Sandra Ollo: "La edición es una manera de entender la propia trayectoria"
A cargo de Acantilado y Quaderns Crema hace menos de un año, la viuda de Jaume Vallcorba mantiene la identidad de los sellos
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Al principio no se habla de escritores, sino de un pianista, Alfred Brendel, y más específicamente de la edición de sus escritos musicales. El de Brendel es un caso raro, porque domina casi por igual el alemán de su Austria natal y el inglés de adopción. Eso implica que sus libros circulan en ambas lenguas como originales, aunque hay diferencias. "Por supuesto, la traducción se hará del alemán porque vi que es la edición más completa y la que él mismo da como definitiva." ¿Con cuántos editores podría mantenerse un diálogo así? Deben ser contados, y uno de esos poquísimos (aparte de, por decir tres, Manuel Borrás, Constantino Bértolo o Ignacio Gómez de Liaño) es Sandra Ollo, la actual responsable de Acantilado, la editorial que publicará a Brendel y aquélla cuyo catálogo muestra una obstinación y un grado de independencia mayor que la de casi cualquier otra de las llamadas editoriales independientes. Es también la más refinada.
Tras la muerte en agosto del año pasado de Jaume Vallcorba, fundador de Acantilado y Quaderns Crema, sellos sólidos y audaces a la vez, Ollo tomó a su cargo una editorial en la que la figura del editor (sus intereses, su erudición, sus amistades) era el núcleo de la identidad, el llamado "canon Vallcorba". Basta pensar en la recuperación y difusión de la literatura centroeuropea. "Yo llevaba varios años trabajando en la editorial, con Jaume, que era mi marido y fue también mi maestro -explica Ollo, de paso muy fugaz por Buenos Aires, en el stand de Waldhuter-. Si bien es cierto que era él quien daba la cara como fundador y editor, yo llevé adelante durante ocho años el departamento de edición, y eso es un máster en todos los aspectos. Durante tres años, me ocupé también de la gestión. Jaume quería que entendiera de manera global el funcionamiento de la editorial. Y la vida cotidiana con él era una charla continua, en su tono tan vital y tan poco «serio». El paso resultó traumático porque su desaparición fue muy rápida. Eso produce vértigo. Pero el proyecto está tan lleno de vida que ni lo sentí como una carga. Fue algo natural. Lo vi como la oportunidad de continuar un legado en el que creo firmemente."
-¿Qué pesaba más, el gusto o la ocasión, saber que cierto libro estaba postergado en español?
-Las dos cosas van juntas. El catálogo de Acantilado es un catálogo de lector, que es lo que debe ser un editor: un lector. Un buen lector. Por lo tanto, el catálogo responde a los gustos personales del editor. Lo que hace en todo caso es proponer a los lectores una línea. También hay libros que se le cruzan a uno en el camino. O uno recuerda lecturas que fueron importantes y que quizá cobrarían sentido a la luz de otros libros del catálogo. El catálogo de Acantilado es heterogéneo, pero, a la vez, está recogido y no hay estridencia.
-¿Hay diferencias entre tus intereses y los de Vallcorba?
-Mis intereses comulgaban el 90% con los de Jaume, si no, no nos hubiéramos entendido y no habríamos vivido juntos. Pero es cierto que por formación y por gusto, además de la literatura clásica griega y latina, que me encanta, me gustan mucho los clásicos de la literatura inglesa y norteamericana. En esa línea publicamos bastante: Hawthorne, Sherwood Anderson, Yeats... La liebre con ojos de ámbar, de Edmund de Waal, fue un libro que nos enamoró a los dos. Es que la edición no es un trabajo de 9 a 16. Es una manera de entender la propia trayectoria.
-Otra cuestión que llama la atención de Acantilado es el cuidado en las traducciones, muy lejos de las desastrosas traducciones, alevosamente peninsulares, que llegan a la Argentina desde España.
-Te digo algo: nosotros no gastamos dinero en marketing; gastamos dinero en edición. Es nuestra prioridad. Nos interesa tener un buen traductor, un buen equipo de edición, de corrección, trabajar el libro el tiempo que haga falta.
-¿Cómo ven el peligro de la compra o la fusión en grandes grupos?
-Una editorial es un equilibrio muy delicado entre la parte artística, que es la importante, aunque sin descuidar la parte empresarial. Pero desde luego esa posibilidad no está en mi panorama ni a corto ni a medio ni a largo plazo. Seguiremos siendo independientes.
-El catálogo es la obra del editor. ¿Será desde ahora una obra en colaboración?
-Sí, el catálogo es la obra del editor. Con el tiempos se verá cuál es mi parte. Él era un editor y yo soy otra editora. Y no puedo pretender ser Jaume. Esto no es una sustitución. Confío en que al final haya algo de mí que se haya destilado allí. Pero tampoco pienso mucho en eso.
Sandra ollo
Directora editorial
Profesión: licenciada en Filología hispánica e inglesa
Edad: 37 años
Tiene a su cargo una de las editoriales más prestigiosas de España
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