“Ella me cuidó”: la historia detrás del video del joven que se despidió de su abuela antes de irse a vivir a España
Gianluca Pugliese habla de su infancia, su familia, su decisión de emigrar y el amor incondicional por “Baby”
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Gianluca Pugliese tiene 24 años, es de Béccar, San Isidro, y su nombre se volvió viral después de que publicara un video en su cuenta de Instagram despidiéndose de su abuela antes de partir a España. La escena, íntima y conmovedora, ya fue vista por millones de personas.
“¿Me vas a esperar?”, le pregunta Gianluca a su abuela en el video. Su planteo derivó en un silencio breve pero lleno de peso: “Espero volver a verte si Dios me da vida”, respondió la mujer, con una ternura que atraviesa la pantalla. Intentando comprender, aunque le duela, vuelve a preguntar: “¿Por qué te vas?”. Y cuando su nieto le responde que se va a trabajar, la abuela, con la voz quebrada, le confiesa: “Te voy a extrañar”.

Gianluca acaba de aterrizar en Europa para empezar una nueva etapa. Hace apenas unas horas llegó a Roma, una ciudad que siempre soñó conocer antes de instalarse definitivamente en España. Terminó el secundario en el colegio Nuestra Señora de Lourdes, en Béccar, y en Buenos Aires se dedicó al modelaje y a la venta de autos en un concesionario. Aunque, como él mismo reconoce, en el último tiempo su prioridad fue otra: cuidar a su abuela, María Angélica Todaro.
–En el video que conmovió a tantos se nota el enorme cariño que tenés por tu abuela. ¿Cómo es la relación entre ustedes? ¿Viven juntos?
-Sí, toda la vida vivimos juntos porque yo me crie con mis abuelos. Mi papá la dejó a mi mamá cuando ella estaba embarazada de mí. No lo conocí. Por suerte, porque era de Boca y yo soy fanático de River [ríe]. Al no estar mi papá, mi mamá se dedicó por completo a trabajar y fueron mis abuelos quienes me criaron.

-¿A qué se dedica tu mamá?
-Es empleada, siempre trabajó en lo mismo. Ahora está en un local de electrodomésticos como cajera, y antes también fue cajera y encargada en supermercados. Soy hijo único. Mi mamá me tuvo a los 29 años y, desde entonces, vivimos con mis abuelos. Así que, aunque ella siempre estuvo presente, quienes realmente me criaron fueron, sobre todo, ellos.
-¿Y tus abuelos?
-Mi abuelo era herrero. También hacía trabajos de construcción, pintura… laburantes. Tuvo una infancia muy difícil: era uno de diez hermanos, su papá los abandonó y él fue a vivir con una tía. Siempre cargó con una historia complicada. Falleció cuando yo tenía siete años, de un paro cardíaco, delante mío. Fue durísimo.

-Imagino que fue como una figura paterna para vos.
-Sí, sin dudas. Aunque también mis tíos estuvieron muy presentes. Nunca me faltó amor, así que nunca sentí que me faltara esa figura.
-¿Y tu abuela Baby?
-Ella es especial. Ella me cuidó muchísimo. Mi mamá trabajaba todo el día y mi abuela era la que me llevaba a todos lados: a natación, a fútbol… Siempre fue la que estaba en casa. Ahora ya no puede, pero ella cocinaba increíble. Sus tortillas y el pastel de papá… eran lo mejor.
-¿Qué representa tu abuela en tu vida?
-Mi abuela es muy importante. Me crió, me cuidó, estuvo siempre. Fue y sigue siendo una figura clave para mí.

“Baby”
A María Angélica Todaro, su abuela de 88 años, Gianluca la bautizó “Baby” cuando era chico y así la llama hasta hoy. Para él, su abuela siempre fue una mujer fuerte, aunque intuye que esa fortaleza tenía mucho de amor: “Cuando murió mi abuelo, ella fue, sorprendentemente, la más fuerte. Por dentro, estoy seguro de que no estaba bien, pero hacia afuera llevó el duelo con entereza. Creo que se mantuvo firme por nosotros”.
Durante muchos años, su abuela se ocupó de todo en la casa. Pero en 2018, su salud empezó a deteriorarse. Primero atravesó una depresión leve y luego sufrió un ACV en un ojo, a raíz de un pico de diabetes. Poco después, en 2019, se fracturó el fémur. A partir de entonces, perdió estabilidad y mucha movilidad.
“Desde ese momento ya no puede estar sola. Si intenta levantarse sin ayuda, hay muchas probabilidades de que se caiga. Y si se cae y se rompe la cadera... chau, se complica todo”, dice el joven que a los 18 años, como una prueba de amor, decidió tatuarse en la costilla el nombre de su abuela.
-¿Cómo se organizan para cuidarla?
-Nos turnamos entre mi mamá, yo y una señora que viene a ayudar a veces, sobre todo cuando yo tengo que salir o hacer algo. Pero no tenemos a alguien fijo, y eso se nos hace complicado. Hace más o menos un año tuvimos una mala experiencia: habíamos contratado a una cuidadora en blanco, con todo en regla. Un día se cayó en casa y aunque le seguimos pagando el sueldo durante los tres meses siguientes, no volvió a trabajar. La ART le dio el alta y le indicó que ya estaba en condiciones de volver, pero ella se negó. Al final, la situación terminó en juicio… y tuvimos que pagar. Ella salió ganando. Desde entonces, nos cuesta mucho volver a confiar en alguien para ese rol.
-Hablemos de vos y tu decisión de mudarte a España.
-Cuando terminé el colegio me habían quedado algunas materias por rendir, así que mientras tanto empecé a trabajar de mozo. La idea era rendirlas y arrancar la facultad al año siguiente. Pero llegó la pandemia y, justo antes, había empezado a trabajar en la venta de autos. Ahí fue cuando se me despertó la chispa de no querer ser empleado. Quería hacer plata por mi cuenta. Me di cuenta de que en el concesionario no tenía techo: si vendías 10 autos, cobrabas 10 comisiones. Y eso me gustó. No quería depender de alguien que me dijera cuánto podía ganar.

