Se ubica en el medio de la gama de la pickup fabricada en Córdoba; ofrece un diseño diferencial, un nivel de equipamiento correcto y una mecánica confiable y eficiente para competir en el cada vez más amplio mercado local
El universo pickups está pasando por un momento excepcional en nuestro país. A la cantidad de opciones disponibles desde hace tiempo, constantemente se van sumando modelos y versiones para completar una oferta en la que muchas veces es complicado poder elegir. Como muestra de lo anterior, vale remitirse a las estadísticas: una de ellas es el vehículo más vendido del país de los últimos años, y en enero tres chatas figuraron entre los primeros cinco más patentados.
Nissan tiene una enorme trayectoria en este segmento: fabrica pickups desde 1935 y comercializa aquí la Frontier desde hace décadas. Y no solo eso, sino que en 2018 comenzó a producir este modelo en su planta de Santa Isabel, Córdoba, en reemplazo de las que llegaban importadas de Asia y para abastecer al mercado regional. Y en busca de ampliar su gama, pocos meses atrás lanzó las versiones X-Gear, que se ubican en el rango medio del portfolio y que cuentan solo con transmisión automática para atraer a un público que pueda usarla tanto para el trabajo como para la vida urbana. Se ofrece con dos tipos de tracción 4x4 y 4x2, que fue la que probamos.
Podría decirse que lo que distingue a esta X-Gear es una estética singular que busca darle una identidad más deportiva. Ésta está dada por ciertos elementos diferenciadores y que en el frente resaltan, por ejemplo, en la ausencia de los cromados típicos de otros modelos de la línea, la abundancia de los plásticos negros (parrilla, paragolpes, etcétera) y en el tonalizado en los marcos de los faros.
En los laterales aparecen unos grandes calcos que cubren las dos puertas con la leyenda X-Gear y las llantas de aleación también en negro (calza neumáticos All Terrain 255/70 R16). Además, la barra de San Antonio es de diseño exclusivo para esta versión y en negro mate, al igual que los estribos y las barras de techo.
La buena calidad de terminaciones (sin ruidos y con encastres prolijos) y materiales (dominan los plásticos duros como es habitual en un vehículo de estas características pero no le quedan mal) y los múltiples lugares para llevar objetos son la constante en el espacioso interior. Ahí se encuentra un equipamiento justo (climatizador, tomas USB, dos entradas de 12 V) entre el que sobresale un renovado sistema de infotainment con pantalla central táctil de 8″ y conectividad con los sistemas Android Auto y Apple CarPlay y posibilidad de conectar dispositivos vía Bluetooth.
La posición de manejo es fácil de encontrar, con una butaca de múltiples regulaciones y una columna de dirección que se ajusta solo en altura (sería ideal que lo hiciera en profundidad), y los asientos con terminaciones en tela y símil cuero. El tablero, por otra parte, es del tipo tradicional y analógico y en el centro se encuentra la computadora de viaje digital de fácil lectura y en la que se puede ir variando la información.
La X-Gear cuenta con dos mecánicas. En el caso de esta versión de tracción simple, equipa el motor turbodiésel 2.3 L que en entrega 160 CV a 3750 rpm con un torque de 41 kgm entre las 1500 y las 2500 rpm y que se asocia a una caja automática de 7 marchas.
El conjunto es equilibrado y se destaca en las partes baja y media del tacómetro con muy buena aceleración, reacción y empuje y una transmisión bien relacionada que no muestra demoras ni tironeos a la hora de pasar los cambios. Pero hay que decir que arriba se extraña la potencia y el punch extra de las otras versiones de la Frontier (tienen 190 CV, 46 kgm y doble turbo). De todas maneras, esta mecánica no desentona para el uso que está pensada y sus prestaciones son lógicas: acelera de 0 a 100 km/h en 12,5 s y recupera de 80 a 120 km/h en 8,5 s.
En ruta se la nota confiable y silenciosa, con el impulsor trabajando muy relajado (a 120 km/h apenas supera las 2000 rpm) y en ciudad es equilibrada. Eso se traduce en consumos correctos: cerca de 9 L/100 km a 120 km/h constantes en ruta y unos 11,5 L/100 km en ciudad.
- Motor: turbodiésel
- Cilindros: 4 en línea
- Cilindrada: 2298 cc
- Potencia: 160 CV a 3750 rpm
- Torque: 41 kgm entre 1500 y 2500 rpm
- Caja: automática de 7 marchas
- Tracción: 4x2
- Precio: $3.079.900
Sin balanceos, saltos o movimientos descontrolados y mucho aplomo en el andar, el comportamiento dinámico es muy bueno y transmite confianza tanto en rectas como en curvas (la dirección es bien directa y precisa). Los frenos responden siempre bien (necesita unos 45 metros para detenerse por completo desde los 100 km/h) y en lo que hace a seguridad cuenta con lo justo: frenos con ABS y EBD, controles de estabilidad y tracción, y asistentes de frenado de emergencia y de ascenso y descenso en pendientes, además de anclajes Isofix y solo dos airbags (los frontales).
Otro aspecto destacado es el del confort de marcha, en lo cual mucho tiene que ver la calibración del sistema de suspensiones (delantera de doble horquilla y trasera Multilink con eje rígido con barra estabilizadora) que apenas pasa las imperfecciones del terreno al habitáculo.
El precio sugerido es de $3.079.900, y es bastante competitivo respecto de sus rivales. Además, Nissan ofrece ahora garantía por 5 años o 150.000 km en toda la gama Frontier.