Eduardo Costantini compró una importante colección de arte que sumará más de 1200 obras al Malba
El empresario adquirió la Colección Daros Latinamerica, con piezas de 117 artistas de la región; presentará algunas el año próximo en el 25° aniversario del museo, que ampliará su sede de Barrio Parque
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“Es un momento único, comparable con la inauguración de Malba”, dice Eduardo Costantini a LA NACION, en su oficina del museo fundado por él en Barrio Parque hace casi un cuarto de siglo. Para celebrar ese aniversario a lo grande el año próximo, acaba de comprar “un regalo” de valor simbólico inestimable, que expandirá lo que considera su legado: nada menos que la Colección Daros Latinamerica, compuesta por 1233 obras de 117 artistas de la región, principalmente producidas entre las décadas de 1950 y 2010.
De esta manera, la colección integrada de Malba y de Costantini, hasta ahora el principal acervo de arte latinoamericano moderno y contemporáneo en exhibición en el mundo, casi duplicará su tamaño hasta sumar cerca de tres mil obras. Las más destacadas se presentarán en una gala con importantes invitados internacionales en septiembre próximo, cuando se cumplan los veinticinco años de una institución que marcó un hito en la historia cultural de América Latina.

Regresarán así a la región piezas que permanecieron guardadas durante los últimos años en Zúrich. Este acervo fue iniciado allí en 2000 por la coleccionista suiza Ruth Schmidheiny –fallecida en 2019- junto con su entonces esposo, Stephan Schmidheiny. Con curaduría de Hans-Michael Herzog, llegó a tener sede propia en Río de Janeiro.
El “rescate” del conjunto, por un monto no revelado, amplía tanto el alcance geográfico de las colecciones del Malba y de Constantini como la presencia de la fotografía, el video y la instalación. Y acelerará el proyecto de ampliar por debajo de la plaza Perú su sede principal, que también duplicará su superficie hasta llegar a los 8000 metros cuadrados.

-¿Cómo llegaste a esta decisión?
-Yo me preguntaba: “¿Qué va a pasar con esa colección?”. Pensaba en los Le Parc... Quería enterarme cuando comenzaran a vender obras.
-¿Pensabas que las iban a vender por separado?
-Claro. Pero hace poco viajé a Nueva York para la inauguración de [Wifredo] Lam en el MoMA, me reuní con Ariel Aisiks [fundador del Instituto de Estudios sobre Arte Latinoamericano (Islaa)] y me comentó sobre esta posibilidad. Inmediatamente, le dije que me interesaba. Sin duda, lo veo como una decisión histórica para la vida del Malba como institución.

-¿La idea es que en el futuro tu colección personal, que ahora suma esta adquisición, pase a integrar el acervo del Malba como ocurrió cuando fundaste en museo en 2001?
-Claro, el endowment. Hay dos aspectos importantes: uno es el institucional, porque hay un diálogo entre Malba y Fundación Daros. La adquisición de la Daros Latinamerica Collection, que abarca más de 1200 obras, tiene como destino a una institución por excelencia de arte de Latinoamérica en el mundo. Estamos rescatando una colección, un proyecto que se había discontinuado.
-Hace años que no estaba exhibida el público, ¿no?
-Por ahí hacían préstamos e hicieron muestras en Suiza, pero en 2015 se discontinuó Casa Daros en Río de Janeiro. Y además murió la persona que la que la fundó, Ruth Schmidheiny. El hecho de que una colección muy valiosa de arte latinoamericano esté ahora vital dentro de Malba, un museo de arte latinoamericano, es institucionalmente es muy fuerte. Y le da vida a través de Malba al sueño que tenía Ruth, o sea que ella estaría muy contenta de este final feliz. Es un statement muy fuerte, una reafirmación de nuestra vocación y de nuestro esfuerzo por difundir el arte latinoamericano.

-¿Cuál sería el otro aspecto importante?
-La Colección Daros Latinamerica es, de alguna manera, complementaria a la que tiene Malba. Es de arte contemporáneo y postcontemporáneo, mientras que la fortaleza de Malba es el arte moderno. No quiere decir que Malba no tenga algunas tenga obras importantes de arte contemporáneo. Entonces Malba, a través de esta adquisición, fortalece significativamente el periodo que arranca en los años cincuenta. La obra más antigua de la colección es un [Joaquín] Torres-García del año 38. Para mí fue una alegría porque cuando lo vi. Dije: “Este Torres lo conozco”.
-¿Lo habías visto antes?
-Sí. Hubo un remate famoso de una persona que murió joven, Royal Marks, y que tenía una gran colección de Torres-García. Eso lo remató Christie’s en la década del 90. Ahí tuve la oportunidad de adquirir la obra más valiosa de Torres-García, que hizo récord histórico en su momento: Composición simétrica universal en blanco y negro, de 1931. Esta otra obra estaba en el remate, no sé cómo terminó en manos de la Daros Collection.

