Tres ministros y un mismo decreto: la actividad cultural vuelve a fase 1 en el AMBA

El decreto de necesidad y urgencia (DNU) publicado ayer a la medianoche en el Boletín Oficial establece, entre otras cosas, que en la ciudad de Buenos Aires y en el Gran Buenos Aires (Área Metropolitana de Buenos Aires, AMBA) no podrá haber actividades culturales en espacios cerrados hasta el 30 de abril. Por lo tanto, a partir de hoy quedan suspendidas las actividades en teatros, cines, museos, bibliotecas y otras instituciones. Si bien el anuncio presidencial, realizado el miércoles a la noche por cadena nacional, había causado estupor entre trabajadores y empresarios de la cultura, se esperaban las precisiones del DNU, que solo confirmaron lo que había sido anunciado: la cultura vuelve a fase 1 en el AMBA. Solo las librerías y las galerías de arte (estas últimas con visitas con cita previa) permanecerán abiertas, en el horario permitido de 9 a 19. Desde los organismos de nación, provincia y ciudad de Buenos Aires informaron que por el momento no se prevén actividades al aire libre.

“Estas medidas por catorce días son necesarias para el cuidado de la salud de todos y todas -dijo el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer-. El Ministerio seguirá estando cerca del sector de las industrias culturales y de sus trabajadores y sus trabajadoras como el primer día”. Ayer, Bauer estuvo presente en Tecnópolis, donde funciona un vacunatorio. “En el mismo espacio que transformamos en un centro de asistencia sanitaria, ahora, junto a la provincia de Buenos Aires, funciona un vacunatorio para todos los vecinos y vecinas. Hay dos palabras fundamentales e indisolubles: salud y cultura. Acá vemos cómo se articulan al servicio del bien común. Vivimos un momento complejo para la humanidad y para el país, pero vamos a seguir trabajando desde el Ministerio de Cultura y desde este lugar, dedicado a la ciencia y a las artes, ahora también dedicado al cuidado de nuestra salud, para salir adelante y construir, entre todos y todas, una sociedad más justa”, afirmó.

Desde la ciudad de Buenos Aires, optaron por no hacer nuevas declaraciones al respecto. No obstante ayer, el ministro de Cultura porteño, Enrique Avogadro, publicó en su cuenta de Twitter un largo hilo donde reiteraba que en la ciudad, “desde el primer día”, habían decidido enfrentar la pandemia “con diálogo, información y transparencia”. “Vimos más claramente que la cultura es mucho más que esparcimiento o entretenimiento. Es nuestra identidad y es una herramienta de desarrollo personal y colectivo, fundamental para nuestro bienestar como sociedad y más importante que nunca en estos tiempos”, escribió el ministro. Y agregó que volver a cerrar toda la actividad cultural de un día para el otro contradice las medidas que se tomaron hace menos de una semana, afectando “la forma en la que venimos trabajando todos y todas en la lucha contra esta pandemia y los avances que fuimos logrando”. “No es justo que la cultura sea la primera en cerrar y la última en abrir -concluye el hilo del funcionario-. El diálogo y la toma de decisiones en forma consensuada, previsible y a partir de los datos y de la evidencia son valores fundamentales para que podamos superar esta crisis juntos. #LaCulturaEsSegura”. Días atrás, había declarado que cerrar las actividades culturales a las diez de la noche representaría “una herida de muerte” para el sector.

El ministro Augusto Costa, responsable de la cartera de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica, se manifestó en el mismo sentido que Bauer. “Indudablemente, el sector de la cultura es uno de los más afectados por la pandemia -señaló-. Por eso el año pasado acompañamos al sector con más de 800 millones de pesos distribuidos entre los 135 municipios. En las próximas dos semanas, en línea con las medidas dispuestas por el Gobierno nacional, los espacios culturales estarán cerrados en el AMBA, donde la curva de contagios es mayor a la del resto de la provincia. Sabemos del enorme esfuerzo que hizo el sector para adecuarse a los nuevos protocolos y brindar plena tranquilidad al público que asiste a los espacios culturales así como también a sus trabajadores y trabajadoras. Estamos convencidos de que no bien estén dadas las condiciones, la cultura podrá reiniciar sus actividades de manera segura. La semana que viene iniciaremos una ronda de reuniones con los sectores de la cultura para evaluar el nuevo escenario y definir próximos pasos y herramientas de acompañamiento por parte del Estado provincial, como lo venimos haciendo desde el principio de la pandemia”. Algunas instituciones culturales de la provincia que gobierna Axel Kicillof, como el Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti, recién habían reabierto sus puertas semanas atrás.

Una vez publicado el decreto en el Boletín Oficial, los responsables de instituciones privadas informaron que cerrarían sus puertas. Desde el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) se comunicó que permanecería cerrado hasta el 30, igual que desde el Museo de Arte Contemporáneo de La Boca, que tenía prevista para hoy la inauguración de la muestra de Juan José Landet, El atajo. “Todas las reservas realizadas para visitar la muestra serán reprogramadas -se informó desde el Marco-. La nueva fecha de apertura al público será anunciada luego del plazo establecido por las autoridades. Les recomendamos quedarse en casa, desde #MarcoLaBoca los acompañaremos nuevamente a la distancia”. El Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires (Macba), vecino del Museo de Arte Moderno porteño, deberá imitar a sus pares del Distrito de las Artes.

El viernes de la semana pasada, ante el arribo de la segunda ola de contagios al país, trabajadores de la Junta ATE de Cultura Nación habían solicitado a las autoridades del Ministerio de Cultura de la Nación que frenara la apertura de espacios culturales hasta que la situación epidemiológica estuviera contenida. En un comunicado, denunciaron que en varios museos no se respetaba la reserva previa de entradas ni el límite de una persona cada cuatro metros cuadrados en las salas, “especialmente en las inauguraciones de muestras”; que museos y espacios abrían seis o cinco días a la semana, lo que no permitía “la rotación de personal en contexto de pandemia” y que tampoco se respetaba el aforo de las actividades al aire libre.