"El mejor de la historia soy yo"
Edson Arantes do Nascimento no aceptó compartir cartel y, de paso por Buenos Aires, habló de Maradona, Batistuta, Ronaldo, Gallardo, Ortega y Havelange
"¿El mejor de la historia? Si yo fuera torcedor, vería: ¿qué hizo este? Ganó dos mundiales, tres mundiales... ¿Cuántos goles convirtió? Tantos. ¿Cuántos años jugó? Cinco, diez, quince, veinte... Entonces, después de hacer una relación con todo lo que hizo cada uno, me tengo que quedar con Pelé. Porque, si se hace la comparacion de lo que hice..."
Suite 2150 del Sheraton Towers. Un grandote custodia la puerta mientras Edson Arantes do Nascimento se acomoda en el living. Mano a mano con La Nación , escucha tres nombres con historia y acepta el desafío de compararse.
-Maradona, Cruyff, Di Stefano.
-¿El mejor de todos los tiempos? Yo.
Tricampeón mundial con Brasil, autor de 1282 goles en 1364 partidos, proclamado Rey del Fútbol después de 22 años de una trayectoria brillante, Pelé libera su ego sin temor a oposiciones.
-En el análisis, ¿a Maradona lo perjudican sus problemas con las drogas?
-Yo ya hablé mucho de Maradona y sus problemas. Creo que ahora hay que intentar salvar al ser humano. Yo traté de ayudarlo. Había hecho un proyecto para que Maradona fuera a jugar a Santos. Lo llevé a él a Río, lo senté en una habitación, hablamos y arreglamos todo personalmente. Pero después sus abogados y sus orientadores entendieron que tenía que ganar más plata. Y fue una lástima, porque era una gran oportunidad para él. Iba a salir de su ambiente.
-¿Está de acuerdo con el sindicato que él preside?
-Empezó errado, empezó mal. Porque tenía que hablar con un grupo de abogados, de gente que entendiera de leyes, de trabalhistas, y no fue así. Entonces, los jugadores empezaron a hacer publicidad y a decir que tenían el sindicato. Y no tenían nada ainda (todavía, en portugués). Y eso les dio tiempo a los del otro lado para que se prepararan.
-Pero, ¿la idea le parece buena?
-Yo hace mucho que vengo hablando que el jugador de fútbol no tiene unión. Lo que hacemos por la sociedad es una cosa increíble. Pero ni la FIFA ni los que hacen los torneos internos nos consultan. Los jugadores tendrían que tener un sindicato, una cosa más fuerte para discutir. Ellos (por la FIFA) venden los derechos del Mundial bárbaramente (sic), en millones de dólares. Y hay tanta plata que los jugadores en cualquier momento van a terminar jugando a las cuatro de la madrugada.
-A usted no le cae bien Havelange, ¿no?
-En la FIFA siempre decide él qué hay que hacer.
-¿Es un dictador?
-Nosotros entendemos eso.
-¿A quién va a apoyar para las próximas elecciones, a Blatter o a Johansson?
-A Johansson. El hizo un tarea muy buena en la UEFA. Y trabaja para el fútbol. Entiende que el fútbol tiene que ser mucho más democrático, que las cosas tienen que ser discutidas, más abiertas, sobre todo en los negocios, en la publicidad. La FIFA ya tiene mucha plata, ahora tiene que retornar a las bases del fútbol.
-¿En el próximo Mundial podrá verse algún retorno al buen fútbol, al menos?
-Yo creo que sí. Se va a ver un Mundial bueno, ofensivo, porque en los últimos tiempos surgieron muy buenos atacantes. Están Ronaldo, Batistuta, Raúl, Zidane, Denilson. Antes sólo se hablaba de Romario y de Matthaeus.
-Casi todos proyectan a Ronaldo como el mejor del Mundial.
-Este es el momento de él. Juega en Europa, tiene experiencia. Pero también tiene mucho peso encima con eso de reemplazar a Pelé y a Maradona. Es muy conocido y, para jugar bien, es mucho más fácil ser un desconocido. Lo digo por experiencia.
-¿Quién será el campeón? La mayoría habla de Brasil.
-Ah, sí, claro. Brasil tiene los mejores jugadores, pero no tiene juego de conjunto. No sé... tengo demasiados candidatos:Inglaterra, España, Rumania, Francia... y también están Italia y Alemania, que, aunque no estén bien, en los mundiales deben ser respetados.
-¿Y la Argentina?
-Mejoró mucho. Hace dos años no estaba bien, pero ahora Passarella arregló el equipo. Creo que pueden estar entre los cuatro mejores. No cuentan con las individualidades de Brasil, pero la defensa está bien y tienen un buen ataque, con un muchachito... Marcelo... que tiene 21 años... ¿cómo se llama?
-¿Gallardo?
-Sí, ese, Gallardo. Muy buen jugador. El y Ortega, que puede ser la estrella del Mundial. Y después está Batistuta, que con todo lo que hizo en Europa es importante. En Brasil nos cuesta entender que él no pueda jugar en un equipo. Yo lo pondría de titular. El también puede ser una de las figuras.
