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MAR DEL PLATA.- Con sufrimiento al principio, cómodo y algo más acorde a los pronósticos en los últimos tramos del partido, Peñarol se quedó anoche con el primer juego de la serie final de la Liga Nacional al vencer 82-69 a Atenas. Mañana se hará el segundo, también en el Polideportivo Islas Malvinas, seguramente con un marco similar al de anoche, ante casi 6000 personas.
No le resultó fácil al local. Atenas llegó decidido a convertir a su defensa en su arma más valiosa. Y vio prontos resultados, en especial por la efectividad de sus triples (4 de 4 para 0-6 y 6-12) que lo encaminaron a una ventaja amplia en principio, ayudada por un equipo local que erraba. Así, el visitante se llevó el primer cuarto (17-18) y los roces, sumados a una terna arbitral estricta a la hora de pitar, sentaron pronto en los bancos a Leiva y Kanté, con lo que las zonas pintadas perdieron aún más protagonismo.
La recuperación de Peñarol asomó en el final de la primera mitad. Apenas apoyada en la solidez y espíritu de Marcos Mata, que con su eficacia en tiros de tres cubrió en parte el mal inicio de Gutiérrez, que recién apareció en el cierre para ir al descanso con un 37-34 a favor.
En la segunda mitad el juego fue igual de magro en calidad. Locatelli y su buena planilla fueron poco para un Peñarol que encontró caminos para quebrar la defensa rival, más con el ingreso de un encendido Campazzo y la vuelta de Leiva. Tanto para alcanzar y mantener en el tercer cuarto una ventaja que promedió los 15 puntos y se mantuvo casi hasta el final.
El equipo de Sergio Hernández, aún lejos del que ha sido lo mejor de la Liga, fue mucho para Atenas. Oscar Sánchez no encontró alternativas. Sorprendió con los pocos minutos que le reservó a Lo Grippo y sufrió a sus extranjeros, que aportaron poco, se cargaron de faltas y vieron desde afuera casi todo el último cuarto.
Dario Palavecino




