Flight Simulator 2020: los errores son casi tan espectaculares como los paisajes realistas

Esta semana Microsoft puso en venta el esperado Flight Simulator 2020. El simulador de aviones llamó la atención en los últimos años por la calidad gráfica de los escenarios, muy realistas, gracias a que están basados en fotos satelitales.

Así, es posible volar por cualquier parte del mundo y ver desde el aire una versión muy cercana a la real, como puede apreciarse en este paseo entre Aeroparque y Ezeiza. Esto se logra combinando las fotos satelitales con modelos 3D de los edificios más importantes de 400 ciudades, y una técnica que se llama fotogrametría, que intenta calcular el tamaño de un objeto en tres dimensiones en base a una foto bidimensional y a datos externos, como los indicados en OpenStreetMaps y otras fuentes; en total, Microsoft estima que son 150 GB de datos para tener todos los mapas a la mayor calidad posible.

Pero basarse en fuentes externas y en algoritmos automáticos para recrear algunos espacios, aunque logra que todo el planeta pueda sobrevolarse con vistas de gran realismo, puede traer problemas, que los usuarios están reportando con mucho humor en las redes.

El más conocido hasta ahora era el edificio de 212 pisos en Australia que no existe (es un error de tipeo de la altura cuando se ingresó en una base de datos), pero a medida que los pilotos digitales recorren el mundo van encontrando otras inusuales formaciones, que comparten en redes sociales y foros especializados, y que hacen recordar a complicaciones visuales similares en las primeras versiones de los mapas de Google Earth o Apple Maps.

Un edificio en Boston en el que el tráfico sube por su fachada, en vez de atravesarlo por un túnel como en el original

Los puentes de Londres bajo agua, pero los autos circulan por ellos

Palmeras como obeliscos

El Cañón del Colorado como un estante en el medio del desierto

Stonehenge

Una inmensa pared de hielo en Groenlandia

Cataratas del Niágara

Aun así, todos los usuarios de Flight Simulator siguen alabando su calidad grafica, la inclusión del clima específico a cada zona como una variable, y el haber recuperado la maravillosa sensación de volar, más en tiempos de pandemia. Pero hay que hacer algunos ajustes al terreno.