
Encontrá las guías de servicio con tips de los expertos sobre cómo actuar frente a problemas cotidianos: Adicciones, violencia, abuso, tecnología, depresión, suicidio, apuestas online, bullying, transtornos de la conducta alimentaria y más.

Así lo afirma un estudio publicado en la revista Nature Communications por la Universidad de Colorado en Boulder y el Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y Cerebrales (Alemania).
Los hallazgos demuestran que "podemos aprender de experiencias imaginadas, y en el cerebro esto ocurre de forma muy similar a como aprendemos de experiencias reales", afirma Roland Benoit, coordinador del estudio y profesor asociado de psicología y neurociencia en la Universidad de Colorado.
"Esto sugiere que la imaginación no es pasiva -agrega Aroma Dabas, primer autor- sino que puede moldear activamente nuestras expectativas y elecciones".
Los neurocientíficos descubrieron esto en un experimento con 50 voluntarios, a quienes se les pidió que enumeraran 30 personas, dividiéndolas en tres grupos según si las consideraban agradables, neutrales o desagradables.
Posteriormente, los participantes se sometieron a una resonancia magnética funcional (IRMf) para monitorizar su actividad cerebral mientras imaginaban intensamente una experiencia positiva o negativa con cada una de las personas neutrales.
Al final de la prueba, los participantes desarrollaron una preferencia por las personas con las que más se divertían en su imaginación y, en una prueba posterior, indicaron que les gustaban más.
Esto se debe a la activación de la región cerebral llamada estriado ventral, que regula el error de predicción de recompensa y trabaja en conjunto con la corteza prefrontal dorsomedial, involucrada en el almacenamiento de recuerdos de personas individuales.
Los hallazgos de esta investigación podrían proporcionar nuevas formas de abordar problemas de salud mental, mejorar las relaciones e incluso mejorar el rendimiento de atletas y músicos. (ANSA).
