La séptima tapa de Liniers para The New Yorker: un mensaje optimista en tiempos de pandemia
El dibujante argentino, que reside en Estados Unidos, fue convocado nuevamente para ilustrar la portada de la prestigiosa revista cultural neoyorkina
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De la estación del subte neoyorkino sale un hombre con barbijo y enormes flores de colores. Es un mensaje de optimismo dibujado por Liniers para la próxima tapa de The New Yorker, que sale el lunes 22 con el título “Springing back”, un juego de palabras entre “spring” (primavera) y la expresión “spring back” (que alude al regreso de los buenos tiempos prepandemia). “Creo que, con el tema de las vacunas, estamos viendo la luz al final del túnel del Covid. En Estados Unidos están bajando los casos así que quise llevar esa idea a la revista. El 21 de marzo empieza la primavera, que trae cierto nivel de esperanza. Sé que la Argentina está entrando en el otoño, que también puede traer esperanza. Como dice Diego Torres, el color esperanza pueden ser muchos colores”, cuenta el autor de Macanudo desde su casa en Norwich, donde está instalado desde que da clases en The Center for Cartoon Studies, una facultad especializada en cómic y novela gráfica.
Es la séptima vez que el ilustrador argentino es convocado por los editores de la prestigiosa publicación cultural para ilustrar la portada. Y es la tercera que aparece el subterráneo como escenario del dibujo. Liniers reconoce que lo extraña: no sólo porque en el pueblo del estado de Vermont no hay metro sino porque hace un año ya que vivimos en pandemia. “Extraño el subte, el asfalto, las aglomeraciones de gente; extraño los desconocidos. Hace mucho tiempo que uno ve solamente conocidos; eran interesantes los desconocidos –dice medio en serio, medio en broma-. En la primera tapa que hice con el subte estaban los personajes agarrados del pasamanos; en la segunda hay un personada sentado en un asiento con las piernas abiertas abarcando más espacio del que corresponde; y en esta hay uno que sale del subte. Así que quizás esa imagen tenga que ver con la esperanza de la que hablaba antes”.
¿Y las flores? Las dibujó no solo porque son el símbolo de la primavera sino porque fueron el disparador creativo. “Durante 2020 estuve trabajando en un libro que se llama Flores salvajes, que saldrá este año en La Editorial Común. Me pasé varios meses dibujando flores y tenía esa imagen en la cabeza cuando me puse a pensar la tapa. Así fue cómo se metieron las flores en el subte de Nueva York”, agrega.
Un detalle de la ilustración llama la atención a los argentinos: un afiche pegado en una pared, justo debajo de su firma, en el que se lee “Kevin Johansen live”, como su fuera un anuncio de un concierto de su amigo. “Lo metí a Kevin en la tapa porque él me invitó a sus escenarios y me parecía de buena educación devolverle los gestos. Además, Kevin es medio newyorker porque vivió ahí como diez años y conoce la ciudad de arriba abajo. Es mi newyorker favorito. Ahora seguramente los fanáticos de la revista comprarán sus discos y él ganará mucho dinero”.
Liniers asegura que cada vez que lo llaman del The New Yorker para pedirle una colaboración piensa que están equivocados, que ese mensaje no era para él. “Esta es la séptima tapa que me publican y las siete veces me pareció increíble. Pensé que había un error, que a último momento se darían cuenta que, en realidad, deberían publicar a otra gente más talentosa. Pero uno siempre le da la bienvenida a esos errores. Así que ojalá que se sigan equivocando para mi lado. No es algo que lo tomo como un trabajo más: cuando me seleccionan para una tapa y la aceptan, miro para el costado para ver si me están hablando a mí o a otra persona. Y resulta que querían publicar el dibujito de Ricardito”.
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