En los últimos meses han aparecido nuevas señales de tránsito verticales en las cercanías de las más de 800 escuelas de la ciudad de Buenos Aires. La mayoría indican 20 km/h de velocidad máxima y otras de 30 km/h. Incluso ya se instalaron algunos foto-radares para controlar el respeto de la señal. Pero esta señalización es confusa y no acorde con el texto de la norma.
Los carteles colocados no informan el horario de vigencia de estas máximas, por lo que regirían en todo momento y todos los días de la semana y del año, incluyendo feriados y vacaciones.
La Ley de Tránsito de la ciudad de Buenos Aires establece en su artículo 6.2.3 inciso d que, en las proximidades de las escuelas, la velocidad de circulación será la mínima permitida, es decir 20 km/h en calles y 30 km/h en avenidas durante los horarios de ingreso y egreso. Esta disposición también rige para establecimientos deportivos y de gran afluencia de público.
Los horarios de entrada a las escuelas suelen ser semejantes para la mayoría, pero los de salida varían mucho de una a otra. Por eso, deberían instalarse señales de tránsito específicas, por ejemplo, con semáforo amarillo totalmente temporizado para titilar o funcionar en los horarios de entrada y salida de cada escuela, demarcando la velocidad máxima temporal.
Aumentaría la protección de los chicos un amplio vallado frente a la escuela, que asegure que ningún niño se precipite a la calzada, así como tampoco los padres, que muchas veces les dan el mal ejemplo cruzando por cualquier lado.
La vida de nuestros niños, sus docentes y familias debe cuidarse con prioridad en nuestras calles, pero las restricciones de velocidad deben estar acordes a la legislación vigente, y no constituirse en una innecesaria lentificación permanente del tránsito, que no beneficia y propicia su ignorancia e incumplimiento, y que a veces se transforman en multas cazabobos, que no contribuyen a la seguridad vial.