Congreso de Brasil aprueba la flexibilización de las licencias ambientales

El Congreso de Brasil aprobó en la madrugada de este jueves una cuestionada reforma legal que flexibiliza la concesión de licencias ambientales, mientras el país se prepara para acoger en noviembre la conferencia climática COP30.

Las nuevas reglas sobre protección ambiental crean excepciones en licencias para obras consideradas estratégicas y facilitan ciertos permisos bajo mera declaración de compromiso.

Criticado por ambientalistas y bautizado como "proyecto de la devastación", el texto recibió el apoyo de 267 diputados contra 116 en contra, tras la luz verde en mayo del Senado, y ahora debe ser considerado para promulgación por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

La red brasileña de ONG Observatorio del Clima calificó el jueves la aprobación del proyecto en la Cámara baja como "el mayor retroceso ambiental legislativo desde la dictadura" (1964-1985).

- "¡Veta, Lula!" -

Bajo la consigna, "¡Veta, Lula!", Greenpeace afirmó que "el proyecto de la devastación debe ser vetado integralmente".

Lula aún no se pronunció sobre las nuevas normas, que dividieron a su gabinete. El Ministerio de Ambiente las calificó como un "golpe mortal" a la protección ambiental, pero la cartera de Agricultura apoyó su trámite. El bloque oficialista se opuso al proyecto en el Congreso, votado en medio de gritos y reclamos de algunos diputados por la votación de madrugada y con legisladores en modalidad virtual. Desde la oposición, defensores del texto sostuvieron que busca "simplificar" el trámite de las licencias para favorecer el "desarrollo" de la mayor economía de América Latina. La norma "tiene un objetivo muy claro: garantizar menos burocracia y la conservación del medioambiente", según el relator Zé Vitor, diputado del Partido Liberal del expresidente de extrema derecha Jair Bolsonaro. Pero la ministra de Ambiente, Marina Silva, dijo el miércoles a periodistas que la reforma es un "tiro en el pie" que resulta "altamente perjudicial a los intereses ambientales, de salud pública y los intereses económicos de Brasil". El organismo estatal de control Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) había anticipado que impugnaría la reforma legal ante la justicia por considerarla inconstitucional. "El licenciamiento ambiental no impidió la construcción de ninguna obra en el país", afirmó el presidente del Ibama, Rodrigo Agostinho. Lula busca posicionar a Brasil como líder en la discusión ambiental global, pero a la vez impulsa un megaproyecto de exploración petrolera en un área marítima cercana a la Amazonía, que espera licencia del Ibama. Brasil acogerá en noviembre la conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, la COP30, en la ciudad amazónica de Belém. Siete exministros brasileños de Ambiente habían expresado su rechazo al proyecto sobre licencias, mientras que varias organizaciones de la sociedad civil habían pedido atrasar 90 días la votación definitiva para ampliar la discusión. ffb/ag/zm

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