FRANCESCOLI
Sus admiradores lo recuerdan cada vez que de talento se opine, y la única razón es que Enzo Francescoli dejó una marca inolvidable en las canchas del futbol argentino, en las que deleitó con sus pinceladas de genialidad y sutileza; y su perfil sin exabruptos.
"Pará, que no soy un santo... Algunas macanas me mandé", dice avergonzado ante los elogios de una simpatizante que le pide un autógrafo en la confitería Del Aguila, de la avenida Figueroa Alcorta, frente al Monumental.
A más de dos años y medio de su retiro del fútbol profesional, el Príncipe divide sus tiempos entre la vida familiar y los negocios de la empresa Tenfield, con Paco Casal y Nelson Gutiérrez como socios, que maneja los derechos de televisación del fútbol uruguayo. En la charla con La Nacion, recordó pasajes de su carrera, habló de sus preocupaciones, del presente de River y de su traumático retiro del fútbol.
-¿Pensás en las huellas que dejaste en el fútbol mundial?
-No, los recuerdos se me escapan con el correr de la vida.
-¿Retrocedés en el tiempo y te emocionás con alguna imagen futbolera?
-Sin duda; lo que más me marcó fue mi partido de despedida, cuando veo las imágenes de la gente acongojada y llorando.
-Desde el último partido oficial hasta el de la despedida, el 1º de agosto de 1999, transcurrió un año y medio, ¿era como si le faltara un final a tu carrera?
-Sí, siempre lo hablaba con mi señora (Mariela); sentía que no había abandonado todavía. Fue una fiesta hermosa, pero terriblemente emotiva. Después de ese partido me fui de vacaciones con mi familia y estuve cuatro días engripado y en cama debido al bajón anímico que me agarró.
-¿Te costó superarlo?
-Sí, todo fue producto de esa melancolía y tristeza que me agarró tras despedirme, definitivamente, de la pasión que me acompañaba desde chico.
-¿Cómo decidiste tu retiro?
-Fue algo muy pensado. Siempre dije que me iba a ir cuando me sintiera cansado y cuando no tuviera más ganas de concentrarme. ¿Por qué demoré tanto en rosolverlo? Porque creía que era un tema del stress, pero me di cuenta de que cada vez quería jugar menos. Estaba pasado de la cabeza, del periodismo, de las presiones... Por ser el capitán filtraba mucho y todos los problemas con Ramón Díaz recaían en mí. Francescoli se acomoda en la silla y juega, inquieto, con un sobre de azúcar; y sigue.
"Cuando regresé a River, tras mi paso por el fútbol europeo, sabía que estaba bien físicamente, pero nunca imaginé tantos logros, como ganar la Copa Libertadores, la cual era una cuenta pendiente de 1986 cuando me vendieron a Racing Matra, de París, y me quedé con las ganas ."
-¿Sos consciente de lo que generás en el hincha de River?
-No sólo de River sino también de otros equipos. Todos me lo demuestran, desde el hombre de 60 años que se emociona cuando me vé, hasta el chico que se pone colorado cuando me saluda. Algo que me emociona mucho es cuando me entero que un padre le puso el nombre Enzo a su hijo en honor a mí, como hizo Zinedine Zidane.
-¿Te sorprende?
-Me hace pensar: "pucha, hice cosas importantes". ¿Si me satura firmar autógrafos? No, pero por momentos es incómodo, como me pasó de estar en un aeropuerto y que 300 chicos de un colegio me pidieran que les firmara a todos.
-¿Qué es lo peor que te pueden hacer?
-Traicionarme. Como todo escorpiano perdono, pero no olvido. Me juego por mis amigos, pero si me fallan me alejo.
-¿Qué cosas te dan temor?
-La violencia social que vivimos y la posibilidad de crecimiento en el futuro. A mí me queda menos que recorrer pero mis hijos, Bruno y Marco, tienen 13 y 11 años, respectivamente, y me da miedo que vivan en una sociedad desprotegida.
-¿Y River...?
-River ya estaba bien armado y con la incorporación de Ortega va a tener una ventaja sobre el resto. ¿Si pueden jugar juntos Aimar, Ortega, Saviola y Angel? Dependerá del sacrificio que hagan. Hay que ver cuánto puede resistir un equipo que estará obligado todo el tiempo a atacar.
-¿Aceptarías un cargo en River?
-Hoy no, porque estoy en otra etapa de mi vida, con otros proyectos. Pero en un futuro es posible.
-¿Saviola debe ser vendido?
-Es un tema muy personal y no me gusta crear influencia en nadie. Pero en el fútbol no se puede depender del futuro, ya que es muy incierto y uno no sabe si mañana va a hacer goles o no. Y hay veces que, aunque duela, hay que tomar decisiones más allá del corazón.
-¿Y las eliminatorias?
-Dentro de lo previsto Uruguay marcha bien, con algún altibajo producto de que es un plantel nuevo que atraviesa un cambio generacional. La gente está más ilusionada que en años anteriores y recién está asimilando el hecho de que un técnico argentino (Daniel Passarella) maneje el equipo.
-¿Y la Argentina...?
-Creo que está un escalón por encima de todos en el continente sudamericano, inclusive de Brasil, ya que tiene un plantel más completo. Creo que en Aimar tiene un jugador que puede ser fundamental para asumir las responsabilidades cuando las cosas no sean fáciles. Y, además, está en su momento justo.
Así es Francescoli hoy; como siempre, sin levantar la voz. Nunca le hizo falta en la cancha o fuera de ella.
Definiciones de un Prícipe
- "Mi mayor orgullo son mis hijos; después, lo demás va y viene. No te voy a decir que no estoy feliz de ser lo que soy, pero creo que la mayoría de las cosas pasa por lo que dejás. Y el reflejo de lo que aprendí en mi vida lo voy a observar en ellos."
- "Creo que mi gran virtud, sacando el tema de la técnica, fue que tuve la condición de creer que nunca había llegado a la cúspide y esto me sirvió de motivación para tratar de superarme. Nunca me interesó lo bien que me había ido en el partido anterior."
- "Me molestaba que me compararan con Maradona, como los ídolos bueno y malo. Muchas veces lo he defendido y trato de explicarle a la gente que ser famoso a los 18 años, a la altura del Papa, no es simple."
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