El piloto de Rally, que comenzó a correr en motos a los 10 años, prefiere los vehículos 4x4, y asegura que es fundamental tener el auto en condiciones para evitar accidentes, especialmente en la ruta
Federico "El Coyote" Villagra es de esas personas que conoce cada sonido y reacción de una moto y vehículo tanto en la pista como en las rutas o en la calle. Piloto experimentado de diversas categorías, comenzó a competir en moto en 1979, cuando apenas tenía 10 años. En 1997 pasó al automovilismo, y desde 2014 se ha aventurado en las difíciles rutas del Rally Dakar. Así, este cordobés que ha liderado el podio de un sinnúmero de carreras en el mundo motor, desde su experiencia recuerda cómo fueron sus inicios y ofrece algunas sugerencias para una conducción más segura.
"Empecé a manejar desde muy chico. A los 6 años ya agarraba un volante bajo la mirada de mi padre, y a los 9 manejaba su auto porque él hacía caminos viales y me llevaba a las obras por esos caminos donde no transitaba nadie. Entonces, daba el Jeep y andaba con él. En competición arranqué con las motos y corrí hasta los 29 años en motocross. Siempre tuve mucha relación con los autos", comentó Villagra. Y agregó: "Somos cuatro hermanos, los mellizos dos años más chicos y una hermana un año más grande. Con mis hermanos fuimos parecidos: los tres hicimos motocross, pasamos al rally, uno de ellos fue mi navegante y el otro corrió por su lado. Los tres siempre hemos estado involucrados con el automovilismo".
Recuerda que su primer auto de calle fue un Jeep Comanche: "Tenía 18 años y era lo único que podía comprar. Así que me las rebusqué y la tuve. Casi siempre he tenido camionetas, principalmente por mi actividad y más actualmente por el rally. Ahí, muchas veces tengo que recorrer caminos difíciles y necesito un vehículo que me sirva para este trabajo y que además sea familiar. Las camionetas tienen los dos roles. Hoy tengo una Ford Ranger muy cómoda y práctica", comentó.
"El Coyote" reconoce que siempre le gustaron más las cajas manuales, "porque permiten al piloto jugar, hacer cosas que no se puede con la automática". Pero aclara: "Si me decís vamos a California para andar por las autopistas, sin duda elijo la automática. Pero, siempre es más lindo una caja manual; para un piloto no tiene comparación".
Su espíritu inquieto lo lleva a que cuando llega a cualquier destino en el mundo alquile un vehículo: "Voy a los lugares que me lleva o hago la ruta. Por ejemplo, en Marruecos, alquilamos una camioneta y nos metimos en el desierto e íbamos más y más adentro, sólo con un GPS, sin rumbo. Me gusta hacer eso. Son las travesías que no podés hacer normalmente y me emocionan, me animan, me encantan. Jamás hago otro tipo de turismo".
Respecto de los vehículos que alquila, prefiere los 4x4 y revisa que esté en condiciones antes de salir a recorrer.
Aunque parezca extraño, dice que siempre lleva en el auto "una bolsita de pimentón". ¿Las razones? "Porque si se pincha el radiador o tenés una fuga de agua, mezclás el pimentón con agua y lo agregás al radiador y te emparcha cualquier cosa. Es increíble pero funciona. Lo llevo en los autos de carrera y los de calle, me ha salvado y he ayudado a muchas personas en la ruta".
Respecto de los cuidados para salir a la ruta, el piloto sugiere: "Es clave ser consciente que todos los autos necesitan revisión y mantenimiento y no hay que subestimar esto. El 80 por ciento de las personas usa el auto hasta que falla algo y recién ahí lo cambia. Pero cuando se va a salir de viaje lo primero que hay que hacer es revisar los fluidos y que las cubiertas, los frenos y los amortiguadores como mínimo estén en condiciones. Esto último es fundamental, es lo que te salva de tener o no un accidente, porque si el auto tiene el sistema de suspensión en condiciones, ante una maniobra inesperada el auto se comporta como debe ser; pero si no está bien el auto hace cualquier cosa. No hay que esperar a que suene, se rompa o no ande algo del auto para revisarlo".
Afirma que su mayor desafío lo vivió en Inglaterra, durante el World Rally Car: "En el RAC me tocó correr una carrera de noche con niebla, lluvia, barro, no se veía nada, fue la peor de mi vida. Recién me había operado de vesícula y aún tenía los puntos. Fue realmente horrible, pero terminé entre los 10 primeros y eso fue lo importante. Fue muy sacrificada y durísima".
Si bien, no desea un auto en particular, le gustaría como auto de calle un Ford Mustang. Y sobre el automovilismo reconoce: "En la Argentina tuvimos una década donde los Mitsubishi marcaron una época, sobretodo en el rally, todos empezamos y nos desarrollamos con ellos y el rally creció de su mano. Fueron grandes modelos que tuvimos en el país para correr".
Finalmente, en su trayectoria recientemente ha compartido competencias con mujeres, en Baja California: "Con la italiana Christine Giampaoli que corre en varias competencias por el mundo, ella hizo 250 millas y yo las otras 250. Me sorprendió, hicimos test y manejó muy bien. Y conozco a grandes pilotos argentinas como Nadia Curto que corre en el Rally, anda muy bien y le gana a muchos pilotos. Es simple, con trabajo y dedicación las mujeres y los hombres llegan al mismo resultado. Hoy, las pilotos realmente andan bárbaro. ¡Bien por ellas!", concluyó Villagra.