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Así lo afirma un estudio publicado en la revista Advanced Science, dirigido por las universidades francesas de Rennes y París-Saclay, que observó este efecto en ratones.
Los datos resultantes podrían ayudar a mejorar las terapias contra la obesidad y promover una alimentación saludable, quizás dirigiéndose a microorganismos intestinales específicos.
Investigadores coordinados por Véronique Douard, de París-Saclay, y Ga‰lle Boudry, de Rennes, realizaron una serie de experimentos con ratones, alternando una dieta estándar con una alta en grasas y azúcares que imita las dietas occidentales tradicionales poco saludables.
Lo que llamó la atención de inmediato fue que los animales tendían a darse atracones, comiendo más por placer que por hambre, cuando volvían a tener acceso a comida chatarra.
La causa de este comportamiento, como descubrieron los autores del estudio, reside en un cambio a largo plazo en la microbiota intestinal: de hecho, al introducir estas bacterias alteradas en ratones que no habían seguido la dieta, también se observó en ellos la misma tendencia a los atracones.
“Hemos demostrado que alternar entre una dieta alta en energía y una dieta estándar reconfigura de forma sostenible la microbiota intestinal, afirman los investigadores, hacia un perfil asociado con un mayor apetito hedónico y aumento de peso”.
El siguiente paso es comprender los mecanismos implicados y determinar si esto mismo se aplica a los humanos. (ANSA).



