“Esoterismo pop”: rescatan pinturas desaparecidas del artista que predijo el asesinato de Kennedy
La galería Rolf Art le dedica una muestra a Charlie Squirru, fallecido en 2022; también exhibirá sus obras en arteba junto a las de Dalila Puzzovio, con quién formó una pareja emblemática en los años 60
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En abril de 1963, Carlos “Charlie” Squirru se despertó angustiado. Tomó lo que tenía a mano –témpera, esmalte, cera- para recrear con un collage en una pequeña tela lo que había soñado: el asesinato de John F. Kennedy, que se concretaría en noviembre de ese año. “Lo vi como si pasaran un film a mucha velocidad: Kennedy saludando; dos francotiradores, uno de cada lado de la calle; la llegada al hospital; cómo lo transportaban en una camilla y cómo, de pronto, del cuerpo del presidente caía otra bala”, recordó el artista en 2005, en diálogo con Luis Aubele.

Esa nota publicada por LA NACION se exhibe ahora en la galería Rolf Art en el marco de la muestra Esoterismo Pop: Charlie Squirru, que rescata a uno de los grandes protagonistas de la generación dorada del Instituto Torcuato Di Tella. A su lado hay una reproducción de esa obra titulada El camarón embalsamado: la cara del entonces presidente estadounidense aparece allí empapada en sangre, en medio de una mortaja y una tijera. Esa vitrina incluye también retratos realizados por el artista de los supuestos asesinos y un libro dedicado por su amigo Benjamín Solari Parravicini, conocido como “el Nostradamus argentino”.

“Charlie Squirru fue un artista pop emblemático, sí, pero ante todo fue un heraldo del pop esotérico”, opina Gonzalo Aguilar, curador de esta exposición que rescata el perfil único del polifacético creador fallecido en 2022. “Además del interés por la moda y la fiesta, por los medios masivos y la reproducción en serie –explica-, su obra trajo consigo un impulso oscuro y fascinante que provenía de las ciencias ocultas”.

Así lo demuestran por ejemplo las pinturas que anticiparon la violencia de los años 70, como La balsa de los cadáveres (1963), y un registro fotográfico de la instalación que presentó dos años después al Premio Di Tella: La Pirámide de Saturno combinaba escultura, pintura, sonido y música electrónica compuesta por Miguel Ángel Rondano. Al ingresar en su interior, después de subir tres escalones, el visitante se encontraba entre paredes tapizadas con baberos y escarpines ensangrentados, y sonidos que incluían fragmentos de marchas militares, ráfagas de ametralladoras y llantos de bebés. De ambos costados de esa pieza central salían materiales usados para las transfusiones de sangre, que conectaban con los perfiles de dos rostros. Uno de ellos, perteneciente a la Fundación Klemm, ocupa ahora un lugar central de la muestra.

Otra obra emblemática de su producción esotérica es Los hechiceros de la pulmonía (1963). Junto con otras de colegas como Antonio Berni, Julio Le Parc y Marta Minujín formó parte de la exposición colectiva New Art Of Argentina en el Walker Art Center de Minneapolis, organizada en colaboración con el Instituto Torcuato Di Tella, que marcó un hito en la proyección internacional del arte argentino. Participó también Dalila Puzzovio, artista con la cual Squirru formó una pareja emblemática desde los años ’60, y con quien celebró una boda presidida por un astrólogo.

Las pinturas de Squirru siguieron viaje entonces para ser exhibidas en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), en Washington. Allí trabajada como director de Cultura su hermano Rafael, que había fundado en 1956 el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Luego, desaparecieron durante muchos años. “Se les perdió el rastro y creo que se encontraron en Brasil. Las repatrió la empresa Delmiro Méndez e Hijo”, señala Florencia Giordana Braun, directora de la galería que ahora exhibe algunas de ellas.

El rescate actual es múltiple. Porque también se recuperan obras informalistas tempranas de Squirru, mientras Dalila protagoniza una retrospectiva en el Moderno. Y ambos tendrán también un rol protagónico en el stand de Rolf Art en arteba, que abrirá al público desde el viernes hasta el domingo en el Centro Costa Salguero. De esa manera se podrá redescubrir gran parte del “universo Squirru”, con temas recurrentes como las motos y las transfusiones de sangre.

Con este particular “set” posaba junto a Dalila y Edgardo Giménez debajo de la frase “¿Por qué son tan geniales”, en el icónico cartel instalado en 1965 en la esquina de Florida y Viamonte. “Charlie era hijo de un cirujano muy famoso, el doctor Carlos Squirru. Él también empezó a estudiar Medicina, pero a los dos o tres años huyó a Estados Unidos para estudiar y trabajar en pintura -recordó Puzzovio a LA NACION-. Cuando llegó allá, lo llamaron para hacer el servicio militar: o lo hacía o se volvía. Lo hizo y le tocó con Elvis Presley, en Alemania, durante dos años. Juntos hacían un entrenamiento cruel, pero la pasaron genial. Entonces yo no existía todavía para él. Pero años después fuimos juntos a Estados Unidos, donde trabajamos en diseño textil”.

Para agendar:
Esoterismo pop: Charlie Squirru en Rolf Art (Esmeralda 1353), hasta el 10 de octubre con entrada gratis. Y en arteba, junto con obras de Dalila Puzzovio, desde el viernes hasta el domingo en Centro Costa Salguero (Av. Costanera Rafael Obligado 1221).
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