Un final que nadie podía imaginar, no porque no pudiera suceder sino por las formas. Un desenlace que, además, abre un interrogante que mantiene en vilo a la NBA. Es que la eliminación de Los Angeles Lakers de los playoffs a manos de Minnesota Timberwolves terminó con el sueño de Luka Doncic, pero fundamentalmente con el de LeBron James, uno de los íconos de la competencia que, a los 40 años, evalúa si continuará activo o cerrará su carrera deportiva.