Estudiantes - San Lorenzo: la contundencia del Ciclón fue demasiado para un adversario demasiado tibio

San Lorenzo, que venía golpeado por la eliminación de la Copa Argentina, hizo lo que debía: ganar. Pese a que no brilló y su funcionamiento aún es una incógnita, superó con justicia a Estudiantes como visitante y el triunfo lo deja vivo en la Copa de la Liga Profesional. El Ciclón ganó por 2-0 por los goles de Nicolás Fernández y Juan Ramírez, y quedó a cuatro puntos de la zona de clasificación a los cuartos de final.

El primer tiempo, de desarrollo parejo, tuvo dos actores principales (uno por bando): Franco Di Santo y Nicolás Pasquini. El delantero de San Lorenzo protagonizó las dos mejores jugadas ofensivas de su equipo. En la primera, desbordó por izquierda, levantó la cabeza y la pasó al medio para que la empujara Fernández (1-0). En la segunda, él fue quien convirtió, pero el juez de línea le anuló el tanto por una inexistente posición adelantada.

El lateral de Estudiantes lideró las dos acciones de ataque más incisivas del conjunto local. Fueron dos centros perfectos, ambos desde la franja izquierda, aunque con diferentes resoluciones: un cabezazo de Juan Sánchez Miño desviado y una definición de Manuel Castro, también de cabeza, que atajó el arquero José Devecchi.

Si bien la primera mitad no contó con grandes supremacías, el Ciclón dominó el segmento inicial y el Pincha controló el tramo final. Lo que les faltó a ambos conjuntos fue disponer de mayores variantes en los metros decisivos. San Lorenzo dependió demasiado de los destellos de Di Santo, mientras que Estudiantes abusó en la búsqueda de Leandro Díaz; el atacante complicó con su enjundia, pero por momentos careció de compañía.

Si el capítulo inicial había sido discreto, el comienzo del complemento resultó burdo: fricción, faltas, imprecisiones e inexistencia de situaciones de peligro. En la segunda etapa, la terna arbitral liderada por Andrés Merlos cometió otro error grosero al no sancionar un penal claro de Alejandro Donatti, que extendió uno de sus brazos y tocó la pelota con la mano.

A pesar de la escasez de recursos ofensivos de los dos equipos, ambos contaron con una ocasión nítida. La diferencia, otra vez, estuvo en la eficacia. El Pincha llegó por arriba (la bajó bien Díaz) y el ingresado Martín Cauteruccio no pudo empujarla. Del otro lado, todo lo contrario: en una de las pocas veces que el Ciclón avanzó a fondo, lo hizo con absoluta justeza; una buena jugada colectiva por derecha, pase de Franco Troyansky y definición de Ramírez (2-0).

San Lorenzo respira. Tras quedar eliminado de la Copa Argentina, precisaba un triunfo y no tenía un rival sencillo. El Ciclón hizo lo que pedía su convulsionado presente: ganar para eludir una crisis. Estudiantes, en cambio, comenzó muy bien el torneo y se derrumbó en las últimas tres fechas.