-¿Entonces?
-Estuve tres años en la venta de autos, pero con el tiempo la situación empezó a complicarse. En la última etapa sentí que, para vender, había que mentirle a los clientes… y eso no me gustó. Así que renuncié. Después arranqué con el modelaje y también hice un poco de trading.

-¿Cómo surgió la idea de probar suerte en España?
-Con el modelaje viajé varias de veces a España y me gustó mucho. Vi que había muchos argentinos viviendo acá y pensé que eso significaba algo. Empecé a investigar: los sueldos, la calidad de vida… y además se me despertó el bichito de viajar, de recorrer Europa. Desde Argentina eso es casi imposible, pero estando acá, todo se vuelve mucho más accesible.
-¿Y a qué te vas a dedicar allá?
-Además de seguir con el modelaje, vine con una visa de trabajo, así que la idea es conseguir algún empleo extra, quizás como mozo. Me voy a instalar en Mallorca.
“Más auténtico”
-Todos vimos la reacción de tu abuela, ¿pero cómo reaccionó el resto de tu familia?
-Mi mamá, en realidad, hace años que piensa que lo mejor para mí era irme. Yo empecé a hablar con ella del tema y, como siempre, me apoyó. La verdad es que mi mamá no suele meterse mucho en mi vida; a veces siento que soy yo el que cuida de ella, más que al revés. Mientras vea que lo que hago está bien pensado y que voy por buen camino, me acompaña sin cuestionarlo.
-En cambio, tu abuela, ¿sabe que te fuiste?
-Sí, pero se olvida. A veces le digo que me voy y me responde “¿A dónde?”. Hay días que ella se acuerda de todo y días que se olvida. No tiene Alzheimer, pero bueno... Tiene una noción del tiempo distinta. Cuando volví de Perú, por ejemplo, me preguntó si ya me había ido. Por eso siento que no lo va a vivir tan terrible. De todas maneras me gustaría volver cada dos o tres meses para verla si puedo y tal vez, el video me termine ayudando.
-¿Cómo surgió la idea de grabar ese video?
-Lo grabé porque mucha gente que me conoce siempre me dice que en Instagram no muestro cómo soy en realidad. Me muestro como... no sé, serio, con una actitud que parece medio engreída. De hecho, varias personas que primero me ven por redes y después me conocen en persona me dicen: “Ah, no sos nada que ver a lo que imaginaba”. Y alguien me sugirió que tenía que mostrarme más espontáneo. Así que me animé. Lo que nunca pensé es que justo ese primer intento de ser más auténtico se iba a volver viral. Fue increíble.
-Tuvo muchísima repercusión, aunque también recibiste algunas críticas. Algunos compararon tus fotos de modelo, más sensuales o frívolas, con el video emotivo junto a tu abuela.
-Sí, eso es porque a la gente le encanta opinar. Justo hoy estaba pensando en subir videíto hablando un poco sobre el tema.
-¿Y qué les dirías?
-Que no tienen idea de lo que están hablando. Yo subo historias con mi abuela desde hace años. Las tengo en mis destacadas desde 2018 o 2019, fácil. Siempre la presumo, pero nunca imaginé que este video iba a llegar tan lejos. Lo que pasa es que una historia destacada no se hace viral, eso no se comparte tanto. Pero el amor por ella siempre estuvo ahí. A la distancia, y con todo lo que generó el video, tal vez hoy hubiera dicho otras palabras. Cuando ella me preguntó por qué me iba, se lo simplifiqué diciendo que era para “hacer plata”. Lo hice así porque pensé que era la forma más fácil de que lo entendiera. No tenía mucho sentido explicarle todo el trasfondo, porque creo que no lo habría comprendido del todo.
[NdE: Las destacadas son historias de Instagram que se agrupan en colecciones temáticas y se muestran en círculos bajo la biografía del perfil].
-¿Sentís que te fuiste por necesidad o por deseo?
-Un poco de las dos. Amo Argentina, pero tenía el deseo de experimentar algo nuevo. Quería vivir esto. Quizás allá yo podría vivir bien también, pero siento que necesitaba darme esta oportunidad.
Ahora, Gianluca sigue compartiendo su historia desde Europa, mientras su abuela lo espera en Béccar. “Baby”, como él cariñosamente la llama, no imagina cuántas personas la vieron ni lo mucho que emocionó su despedida. Pero su nieto lo tiene claro: va a seguir presumiéndola siempre.
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