Día Mundial del Agua. Chapuzones y tempestades en un palacio dedicado a un recurso vital y escaso
En el edificio ubicado en la avenida Córdoba al 1900, que pertenece a AySA, se inauguran dos exposiciones alusivas a esta fuente de vida e imaginación
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Dentro y fuera del Palacio de las Aguas Corrientes, el majestuoso edificio porteño situado en la manzana de la avenida Córdoba al 1900, se exhiben desde este mes dos muestras sobre ese recurso vital y escaso que ya cotiza en bolsas internacionales y sobre el que los futurólogos alertan que será motivo de disputas entre países y comunidades: el agua potable. Solo el 3% del agua del mundo es apta para el consumo humano y, según Naciones Unidas, 2200 millones de personas viven sin acceso a agua potable. Hoy se celebra el Día Mundial del Agua y, el 31 de este mes, el Nacional. Más que nunca son imprescindibles las tareas de concientización sobre el uso sostenible y racional del agua potable.
La sabiduría del refranero popular es irrebatible: “Agua corriente no mata a la gente”. Después de las epidemias que asolaron la capital del país en el siglo XIX y por iniciativa (cuándo no) del estadista Domingo F. Sarmiento, se decidió construir un gran depósito para alojar los tanques de suministro de agua potable en la Reina del Plata. Dado que en ese entonces la red fluía de arriba abajo, se eligió esa ubicación porque era uno de los puntos más altos de la ciudad. El Palacio de las Aguas, ideado por el ingeniero civil inglés John Bateman, fue inaugurado en 1894. Es un edificio totalmente “importado”: está revestido con 300.000 piezas de procedencia londinense (170.000 mayólicas y 130.000 ladrillos vitrificados) y en su interior guarda una enorme estructura de hierro fabricada en Bélgica, con tres pisos de tanques sostenidos por 180 columnas capaces de albergar más de 72 millones de litros de agua. En 1989 fue declarado Monumento Histórico Nacional. Actualmente, depende de Agua y Saneamientos Argentinos (AySA), que preside Malena Galmarini.
Cabe agregar que, como en todo palacio que se precie, hay una biblioteca. Esta es semipública, con más de quince mil ejemplares y adonde concurren estudiantes e investigadores interesados en Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente. La Biblioteca “Ingeniero Agustín González” posee, además, un sector para niños (con bebeteca incluida).
Existen dos espacios expositivos. En el interior, se encuentra el Museo del Agua, a cargo de la arquitecta Celina Noya, y que integra las colecciones del Museo de Obras Sanitarias de la Nación (creado en 1958) y del Museo del Patrimonio Histórico (en 1996). En 2009, pasó a denominarse Museo del Agua y de la Historia Sanitaria. En el exterior, sobre la avenida Córdoba, se halla la flamante Fotogalería del Palacio, al aire libre y al cuidado del artista Alejandro Chaskielberg, autor de fotoensayos centrados en universos, usos y significados del agua. Ambas muestras permanecerán abiertas hasta junio.
Con su inauguración, la semana pasada, se convirtió en la segunda galería de fotos a cielo abierto en la ciudad de Buenos Aires (la primera está en otro palacio porteño, sede de la embajada de Francia). En la muestra colectiva Rituales conviven imágenes de cuatro artistas argentinos -Nicolás Trombetta, Florencia Trincheri, Luis Abadi y Patricia Ackerman-, el estadounidense David Walter Banks, la rusa Eva Milkonskaya y la ucraniana Marta Syrko. “A ellas las convocamos mucho antes del inicio de la guerra -revela Chaskielberg a LA NACION sobre las dos artistas extranjeras-. Ahora sus imágenes cobran nuevos sentidos”.
La serie de fotos despliega y documenta algunas formas del vínculo que se establece con el agua: sensorial, poético, lúdico, onírico y espiritual. “Exhibe imágenes que muestran la conexión íntima de las personas con el agua, al sumergirse en ella o flotar -detalla Chaskielberg-. La idea es mostrar cómo disfrutamos del contacto con el agua en forma grupal e individual. Es una conexión casi cotidiana, casi instintiva y animal. El agua está en la historia de todas las comunidades y creencias y a través de ella nos conectamos con lo divino”.
El filósofo francés Gaston Bachelard destacó el carácter arquetípico del agua. “No nos bañamos dos veces en el mismo río, porque ya en su profundidad el ser humano tiene el destino del agua que corre -escribió en El agua y los sueños-. El agua es realmente el elemento transitorio. Es la metamorfosis ontológica esencial entre el fuego y la tierra. El ser consagrado al agua es un ser en el vértigo”.