-¿Cuáles son los artistas que se suman y que hasta ahora no estaban representados en tu colección o en la del Malba?
-En total, ingresan 75 artistas que no estaban representados. Yo estuve buscando una obra que rajara la tierra de Doris Salcedo durante treinta, cuarenta años. En la colección Daros hay dos obras suyas. También hay una instalación de Cildo Meireles, Misión/Misiones (Cómo construir catedrales), que es sumamente significativa. De él teníamos las botellas, que ahora están exhibidas en Pop Brasil.
-¿Y cuáles son las obras más destacadas?
-Por ejemplo, hay una tela de Lygia Clark la década del 60, que también siempre soñamos tener, que es espectacular. Hay tres o cuatro de sus Bichos, también. Hay dos importantes de [Jesús Rafael] Soto; un grupo de [Carlos] Cruz-Diez que también es muy significativo, otro bastante amplio de Antonio Dias… De [Luis] Camnitzer tiene obras muy buenas. También de [Luis F.] Benedit, que me asombraron. Y está Relevo espacial, del 59, de Hélio Oiticica. Yo me perdí de comprar uno hace algunas décadas, y este es espectacular.

-O sea que no es un sueño cumplido, sino varios.
-Sí, son obras muy importantes. Y solo con las que tiene de [Guillermo] Kuitca, podés hacer una muestra. También de Julio Le Parc, como la que exhibimos en 2014; de Luis Camnitzer, de Liliana Porter. En extensión, es increíble.
-¿A quién le compraste la colección?
-A la familia de Ruth.
-¿Se puede decir a qué precio?
-No, porque ellos no quieren se haga un disclosure de eso.

-¿Pero con qué inversión lo podrías comparar? Para tener una dimensión…
-Es como comprar un Frida Kahlo.
-¿Un Frida Kahlo, nada más?
-¿Sabés cuánto sale un Frida Kahlo? El último en subasta fueron 54 millones, pero el Autorretrato con chango y loro de Malba tiene cien como base. En la última venta privada, había tres compradores de una obra que era un poco más grande y se vendió en 132 millones. Lo importante es el valor simbólico, el valor curatorial que tiene esta colección. Esto cambia todo. Produce un impacto significativo y fuerte en Malba en el guion curatorial, en la espacialidad de la reserva técnica, en el manejo del inventario, los seguros…

-¿Dónde van guardar y a exhibir esas obras? ¿Esto va a implicar la ampliación del museo?
-Claro. Vamos a ampliar el Malba. Ya tuve una reunión con el jefe de Gobierno de la ciudad, anunciándole la ampliación que tenemos aprobada por ley, por debajo de la plaza Perú. Vamos a poner en marcha el proyecto ejecutivo para iniciarlo a fin del año que viene.
-¿Quién es el arquitecto?
-Estamos evaluando qué camino seguir con relación al proyecto arquitectónico. Estamos festivos por los 25 años de Malba, por la adquisición de la Daros Latinamerica Collection y por la ampliación de Malba. Son cosas muy vibrantes, vitales para la institución. Es un momento único, comparable con la inauguración de Malba. Es un regalo de la oportunidad, para el cumpleaños de Malba. Es un legado.

-Tu colección y la del Malba, en conjunto, integraban hasta ahora la principal colección de arte moderno latinoamericano exhibida en el continente. Ahora se duplica y se ubica entre las más importantes y extensas del mundo, ¿no?
-En número casi se duplica, pero tampoco se puede se puede pensar en términos de números. Porque la Colección Daros Latinamerica es muy importante pero no tiene obras de Frida, Leonora Carrington o Remedios Varo. Abarca un periodo contemporáneo y postcontemporáneo. Se expande el radio de acción. Esto va a resultar en un impacto muy favorable para Malba Puertos, porque la colección consolidada va a alimentar muestras en ambas instituciones. Ya hoy, con lo que hay, el Malba necesita más salas de exhibición.
-¿Pensás que esta adquisición va a traer nuevos públicos, al ser un perfil más contemporáneo?
-No lo sé. Con el Malba ampliado se van a sumar más de 1000 metros de obras exhibidas. Ahora, nuestra sala más grande tiene 600 metros. Además, va a haber un restaurant, dos auditorios y una plaza de las artes donde se va a poder hacer performance, música, teatro, literatura. Y vamos a hacer un programa de diseño y de arte textil. Esto le va a sumar vida al museo.

-¿Cuándo estaría terminado, más o menos?
-Si empezamos a finales de 2026, tiene que estar inaugurándose en 2029.
-¿Cuándo vas a traer la colección al país?
-Tenemos que ver. Hasta junio estará en Zúrich, en depósitos. Vamos a traer algunas obras para la inauguración de septiembre; todos los highlights que te enumeré y tal vez algunas otras.

-¿Ahí se presentarán las primeras, en el 25° aniversario, durante la gala?
-Exacto. La gala es el preopening de la nueva puesta de la colección, que va a ocupar dos pisos. También estamos trabajando en un libro que va a tener distribución internacional, y va a incluir algunas de estas nuevas obras.
-¿Quiénes van a venir a esa gala?
-Es una sorpresa. Para otra nota, más adelante.









