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ROMA (ANSA).- "Alí Babá y los 40 Moggi", decía uno de los carteles, acaso el más expresivo, de los muchos que fueron exhibidos ayer en todos los estadios italianos como expresión de repudio al polémico título conquistado por Juventus. "Al descenso por teléfono: Moggi infame", "Tarifa Moggiphone: hablá, hablá y pagá al fin del campeonato" y "Hace años que juego al pronóstico deportivo: si le preguntaba a Moggi habría ganado algo", decían otros carteles.
Luciano Moggi es uno de los protagonistas del escándalo que sacude al calcio luego de las escuchas que desnudaron su poder sobre árbitros y demás clubes. Ya había renunciado como directivo del Consejo de Administración de Juventus y ayer lo hizo también a su cargo de director general del club. "Ahora pensaré sólo en defenderme de todas las cosas desagradables que se dicen sobre mí", dijo Moggi, que está citado para prestar declaración indagatoria hoy ante la fiscalía en Roma. Le rogó a la prensa que no lo hicieran más preguntas. "Mi alma ya no aguanta más. Está muerta", agregó.
Moggi encontró un firme apoyo en los tifosi de Juventus: "Si Moggi vendía es que había quienes compraban" y "El fin justifica los medios: gracias Moggi", decían dos carteles en su apoyo.
Por otra parte, hinchas de Livorno apuntaron a su vez a Marcello Lippi, ex DT de Juventus y de la selección italiana, también implicado en las escuchas, mientras que los de Reggina ironizaron sobre el posible descenso de Juventus con la leyenda "A-iuto (ayuda), B-ye, B-ye".
Tampoco faltaron ironías hacia el renunciante presidente de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC), Franco Carraro: "Game over". También el árbitro internacional Massimo De Santis, excluido del próximo Mundial, figuraba en algunas pancartas, entre las que se destacaba una expuesta en el partido Cagliari v. Inter: "Sos la vergüenza mundial de Italia".
El primer ministro saliente Silvio Berlusconi, cuyo imperio empresarial incluye al Milan, segundo en la Serie A esta temporada y la pasada, dijo que su club debe recibir los dos últimos títulos. "Exigimos que los títulos que merecemos se nos devuelvan", declaró Berlusconi. "Estamos hastiados de esta injusticia". Y el director técnico de Inter, Roberto Mancini, dijo que el último torneo de la Seria A de la liga italiana de fútbol había sido "arreglado".
Las investigaciones no cesaron ayer y se supo que la Federación Italiana de Fútbol será intervenida mañana por la Junta Ejecutiva del Comité Olímpico Nacional (CONI). Además, el juez de línea Aniello Di Mauro declaró en una comisaría de Roma por su participación en el partido Reggina 2 v. Juventus 1, del 6 de noviembre de 2004, día en que Moggi y Antonio Giraudo, directivo de Juventus, pusieron al árbitro de ese partido, Gianluca Paparesta, y a sus colaboradores, bajo llave en un camarín hasta que dieran explicaciones por su actuación.
El fiscal de Nápoles Gioseppe Narducci, uno de los encargados de la investigación que trata de aclarar presuntos manejos en la pasada temporada del campeonato italiano, no descartó que las irregularidades existieran ya en torneos de años anteriores.
41 son las personas investigadas en Italia incluyendo dirigentes, jugadores y árbitros.

