El temporal arrasó el Oeste y dejó 15 muertos
Los vientos fueron equivalentes a los de un huracán; los barrios más carecientes se llevaron la peor parte
"Fueron los peores diez minutos de mi vida." Así recordó Laura Salinas, de 33 años, vecina de Ituzaingó, el momento en que junto con su marido y con sus hijos vio volar, como en una película, las chapas del techo completo de una estación de servicio en medio del
la ciudad y el conurbano. El fenómeno dejó por lo menos 15 muertos y más de 500 evacuados.
En la Capital, tres personas murieron al desplomarse el techo de una casa de la villa 21-24, en el límite de Nueva Pompeya con Barracas, y un hombre perdió la vida al caérsele encima una pared en Flores.
En el Gran Buenos Aires se registraron once víctimas mortales por aplastamiento y por electrocución: cuatro murieron en Moreno y dos en La Matanza. Las otras son de Morón, Avellaneda, Quilmes, La Plata y Florencio Varela.
El fuerte temporal de anteanoche provocó desde voladuras de techos y carteles hasta caídas de árboles -400 sólo en la ciudad de Buenos Aires y unos 1000 en Morón-, postes de luz y paredes enteras. Ayer, los destrozos podían apreciarse tanto en la vía pública como en viviendas, comercios e instituciones, y subsistían consecuencias como la interrupción de servicios de luz y agua. Los vientos, que alcanzaron los 120 km/h, tuvieron la intensidad de un huracán de nivel 1, según los protocolos internacionales, y se ensañaron especialmente con las zonas más humildes: la mitad de los muertos vivían en villas o barrios carecientes.
Laura volvió ayer a la zona del desastre, a la esquina bonaerense de Ratti y Terrero, y mientras sostenía con fuerza a su hijo Joshua, de un año y ocho meses, agregó: "Tratamos de calmarnos, mientras veíamos cómo dos personas se refugiaban en lo que era este techito". De ese "techito" sólo quedaban escombros. "Por Dios, espero que ellos también estén bien", dijo, al enterarse de que, entre las víctimas mortales, hay varios de la zona del Oeste, la más afectada. Entre los municipios bonaerenses que llevaron la peor parte se encuentran Moreno, Ituzaingó, Morón, La Plata, Avellaneda, Ensenada y Quilmes. En la ciudad se registraron los mayores destrozos en los barrios de Mataderos, Parque Avellaneda, Parque Patricios y Bajo Flores.
Antes del temporal, el Servicio Meteorológico había emitido una alerta por tormentas ante el choque de un frente frío con una masa de aire cálido, húmedo e inestable que se desplazaba del centro al este del país. Fue la segunda vez en 15 días que cayó granizo en la ciudad y el conurbano y fue otra de las intensas precipitaciones que se registran desde comienzo de año.
Al testimonio de Laura se sumó ayer el de aquellos vecinos que vivenciaban con estupor y dolor los destrozos, mientras levantaban escombros, reparaban los techos de teja y chapa, barrían las veredas y se lamentaban por la falta de agua, electricidad y telefonía, entre otros servicios interrumpidos por el paso del fenómeno.
En Ituzaingó, Ernesto Maggio, un técnico electrónico de 32 años, removía partes de un pino que, tras los vientos huracanados, cayó sobre su casa y sobre la de su vecina, en Barcala al 1700. "Nosotros zafamos porque nuestro techo es duro, pero a la señora de al lado le destrozó completo el hall de su casa. Fue un desastre, volaban techos, hay desde pinos hasta postes eléctricos y cables caídos por todos lados", señaló.
A pocas cuadras, el techo del campo de deportes del grupo Vaneduc, ubicado en Lavalle al 1200, era puro escombros. "No era ninguna estructura improvisada. Ahora representa una pérdida total de unos 150.000 dólares", señaló Fernando Rivera, responsable de la actividad deportiva del grupo educativo Vaneduc. "Por suerte no hubo víctimas. El material se repone, lo otro es irreparable", agregó.
Entre los fallecidos, sobre los que ayer no abundaba la información, se encuentra María Erica Levi, una estudiante universitaria de 21 años que anteanoche caminaba por la localidad platense de Gonnet para ir a cenar con amigos cuando un árbol de eucalipto se desprendió de una propiedad privada y cayó sobre ella. Al parecer, un vecino curioso que salió con su linterna a ver qué ocurría en las calles oscuras notó que bajo unas ramas tiradas sobre la vereda de la calle 505, entre 25 y 26, asomaba una pierna.
En Morón, donde se registró otra víctima fatal, se dispuso el estado de emergencia y se conformó un comité de crisis por la emergencia. Allí los vientos superaron los 120 km por hora. Ayer, el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, recorrió los partidos más afectados. En tanto, unos 600 gendarmes fueron destinados a coordinar acciones de prevención en esos distritos.
En avenida Rivadavia al 12.200, en la localidad de Ciudadela, se vino abajo parte del techo de una estación de servicio YPF. Martín Creatore, encargado de la estación, lamentó las pérdidas y estimó que las obras de reconstrucción demandarán al menos 15 días.
Los angustiantes testimonios se repetían a su vez en distintos puntos de la Capital Federal. "Cuando ya vi desde la esquina la calesita hecha pelota me puse a llorar", señaló Leonela Chemes, de 24 años y familiar de los dueños de este entretenimiento que tiene más de 50 años en el barrio de Parque Avellaneda.
Entre los tantos árboles caídos en ese parque, un álamo destrozó el techo de ese juego. "Esta calesita es patrimonio histórico cultural y ya el año pasado otra tormenta la rompió. Esperemos que hagan algo desde la Ciudad porque en el anterior temporal no se cubrieron los gastos."
El techo de la parroquia
A una cuadra, en la rotonda de Rodó y Fernández, voló parte del techo de la Parroquia Virgen de los Desamparados. "Se levantó de cuajo y se clavó en frente, en dos postes de luz", relató Ismael Fontes, vecino del barrio. "Hoy salimos todos con las cortadoras eléctricas a ayudar, pero hace falta un seguimiento de árboles porque hay muchos que son viejos y están secos. Lo de la calesita... sin palabras. Es muy triste ver así la plaza donde te criaste", agregó.
Otros de los barrios porteños más afectados fue el de Mataderos, donde varios comercios sufrieron graves destrozos en sus mamposterías. En uno de ellos, un supermercado "chino" en Alberdi al 4900, Mónica, productora de seguros en la zona, trataba de contener a los encargados. "Nunca en la vida pasó algo igual. Mucho granizo, mucho incendio, pero ráfagas de viento así, jamás", señaló durante su recorrida.
En este barrio, y al igual que en numerosas instituciones deportivas, el club Glorias Argentinas sufrió graves destrozos ante la caída de parte de su estructura. En tanto, el ministro porteño de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli, sostuvo que "los vientos se asemejaron a los de un tornado" y que el nivel de virulencia de la tormenta no fue normal.
En Constitución, la antena de una emisora radial cayó sobre ocho colectivos en la terminal de la línea 96, ubicada en Salta al 1800. Provocó además daños sobre una unidad de la línea 100 que circulaba por esta calle. "Gracias a Dios no se lastimó nadie. Todos los choferes estaban en una sala que tenemos para esperar la salida a un nuevo servicio", señaló Jorge Osvaldo, chofer de esta línea desde hace más de 20 años.
Con la colaboración de Valeria Musse, desde La Plata.