor.

El restaurante Taste of Dadong en Shanghái ofrece superficies oscuras iluminadas por luces azules y violetas, enormes divisiones de ambientes, paneles espejados en los techos que muestran reflejos deformados de las personas más una banda sonora psicodélica. Todo ese diseño hace del ambiente una experiencia gastronómica única y emocional que traslada “a otros mundos”.

En mayo, el diseñador de moda Simon Jacquemus lanzó una serie de instalaciones emergentes para Selfridges, que fueron diseñadas como una “reimaginación surrealista” del propio baño del fundador de Jacquemus.

Los entornos renderizados de ensueño, popularizados en Instagram por páginas como @maison_de_sable y @paulmillinski mezclan fantasía, escapismo y sensación de “mundos paralelos” que son retomados por marcas para impulsar sus campañas e imagen.

Los entornos digitales están dando lugar a un estilo de diseño que es distintivo, fresco e incluso más audaz cuando se recrea en espacios físicos.

Aparecen instalaciones surrealistas como la de sombrero de pescador “Tropico” de Prada o la campaña táctil de bolsos súper blandos (que invita a apretarlos) de la marca Coach. Otros casos incluyen a la marca Mulberry, que está utilizando el lenguaje digital del metaverso para la nueva campaña “Lily Zero” o la instalación cubierta de musgo de Glossier en su tienda de Seattle, que fue definida como “una NFT física” o una obra de arte digital. Por estas latitudes, Maria Cher fue la primera en jugar con esta estética para su campaña.

Nuevos espacios híbridos

Pero la estética del metaverso y los mundos virtuales no solo toma las superficies y los diseños del mundo físico, también se apalanca en él superponiendo los dos mundos y aprovechando el poder del contenido digital para aplicarlo en el mundo físico. El mundo de los NFT, las criptomonedas y los bienes digitales son los protagonistas.

Los ejemplos se van multiplicando. Casetify lanzó una funda para smartphones que exhibe los NFTs de su propietario. En enero, Nike presentó la experiencia Nikeland Roblox en su tienda de Nueva York. El primer piso se transformó en una versión de realidad aumentada: los compradores pudieron usar Snapchat Lenses, modificar sus propios avatares 3D con productos Nike, jugar Pachinko Obby Ball de Nikeland y competir en una versión habilitada para AR de “El suelo es lava”, similar al juego que se ofrece en Roblox.

Savage X Fenty combina compras físicas y experiencias digitales interactivas en las que los compradores se visualizan a sí mismos como avatares. En la tienda de Las Vegas se utilizan escaneos corporales AR para ofrecer a los clientes recomendaciones de productos personalizadas según el tamaño y la forma de su cuerpo que se muestra en un escaneo corporal en 3D.

Fred Segal presentó Artcade con un nuevo formato de compra Web3 que fusiona los mundos físico y digital. Las máscaras digitales, el arte criptográfico y los NFT acompañarán a los artículos físicos de la tienda y se pueden comprar con criptomonedas.

Un caso interesante es el de la startup Hyperspace, decidida a cambiar los centros comerciales y espacios de entretenimiento con el objetivo de desarrollar una interfaz física para el metaverso, con entornos especialmente diseñados con conectividad en tiempo real a mundos y estilos de vida digitales. La empresa tiene en la mira dos emprendimientos HyperSpace en Dubái: House of Hype, un parque en el Dubai Mall; y AYA, en Wafi Mall. Los parques dan vida a varias “zonas de experiencia”, lo que permite a los visitantes descubrir una variedad de entornos fantásticos, desde patios de recreo surrealistas y barrios inmersivos construidos, a hologramas y moda digital. “El parque está muy diseñado para mejorar el yo digital. Podrás crear avatares, puedes crear piezas de moda digital, memes y obras de arte y piezas de diseño”, dijo su fundador y director ejecutivo, Alexander Heller.

A medida que el metaverso madure y las experiencias cotidianas pasen cada vez más tiempo a través de mundos híbridos, es esperable que más del mundo físico refleje esa hiperrealidad. El mundo clásico nunca deja de tener protagonismo, lo interesante es ver cómo va integrando e incorporando la evolución del mundo digital.