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Por Alan Baldwin
Abu Dabi, 7 dic (Reuters) - Mentalmente frágil, demasiado engreído, un niño privilegiado de la Generación Z financiado por un padre rico, rápido pero carente del instinto asesino que diferencia a los campeones del resto. Lando Norris se ha enfrentado a muchas críticas en su camino hacia la cima de la Fórmula 1.
Ha sido abucheado por multitudes hostiles en partes del mundo con diferentes favoritos, respondiendo con una sonrisa y saludando desde el podio, y ha recibido críticas por errores como chocar con su compañero de equipo en McLaren, Oscar Piastri.
El piloto de 26 años, que fue campeón del mundo de karting en 2013 y se convirtió en el undécimo campeón británico de Fórmula 1 desde la década de 1950 con el tercer puesto en Abu Dabi el domingo, ha hecho que los detractores se coman sus palabras en repetidas ocasiones.
Hay muchos aficionados dispuestos a defender a su héroe, aunque quizá no en Australia, donde se han planteado preguntas y conspiraciones sobre el supuesto favoritismo de McLaren hacia el británico en detrimento de Piastri.
Hasta el Gran Premio de Miami del año pasado, los guerreros del teclado de las redes sociales apodaban a Norris "Lando No-wins", poseedor del récord de la F1 de más podios sin victorias (15) después de terminar segundo ocho veces en 110 salidas.
Una vez resuelto ese asunto, la atención se centró en la incapacidad del piloto de McLaren para convertir las poles en victorias, un "hecho" que enterró esta temporada al ganar el Gran Premio de Melbourne desde la primera posición. De sus siete victorias esta campaña, cinco fueron desde la pole position.
El entorno familiar de Norris ha sido objeto de escrutinio, con antiguos competidores en el karting hablando de cómo disfrutaba de lo mejor de todo. La fortuna de su padre, Adam, procedente de los servicios financieros, se ha cifrado en más de 200 millones de libras (US$264,72 millones). Pero esto no es realmente raro en el automovilismo, donde los costos de ascender son inmensos.
Su amistad con Verstappen, cuatro veces campeón del mundo de Red Bull, forjada en carreras virtuales y con el vínculo común de ser hijos de madres belgas-flamencas, es otra de las cosas a las que los críticos se han aferrado como señal de que, de alguna manera, estaba bajo la esclavitud del neerlandés.
El año pasado chocaron en Austria y Norris habló de perder el respeto al piloto neerlandés a menos que se disculpara por la colisión.
A los pocos días, Norris cambió de opinión. Algunos vieron en ello una debilidad fatal, pero otros ven en su capacidad para pasar página y volver a empezar un punto fuerte.
"Resiliencia, madurez y calma. Y todavía se pone de mal humor", dijo el director general de McLaren, Zak Brown, cuando se le preguntó qué había cambiado en Norris esta temporada. "Simplemente se recupera más rápido en comparación quizás con lo que habríamos visto hace un año (...) Es capaz de compartimentar y acortar el tiempo cuando se frustra, ahora se recupera realmente rápido", destacó.
Aunque todavía se castiga públicamente por los errores y las oportunidades perdidas, Norris también es perfectamente capaz de reñir a los demás.
"Max generalmente tiene una buena idea de muchas cosas, pero también hay muchas cosas de las que no tiene mucha idea", dijo en Qatar cuando Verstappen sugirió que se habría llevado el título si hubiera pilotado para McLaren.
Norris ha hablado abiertamente sobre problemas de salud mental, convirtiéndose en un modelo a seguir como un nuevo tipo de piloto de F1 alejado de los estereotipos de antaño.
El tetracampeón del mundo Sebastian Vettel dijo que esa actitud es una fuente de fortaleza y no de debilidad.
"El heroísmo está bien, pero también forma parte del heroísmo hablar de tus problemas y tus debilidades. Creo que es una gran evolución que hay que ver", dijo a Reuters en abril.
(1 dólar = 0,7555 libras) (Reporte de Alan Baldwin. Editado en español por Javier Leira)



