Milán prohibió los candados guarda llaves que usan los alquileres de corto plazo
La medida replica el modelo adoptado este año por Florencia
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A partir de enero, los propietarios de viviendas y alojamientos turísticos de la ciudad de Milán deberán retirar todos los candados, que funcionen bajo la modalidad, “guarda llaves” utilizados para el auto check-in, un recurso típico de los alquileres de corta estadía.
La medida -que prevé multas de 400 euros para quienes mantengan estos dispositivos en áreas comunes- fue adoptada, según publicó el sitio británico The Independent, porque las autoridades consideran que comprometen la seguridad y generan uso inadecuado del espacio común.
La ordenanza replica lo dispuesto meses atrás en Florencia y se inscribe en un intento por ordenar el flujo turístico y aliviar la presión sobre los barrios residenciales.La normativa apunta específicamente a los candados metálicos que suelen instalarse en portales, columnas o pasillos, donde los anfitriones dejan llaves o códigos de acceso para que los huéspedes puedan ingresar sin contacto personal.
Si bien el sistema facilita el check-in - sobre todo para quienes llegan de noche - su proliferación motivó quejas de vecinos y administradores.
Según The Independent, los críticos de esta modalidad las describen como “monstruosidades antiestéticas que generan importantes problemas de seguridad”, al permitir el ingreso de personas sin verificación presencial.
En un comunicado oficial, el concejal Michele Albiani sostuvo que “el auto check-in por parte de los huéspedes conlleva un uso indebido del espacio público en beneficio de particulares”.
También advirtió que “la proliferación incontrolada de cajas de seguridad puede causar inconvenientes a los residentes”, tanto por el impacto visual como por el aumento de los riesgos en términos de inseguridad.
La nueva restricción obliga a los administradores de alojamientos turísticos a implementar otros sistemas de entrega de llaves, lo que podría implicar costos adicionales o la necesidad de contratación de personal presencial. Para los turistas, el cambio supone que ya no bastará con ingresar un código para acceder al alojamiento.
Un debate que se extiende por Europa
La discusión sobre los alquileres de corta duración se profundizó en distintos países europeos en los últimos años. Desde España hasta Hungría y Grecia avanzaron con regulaciones para limitar la oferta turística en medio de la crisis de vivienda. Este verano, la revista de viajes Time Out informó que varias ciudades registraron protestas masivas encabezadas por vecinos que reclamaron reducir la saturación turística.

Las plataformas digitales, por su parte, rechazan la acusación de ser las principales responsables. En diálogo con Financial Times, Theo Yedinsky —vicepresidente de políticas públicas de Airbnb— afirmó: “Terminamos cargando con gran parte de la culpa, sobre todo en los centros urbanos, pero la realidad es que el exceso de turismo se debe principalmente a los hoteles. Es totalmente injusto”.