Una ley contra el poder
La semana última, el presidente de Brasil, Fernando Cardoso, aprobó la ley Pelé, que, entre tantos puntos, establece que en dos años los jugarores serán los dueños de sus pases y que los clubes podrán transformarse en sociedades anónimas.
-A su entender, ¿cuál es el punto más importante de la ley que presentó?
-El que defiende a los jugadores, porque gracias a esta nueva ley el futbolista será dueño de su vida y dejará de ser un esclavo. Ahora, el jugador puede hacer los contratos que él quiera.
-¿Puede funcionar esta ley en nuestro país?
-En la Argentina sucede lo mismo que en Brasil y nosotros no podemos escaparnos del mundo. Lo que vivimos hoy en América del Sur ya sucedió en Europa, los Estados Unidos y Japón.
-¿Se reunió con alguien de la Argentina para tratar este tema?
-Estuve dos veces con Hugo Porta, quien me contó que está interesado en crear una ley similar. Menotti también se preocupó en su momento y Passarella me envió un mensaje para conocer a fondo el tema.
-No fue una tarea sencilla la sanción...
-Es cierto. Es que antes sólo había dos o tres personas poderosas de acuerdo con el antiguo modelo, quienes hacían lobby en el gobierno para que no se aprobara la ley. Tan fuerte fue la presión, que, en su momento, Joao Havelange amenazó con eliminar a Brasil del Mundial.
-¿Usted cree que por eso no lo invitaron al sorteo del Mundial de Francia, en Marsella?
-Ahhh, claro. Ese fue uno de los problemas y también porque me quejé por la organización del Mundial.
-¿Y cómo lo tomó?
-Tranquilo, porque el mundo estaba conmigo. Sólo Havelange y su yerno (Ricardo Teixeira, el titular de la Confederación Brasileña de Fútbol) estaban en contra.
Una mezcla de rey y diplomático
Media hora después de lo acordado, Pelé llegó con su mejor sonrisa a la entrevista. No pidió disculpas por la demora ni mucho menos. Prefirió saludar a los presentes como si los conociese de toda la vida y comenzó a manejar la situación como si estuviese vistiendo la camiseta número 10 del Santos hace más de treinta años.
Es que para Pelé, la mañana fue creada para descansar, a tal punto que su agenda protocolar comienza a completarse a partir de las 12, precisamente, la hora del encuentro en el piso 21 del Sheraton Tower.
Vestido con un impecable saco azul y pantalón gris y acompañado por un custodio y un secretario, no fue necesario pedirle a O Rei que pose frente a la cámara fotográfica. Como un experimentado modelo, se puso de espalda a "su querida Buenos Aires", mientras recordaba aquella primera vez que visitó esta ciudad, a los 17 años.
Rápidamente se acordó de Angel Labruna, Amadeo Carrizo, César Menotti y Antonio Rattin, de quien dijo estar al tanto de sus explosivas declaraciones con respecto a la droga. "Yo nunca consumí nada", replicó ante la obvia consulta.
Con una diplomacia asombrosa, Pelé cuida cada detalle de su imagen. Desde las declaraciones hasta los movimientos. Su figura impone poder, respeto y admiración en igual medida entre los empleados del hotel o los empresarios con los que compartió un almuerzo en el restaurant El Aljibe. También estuvo reunido media hora con Enzo Francescoli.
De la miseria a rey
Aquel niño que nació en medio de la miseria de Coracoes, en Minas Gerais, el 23 de octubre de 1940, hoy es el ministro de Deportes de Brasil, visita con frecuencia a reyes y a presidentes y se da el lujo de competir con el poderoso Joao Havelange.
Su sobrenombre es sinónimo de fútbol en cada rincón del planeta y por tal motivo, la poderosa tarjeta de crédito Mastercard (una de los sponsors oficiales del Mundial) lo eligió para las campañas promocionales. Hoy es la Argentina y mañana será México, Japón o quién sabe dónde.
De muy buen semblante y sin negarse a ninguna pregunta (hasta aceptó desearle felicidades a Xuxa, su ex novia, por el futuro nacimiento del hijo, ante el pedido del periodista de "El rayo"), Pelé no dejó de lado su demagogia y confesó ser simpatizante de Boca.
Apenas 24 horas duró la visita de Pelé a nuestro país, escaso tiempo para reunirse con su "amigo Carlos Menem", pero sí suficiente para dejar una imagen que mezcla algo de rey y diplomático.
Más leídas de Deportes
Título en juego. A qué hora juega Estudiantes vs. Vélez, por la final de la Copa de la Liga 2024
Ganó credibilidad. Canelo Álvarez obtuvo mucho más que un combate ante Jaime Munguía en Las Vegas
“Me cuesta seguir disfrutando". Diego Schwartzman anunció el final de su carrera: cuándo planea jugar su último torneo