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Pierre Gasly recorrió los 73 kilómetros desde Faenza, luego de ajustar algunos detalles con el equipo en la sede de Alpha Tauri, hasta Mugello todavía en una nube. Es como que no ha caído de lo que sucedió en su vida el domingo pasado, cuando logró su primera victoria en la Fórmula 1 y en un circuito legendario como el de Monza. Sin público, es cierto, por la pandemia, aunque eso quedará como una anécdota. Fue el día en que no se habló ni de Lewis Hamilton, ni del equipo Mercedes, ni de Max Verstappen o Valtteri Bottas; fue la jornada donde nada sorprendió en la actualidad maltrecha de Ferrari, con los dos autos, de Charles Leclerc y Sebastian Vettel, fuera de pista. Fue el domingo de Gasly. El chico que debutó en 2017 con un Toro Rosso y que Red Bull promocionó y tuvo unos meses integrando la dupla con Verstappen, pero que luego de 12 carreras reemplazó por Alex Albon al no estar conformes con su rendimiento.
El renacer de Gasly fue rutilante. La adrenalina no bajó todavía. Incluso, le cuesta dormirse por las noches, reviviendo cada momento de Monza. "Esto es una locura. No puedo dormirme por las noches. Creo que el domingo, una vez que termine la carrera de Mugello, me desmayo", suelta ocurrentemente en un diálogo telefónico con el diario francés L'Equipe. Fueron días frenéticos, entre actos protocolares para los patrocinadores y reuniones con ingenieros y con Franz Tost, jefe del equipo Alpha Tauri.

Y la sorpresa que le dieron el domingo por la noche en su casa en Milán: lo estaban esperando en la puerta tres de sus mejores amigos, que habían viajado de sorpresa desde Francia para celebrar con él. "Me sorprendieron. Me hicieron sentir como si estuviera en casa. Nos divertimos mucho", contó Gasly. Que posteó en Instagram en soledad, con el trofeo: "Verificado ¡Me perdí esa sensación de victoria! ?? Es hora de reiniciar y reenfocar ahora. ¡Mugello este fin de semana!"
El piloto francés, de 24 años, oriundo de Ruan, sigue a 260km/h en su vida desde entonces. El buzo antiflama lo acompañó casi hasta que se fue a dormir (o a intentarlo), luego de las reuniones con el equipo, de análisis en medio de la euforia y hasta de retomar el contacto con sus familiares más cercanos. De hecho, en un intervalo, cuando pudo mirar por unos minutos el celular, además de ver la cantidad de mensajes que se iban acumulando, llamó a sus padres. "Ahí me enteré que mi papá había dado positivo de Covid-19 el miércoles anterior. Quisieron que no me preocupara y por eso no me avisaron antes. Por suerte su estado mejoró a partir del domingo. Le debe haber caído bien mi victoria", contó entre risas.

Aún sin poderse meter de lleno en la próxima carrera, que tiene un valor sentimental muy especial para Ferrari (1000 competencias) y en un circuito legendario, Gasly revive todo lo que le pasó desde entonces: desde los mensajes de felicitación de famosos, la charla con Vettel, lo que piensa sobre Hamilton y sobre si esta victoria le reabre las puertas para volver a conducir un Red Bull.


El lunes, entre sus múltiples actividades post triunfo, Gasly viajó a Salzburgo para participar en un programa de TV de la firma Red Bull. Y la inquietud es lógica: ¿tiene chances de volver a integrar el equipo junto con Verstappen? "Me dijeron que estaban orgullosos de mi. Pero no hablamos de la posibilidad de recuperar mi butaca en el equipo. Creo que no es el momento de eso. Hoy es momento de disfrutar de todo esto que me está pasando".

