Además de todas las aberraciones que cometió al frente de la Alemania nazi, Adolf Hitler siempre tuvo la obsesión de demostrar la supremacía de su nación a través de logros tecnológicos. Si otro país tenía el récord de velocidad de un vehículo en la tierra, los avances industriales promovidos por el líder alemán deberían hacer un auto todavía más veloz. Así nació la idea de construir el Mercedes T80, popularmente conocido como elPájaro Negro, un bólido con el que se pensaba superar los 700 kilómetros por hora.
El Mercedes T80 sería un vehículo con seis ruedas y un diseño aerodinámico que lo asemejaba a una nave espacial de tintes futuristas. Fue diseñado por Ferdinand Porsche, exjefe de ingeniería de Mercedes y el que diseñó también el legendario "Escarabajo" de Volkswagen. La inversión la realizó el gobierno de Hitler -fue, en principio, de 600.000 marcos- y la construcción estaría a cargo de las compañías Daimler y Benz, que se unieron para concretar este proyecto en el año 1937.
El desarrollo de este bólido fue detenido casi cuando estaba listo por el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, el 1 de septiembre de 1939, pero las características del T80 continúan despertando la fascinación de los estudiosos de los automóviles y de la tecnología alrededor del mundo.
La carrera por la velocidad
El proyecto del Pájaro Negro fue, como muchas de las obras emprendidas por el nazismo, un proyecto grandilocuente y excesivo, pensado en sumar puntos para la maquinaria propagandística nazi. Su marco de desarrollo fue la competencia que entablaron Estados Unidos, Inglaterra y la propia Alemania por alcanzar la velocidad máxima de un vehículo sin despegarse de la tierra.
En ese sentido, año a año se realizaba en Alemania la competencia de aceleración y velocidad conocidas como Rekordwoche. En enero de 1938 Auto Union y Mercedes competían en un trozo de autopista entre Frankfurt y Darmstadt. El Mercedes W125 -736 caballos de fuerza-, del piloto Rudolf Caracciola alcanzó los 432,69 kilómetros por hora.
El piloto Benrd Rosemeyer, en tanto, no tuvo la misma suerte que su contrincante: su Auto Union perdió estabilidad y salió de la ruta a más de 400 kilómetros por hora. El conductor murió.
Rosemeyer fue glorificado por el propio Hitler como un héroe del Tercer Reich. Y fue otro piloto amigo suyo, Hans Stuck, el que convenció al líder alemán de que el récord de velocidad debería quedar en manos de los alemanes. Y debía incluso duplicarlo, o llegar cerca de hacerlo. La velocidad a la que se aspiraba llegar con el Pájaro Negro era de 725 kilómetros por hora.
Detalles técnicos
Daimler puso entonces manos a la obra, y Mercedes, junto a Porsche, crearon un gigantesco chasis tubular donde instalaron el motor de un Messerschmitt Bf-109, un avión caza de combate. El propulsor DB-603 era un V12 invertido de 44,5 litros de cilindrada, sobrealimentado por un gigantesco compresor. Dicho motor contaba originalmente con una potencia de 1750 CV y fue llevado luego a 3000 CV.
Como este motor pesaba alrededor de una tonelada, fue necesario hacerle al vehículo, de unos 8 metros de largo, unos tres ejes, en cuyas puntas se les colocaron neumáticos experimentales pensados y diseñados para poder soportar velocidades superiores a los 700 kilómetros por hora.
El Pájaro Negro fue dotado de una carrocería similar a las que se usan en los aviones, donde la aerodinamia fue clave. Por ejemplo, para que las altas velocidades no saquen al vehículo de la ruta, como le había pasado a Rosemeyer, se le habían diseñado dos pequeñas "alas" laterales para estabilizar al bólido.
También tenía dos colas, un fondo plano y un habitáculo para el piloto completamente carenado. El Pájaro Negro pesaba, en total, 2898 kilos. La segunda guerra mundial impidió que pudiera saberse si el Mercedes T80 podría llegar a superar el récord pretendido por Hitler.
La llegada del conflicto bélico tampoco permitió que se convirtiera a ese vehículo en un verdadero Pájaro Negro, puesto que nunca se lo terminó de pintar del color que formaba parte de su nombre. Actualmente, el vehículo se encuentra en el Museo Mercedes de la ciudad alemana de Stuttgart y se lo ve con un color metálico.
Actualmente, el récord de velocidad sobre tierra en un vehículo movido por un motor convencional es del Railton Mobil Special, de origen británico (la misma compañía había obtenido el récord anterior, de 563 kilómetros por hora en 1938). En 1947, esta máquina alcanzó una velocidad máxima de 647 km/h. Se suponía que el Pájaro Negro podría superar esa cifra. La historia, sin embargo, tenía otros planes.
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