La casa menos conocida de Carlos Gardel que se esconde en Balvanera
El cantante y su madre vivieron en un amplio departamento de Rincón 137; lo ocuparon un año, a partir de 1926
En Balvanera , una placa de bronce en el frente, al lado de la puerta, atestigua el breve paso de Carlos Gardel por una magnífica residencia que sobrelleva airosamente sus años y su leyenda. La placa señala 1891 como año de su nacimiento, aunque el cantautor nació el 11 de diciembre de 1890 en Toulouse, Francia. A pocos metros, sobre la vereda, otro viejo cartel en inglés dice Carlos Gardel House y señala que el edificio integra el circuito tanguero gardeliano de Buenos Aires, que incluye también el Congreso Nacional, la Casa de los Lirios, el Café de los Angelitos, la Plaza de Mayo y el ex-Mercado Spinetto. Sin embargo, la mansión de Rincón 137 donde vivió el "zorzal criollo" parece olvidada, ignorada por los recorridos turísticos que ofrece el gobierno de la ciudad y por los mismos porteños, quienes transitan apurados por su vereda.
Enrique Espina Rawson, presidente del Centro de Estudios Gardelianos, recordó: "Gardel, junto a su madre, Berthe Gardes, vivió durante un año en uno de los departamentos de Rincón 137. Era una típica casa de renta, mejor que la anterior de la calle Rodríguez Peña 451, donde vivía en planta baja y la gente lo molestaba todo el tiempo tocando el timbre, confundiéndolo con el portero". Lo hizo frente al edificio de seis plantas y 28 unidades situado a metros de El Español, un restaurante clásico del barrio. "Gardel habitó en el segundo piso, al fondo, en uno de los departamentos más pequeños", agregó una vecina que prefirió no dar su nombre. Según esta propietaria, los habituales interesados en el inmueble son los productores de cine: varias veces los departamentos fueron alquilados como locaciones para películas.
La mansión de Rincón 137 data de 1925 y es obra del arquitecto Arturo Prins, tal como lo consigna la inscripción de la fachada. Es una armoniosa y sólida casa de rentas, al estilo de las grandes obras de esa década, de estilo francés, persianas de hierro, puerta de rejas, ornamentación sobria y mansarda de pizarra. Está encuadrada dentro del estilo academicista francés, con amplias unidades que se asemejaban más a una casa que a un departamento. Se suceden palieres con elegantes faroles, de dimensiones holgadas; techos altos, dependencias de servicio, cuarto de planchar y mucha luz gracias a un patio interno. Es decir, muestra la comodidad que se percibe en las casas con historia.
"El buen tono y la calidad de los materiales utilizados nos hacen pensar en la equivocada creencia de que este tipo de obras solo se llevaban a cabo en Barrio Norte. No era así, para nada. Aún subsisten en muchos barrios de Buenos Aires suntuosas residencias, tanto particulares como de rentas, tal este caso, que acreditan lo que decimos", agregó el experto, autor del libro Disparen contra Gardel, en el que atestigua con documentación que el genial músico no es uruguayo.
Según otro de los datos que consigna la placa del edificio de Balvanera, Gardel lo habitó entre 1926 y 1928. Aunque las fechas son difusas. "Eligió esa casona porque estaba cerca del Café de los Angelitos, del que era habitué, situado a una cuadra y media, sobre Rivadavia", aclaró Espina Rawson. Miguel Ángel Morena, en Historia Artística de Carlos Gardel, al iniciar su reseña del año 1927 aclara que junto a su madre ya vivían en el edificio de Rincón, fecha que coincide con la estipulada por Espina Rawson. Ese mismo año se mudaron juntos a Jean Jaures 735, en el mismo barrio, propiedad que Gardel adquirió a un empresario teatral en un viaje a Europa. Así es que ambos vivieron durante 1926 y quizás algo del 27 en Rincón 137.
La casa de Jean Jaures hoy alberga el museo que lleva el nombre del cantautor y es asiduamente visitada por turistas.
En la zona norte
Otro dato poco conocido es que el edificio de Rincón está unido a otro del conurbano norte. Allí, Arturo Prins, arquitecto e ingeniero uruguayo radicado en la Argentina, proyectó y construyó entre 1933 y 1934 -junto al arquitecto Oskar Ranzenhofer- el Instituto de Botánica Darwinion. Fue en Labardén 200, esquina Estanislao del Campo, Barrio Parque Aguirre, de San Isidro.
Se sitúa en prácticamente un laberinto de calles empedradas circulares, de difícil resolución para quien no conoce. El edificio contrasta visiblemente con los tradicionales chalets Tudor de la zona y con el de la calle Rincón. En el de San Isidro se aprecia un juego de volúmenes en los bloques cúbicos que forman las alas del edificio y los ventanales que sobresalen como ábsides, dando al conjunto un aspecto de moderno búnker blindado, que contrasta con la apacible arboleda de los jardines.
"Esta obra de Prins no tiene antecedentes. Sus anteriores realizaciones son, de una u otra forma, tributarias del clasicismo, como la de la calle Rincón y el edificio de la avenida Las Heras 2214, antigua sede de la Facultad de Derecho, hoy Facultad de Ingeniería, con aspecto de catedral gótica", concluyó el experto.