El criterio de selección de Chaskielberg fue exhibir obras de artistas, en especial de argentinos, que utilizan el agua como recurso narrativo y poético en sus proyectos. “Busqué imágenes potentes que muestren diferentes formas de unión de los cuerpos con el agua para que el público transeúnte pueda identificarse rápidamente con ellas y con la idea del rito”. Las fotos se dejan ver desde la calle, los autos y los medios de transporte que circulan por la avenida Córdoba. La instalación de las fotos -que, al estar iluminadas, se pueden apreciar incluso de noche- contó con la aprobación de la Comisión Nacional de Monumentos Históricos.
Con la presencia del ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, y la presidenta de AySA, se inauguró el jueves pasado en el Museo del Agua Tempestades, primera muestra individual de la artista Agustina Chaufan (Buenos Aires, 1992). Al cuidado de María Carolina Baulo, se exhiben en el interior del Palacio un conjunto de dibujos en tinta, marcadores y acrílico sobre papel, paneles con detalles de obras y una instalación “inmersiva” (a tono con la tendencia de la época) realizada por el equipo de Cultura de la institución. “Tempestades nos presenta un temperamento efervescente, curioso, una mirada incansable”, se leen en el texto de Baulo. Chaufan hizo clínicas de obra con la artista Carolina Antoniadis y Baulo, participó en talleres en la Universidad de la Artes en Londres y fue seleccionada en 2021 para el Premio Argentino a las Artes Visuales de la Fundación OSDE. La representa la galería Praxis.
“Estoy más que feliz con el resultado y agradecida con el equipo del Museo”, dice Chaufan, que cruzó el Atlántico desde Madrid, donde cursa una maestría en Investigación en Arte y Creación, para estar presente en la inauguración. “Las obras fueron hechas entre enero de 2021 y la actualidad -dice a LA NACION-. Empecé a trabajar en estos ‘paisajes imaginarios’ a comienzos de la pandemia y luego se fueron derivando otras series relacionadas. Ahora estoy abocada a una con juegos de perspectivas, aunque todas las series están interrelacionadas y se van fundiendo, son distintas lecturas que van variando a partir de grafismos reiterados”.
En sus obras, influidas por la pintura oriental, se ven cascadas, ríos que corren de abajo arriba y olas encrespadas como las que pintó Katsushika Hokusai. “Del agua me atrapa su nota de fluidez y cómo se interrelaciona con los otros elementos propios de la naturaleza -agrega la artista, que también es abogada graduada en la Universidad de Buenos Aires-. La fluidez refleja de cierta forma el funcionamiento del universo, que al final desafía todo orden lógico impuesto por la ciencia y los cálculos”. A Chaufan le interesa la dicotomía caos-orden y el rol (ilusorio) del control. “El papel en blanco es vacío, incertidumbre que convoca a inventarse reglas y un lenguaje propio donde pueden, o no, desaparecer los límites racionales que existen fuera -señala-. La obra trata sobre eso, el diálogo y equilibrio frágil entre opuestos aparentes. Es una mirada occidental sobre Oriente”.
La exdirectora de la Casa de las Culturas-Villa Carmen de Tigre, Albertina Klitenik Espartaco, es ahora la asesora cultural del Palacio de las Aguas. “La gestión liderada por Malena Galmarini, además de caracterizarse por expandir redes de agua, también lo hace en materia cultural -dice a LA NACION-. Y eso lo vemos reflejado en el apoyo para crear nuevos espacios de exhibición como es la Fotogalería del Palacio de las Aguas, y también en la programación de exhibiciones de artistas emergentes, que son los que más necesitan del impulso de las instituciones públicas para poder insertarse y afianzarse en la profesión”. Hay varios proyectos en desarrollo que ampliarán la oferta cultural en 2022, “siempre poniendo en valor el recurso fundamental del agua, su presente y su futuro”, remarca Klitenik Espartaco que trabaja en alianza con el “equipo femenino” de AySA, que se completa con Celina Noya, en el Museo del Agua; Mayra Mariani, directora de Relaciones Institucionales; Fernanda Villa, gerenta de Identidad, Cultura y Educación; Dolores Claver, coordinadora de Artes Visuales, y Gabriela Pedrozo, a cargo de la biblioteca.
Para agendar
El Palacio de las Aguas (Riobamba 750, piso 1º) está abierto de lunes a viernes, de 9 a 13 y de 14 a 17; para concertar una visita, hay que comunicarse por mail a museo_del_agua@aysa.com.ar. Las visitas guiadas presenciales y gratuitas duran aproximadamente una hora, y se hacen de lunes a viernes, a las 11 y a las 15. Se dispone de ascensor para uso personas con movilidad reducida. El ingreso al Museo del Agua se realiza por Viamonte 1951.
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