Atrás quedaron el AI Pin y el Rabbit R1, dispositivos pioneros que buscaban ir más allá del smartphone; Sam Altman, el CEO de OpenAI, promete un equipo para dentro de dos años
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Al tiempo que avanzan las capacidades de la inteligencia artificial (IA) generativa y agéntica, las empresas de consumo han anticipado la llegada de un dispositivo distinto del smartphone que hará todo por el usuario desde la comodidad de la interacción con la voz.
AI Pin se presentó a finales de 2023 como un dispositivo que se engancha a la ropa, sin pantalla y potenciado con IA con el que la compañía Humane buscaba reemplazar los teléfonos móviles en la comunicación y gestión de tareas del día a día.
Dotado de una cámara, un altavoz y distintos sensores, ofrecía una interacción mediante la voz, el tacto, gestos o a través de una pantalla láser con resolución 720p que se proyectaba en la palma de la mano para atender las peticiones del usuario.

Este dispositivo no convenció a los consumidores, quienes se quejaban de que ofrecía respuestas lentas, la información no era fiable y su batería no tenía la autonomía esperada, y tras la adquisición de Humane por parte de HP, dejó de funcionar en febrero del presente año.
En 2024 también se conoció Rabbit r1, un dispositivo de bolsillo impulsado por IA generativa que funcionaba como un asistente y unificaba en una única interfaz las diferentes aplicaciones instaladas en el smartphone para administrarlas y utilizarlas mediante comandos de voz.
Su objetivo, más que sustituir al smartphone, era simplificar su uso, para que el usuario pudiera acceder a los servicios que tenía sin tener que cambiar entre las diferentes interfaces de sus aplicaciones ni navegar entre varias ventanas abiertas.

Sin embargo, el futuro parece que no quiere los teléfonos móviles, y la propuesta de AI Pin sigue viva de la mano de empresas tecnológicas como Nothing y OpenAI. La primera ya camina hacia la construcción de una plataforma nativa de IA con la que pretende sustituir el smartphone como dispositivo de referencia en la vida de las personas.
Según explicó el cofundador y director ejecutivo de Nothing, Carl Pei, en septiembre, cuando desveló este proyecto, requiere la reinvención del hardware de consumo y de un sistema operativo que “conocerá profundamente a su usuario y estará totalmente personalizado para cada persona”.
Para su desarrollo, Nothing anunció una ronda de financiación Serie C de 200 millones de dólares, alcanzando una valoración de 1300 millones de dólares.
OpenAI, por su parte, adquirió en mayo la empresa io, cofundada por Jonathan Ive, antiguo responsable de Diseño en Apple, con el objetivo de establecer un equipo dedicado al desarrollo de ‘hardware’ de inteligencia artificial.
Por el momento, solo han confirmado que están trabajando en un dispositivo, que no será ni un wearable (una pulsera o reloj inteligente) ni unos auriculares, si bien distintas filtraciones han anticipado que se trata de un equipo parecido a un altavoz inteligente sin pantalla.
Su desarrollo avanza e incluso esperan tenerlo listo en menos de dos años, y ello pese a los retos que se plantean con su desarrollo, que incluyen el software, la infraestructura que lo apoyará y la capacidad de computación, así como cuestiones relacionadas con el asistente de IA, sobre su personalidad, la privacidad y el presupuesto de la potencia informática que necesitará al ejecutar los modelos de lenguaje.
El director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, ha explicado que esperan construir un dispositivo que además de hacer cosas por los usuarios, sea contextualmente consciente de cuándo debería molestarlos y cuándo debería presentarles información o solicitar su opinión o no.
Actualmente, están trabajando en los primeros prototipos de su dispositivo, tras descartar un diseño anterior que no les entusiasmaba.







