Primer ministro británico espera que su visión de “renovación” disipe dudas sobre su liderazgo
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LIVERPOOL, Inglaterra (AP) — El primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, nunca tuvo una luna de miel política. Ahora, algunos miembros de su partido contemplan el divorcio.
Poco más de un año después de llegar al poder con una victoria aplastante, Starmer lucha por mantener el apoyo de su partido y defenderse de Nigel Farage, cuyo partido de extrema derecha, Reform UK, mantiene una ventaja constante en las encuestas de opinión.
La próxima elección está a cuatro años de distancia, pero en la conferencia anual, realizada el domingo junto al río Mersey en Liverpool, que logró reunir a miles de miembros del Partido Laborista, muchos legisladores se mostraban nerviosos, y Andy Burnham, el ambicioso alcalde de Manchester, surgió como un posible rival de liderazgo para Starmer.
El primer ministro desestimó el descontento, diciendo a la BBC que “en política, siempre habrá comentarios sobre líderes y liderazgo” e insistiendo en que el gobierno había “logrado grandes cosas en el primer año”.
“Solo necesito el espacio para seguir adelante y hacer lo que necesitamos hacer”, expresó.
Pero Tim Bale, profesor de política de la Universidad Queen Mary de Londres, dijo que el ánimo del partido es “febril”.
“Solo han estado en el gobierno durante un año y tienen una gran mayoría, pero la mayor parte de los votantes parecen estar bastante decepcionados y desilusionados con el gobierno”, señaló. “Y también tienen una opinión muy negativa de Keir Starmer”.
Desde que puso fin a 14 años de gobierno conservador con su victoria electoral en julio de 2024, Starmer ha tenido problemas para lograr el crecimiento económico que prometió. La inflación sigue siendo obstinadamente alta y las perspectivas económicas son sombrías, frustrando los esfuerzos por reparar los deteriorados servicios públicos y aliviar el costo de vida.
El trasfondo global de la guerra de Rusia en Ucrania y los aranceles del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no ha ayudado. Aunque Reino Unido logró asegurar un acuerdo comercial que alivia los aranceles de importación en algunos productos del Reino Unido, la declaración presupuestaria de otoño, que tendrá lugar en noviembre, parece estar destinada a ser una sombría decisión entre aumentos de impuestos y recortes de gastos, o tal vez ambos.
El martes, en su gran discurso de conferencia, Starmer intentará presentar una visión amplia para energizar a las bases del Laborismo, algo que, según los críticos, ha faltado bajo su mando administrativo.
También buscará persuadir a los miembros del partido y a los votantes de que ha aprendido de sus errores y ha estabilizado un gobierno a veces tambaleante.
En las últimas semanas, Starmer perdió a su viceprimera ministra, Angela Rayner, quien renunció por un error fiscal en la compra de una casa, y despidió al embajador británico en Washington, Peter Mandelson, tras revelaciones sobre su pasada amistad con el delincuente sexual convicto Jeffrey Epstein. También se han producido varias bajas en su equipo de apoyo, lo que se suma a la sensación de desorden.
Ahora Burnham, quien sirvió en gobiernos laboristas anteriores, surge como un incipiente rival. El alcalde de Manchester dice que los legisladores se le han acercado para hablar de una candidatura de liderazgo, aunque actualmente no es miembro del Parlamento.
Burnham dijo el domingo que quería “iniciar un debate en esta conferencia sobre la dirección (del partido) y obtener un plan para derrotar a Reform.
“Creo que necesitamos una historia para este gobierno que conecte más con la gente”, dijo, y añadió que quienes piden “declaraciones simplistas de lealtad” a Starmer “subestiman el peligro en el que se encuentra el partido”.
El dilema del primer ministro es que enfrenta la oposición de la derecha y de la izquierda en múltiples temas. Fuera del lugar de la conferencia en Liverpool, a unos 320 kilómetros al noroeste de Londres, decenas de personas protestaron contra un plan del gobierno para introducir tarjetas de identificación digital, mientras que, en una protesta separada, los manifestantes se opusieron a la decisión del gobierno de proscribir al grupo activista Palestine Action como organización terrorista.
La amenaza planteada por Reform fue uno de los temas principales entre los delegados laboristas en Liverpool.
El mensaje de Farage contra el orden establecido y contra la inmigración, con ecos del movimiento MAGA del presidente Donald Trump, se ha centrado en el tema de los miles de migrantes en pequeños botes que llegan a Reino Unido a través del Canal de la Mancha.
En lo que va del año, más de 30.000 personas han hecho la peligrosa travesía desde Francia, a pesar de los esfuerzos de las autoridades británicas, francesas y de otros países para atacar a las bandas de traficantes de personas.
Activistas de extrema derecha han participado en protestas fuera de hoteles que albergan a solicitantes de asilo en todo Reino Unido, y una marcha organizada por el activista antiinmigración Tommy Robinson atrajo a más de 100.000 personas en Londres este mes.
Starmer ha reconocido las preocupaciones de los votantes sobre la inmigración, pero condenó la retórica antiinmigrante de Robinson y acusó a Farage de sembrar la división con planes, que Starmer calificó de “racistas” e “inmorales”, para deportar a inmigrantes que están legalmente en Reino Unido.
El partido de Farage solo tiene cinco legisladores en la Cámara de los Comunes, de 650 escaños, y el Laborismo tiene más de 400. No obstante, Starmer dijo que Reform, y no los principales opositores conservadores, es ahora el principal oponente de su partido.
En un discurso pronunciado el viernes, afirmó que la batalla política definitoria de nuestros tiempos es entre una “política de agravio depredador” que busca fomentar la división, y una “renovación patriótica... sustentada por los valores de dignidad y respeto, igualdad y justicia”.
“Ahora hay una batalla por el alma de este país sobre qué tipo de país queremos ser”, expresó.
El gobierno no tiene que convocar elecciones sino hasta 2029, pero la presión aumentará sobre Starmer si, como muchos predicen, el Laborismo tiene un mal desempeño en las elecciones locales y regionales en mayo.
Bale dijo que, por ahora, la mejor política para el gobierno es “mantener la calma y seguir adelante”.
“Con el tiempo, una mayor inversión en servicios públicos, en particular el servicio de salud, probablemente comenzará a dar frutos”, comentó. “La economía puede recuperarse a medida que las políticas del gobierno tengan algún efecto. Pueden controlar el problema de los pequeños botes con el tiempo.
“Pero realmente es un caso de limitarse a esperar y tal vez esperar que la burbuja de Nigel Farage y Reform estalle”.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.







