El arte en la guerra
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En batalla, los gaiteros eran fáciles de identificar, y debían marchar erguidos para tocar su instrumento. Por eso, resultaban bajas frecuentes; durante la Primera Guerra Mundial, los músicos caídos superaron los mil. Una imagen escalofriante por el cruce de la más pacífica de las artes, la música, y la más horrenda de las actividades humanas, la guerra. La gran gaita escocesa que se ve en la foto, ejecutada por un miembro de las tropas británicas durante el ejercicio militar Steadfast Dart 2025, es una de las muchas variedades que existen, y también la más popular. Su sonido único y melancólico nace de una arquitectura notable. El fuelle (la bolsa u odre) se llena con el aire insuflado por el portaviento (o soplete). El gaitero presiona el fuelle para hacer sonar el puntero, que es la flauta melódica, y los bordones, que equivalen al bajo continuo y pueden afinarse cambiando la extensión del tubo.

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