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AREQUIPA, Perú.- El paisaje se acota con las cumbres que rodean una planicie rocosa, llena de polvo. La vista no es la mejor. El campamento está encajonado y los caminos serpentean a su alrededor para llegar hasta aquí. El bivouac contrasta con las bellezas que ofrece una región tan rica como histórica.
El entusiasmo de los peruanos por el Dakar se advirtió desde el primer día, en Mar del Plata. Promociones y lanzamientos que ayer se cristalizaron con autoridades y una carpa moderna, que se destaca del resto. Hoy Perú tendrá su primera etapa íntegramente en su territorio. Y junto con la algarabía local, un argentino se frota las manos y sueña con finalizar el Dakar tal como viene ahora: con prolijidad, persistencia y un sexto lugar en la clasificación general que lo pone bajo las luces de la atención dakariana . Más aún después de una jornada en la que casi destruyó el Toyota , por un vuelco.
Lucio Álvarez, el calvo piloto mendocino, de 34 años, padre de cuatro hijos, empresario (construcción, medios de comunicación e importador de frutos), se ilusiona con llegar a la meta sin modificaciones. Disfruta de su punto máximo como piloto "amateur".
"Claro que soy amateur. Yo me dedico a las empresas de la familia, no soy exclusivamente piloto. Por eso para mí es sensacional este presente", explicó Álvarez a LA NACION, mientras su navegante, Ronnie Graue, se sometía a la sesión de masajes.
El mendocino fue parejo. Jamás mejoró el 10° puesto en una etapa. Sin embargo, sin grandes inconvenientes, su ritmo lo catapultó al sexto puesto en la clasificación general (se retrasó Carlos Sousa), tras 11 jornadas de competencia.
"Es cierto. Pero la explicación está en que permanezco en un gran equipo, que siempre estuvo a la altura de las circunstancias. Con mi navegante mantenemos un trabajo lúcido y el vehículo transmite seguridad", agregó.
-Venís de una etapa en la que casi destruiste la Toyota. ¿Pensaste que se terminaba todo ahí?
-Sí, pensé que se había terminado todo. Pero se rompió la parte de afuera, nada más.
-¿Te condicionó para la etapa de hoy?
-Sí. Salí muy despacio. Mi navegante me dijo "ya se te va a pasar". Y así fue. Todos los días me cuesta 10 minutos encontrar el ritmo y esta vez tardé media hora.
-¿Y ahora que estás sexto pensás en eso también?
-No quiero pensar en eso. Como decía el Martín Fierro , "el cantor que busca buena fama sostenida es por no saber sustentarla". Yo no quiero ir más rápido de lo que debo. Es así, nunca estuve entre los 10 primeros en una etapa.
-¿Cuál es el secreto para estar ahí arriba?
-Lo vivo desde el amateurismo. Yo no tengo la presión de un profesional o de alguien que debe estar sí o sí adelante. Para otros, mi posición sería un problema. Sólo soy un amateur que anda bien.
-El Dakar potencia pilotos. ¿Te sentís en una posición privilegiada?
-Siento un reconocimiento distinto. Acá hago notas. El año pasado muy pocos periodistas estaban conmigo. Eso ayuda mucho.


