Argentinos aguantó la presión y hundió más a los Rojos
Con poco, el conjunto de La Paternal superó por 3 a 1 a un Independiente que no encuentra el rumbo y sigue último
Era cuestión de resolver la urgencia. En Avellaneda, la histeria dominó la escena. Los apuros de Independiente y de Argentinos resultaron determinantes para el desarrollo del juego. Pero sólo el conjunto de la Paternal tuvo en claro cómo soportar tanta carga emotiva. Sin demasiados atributos se quedó con todo, le alcanzó porque enfrente los Rojos nunca supieron cómo aguantar tanta presión. Por eso están últimos, con apenas un gol convertido y sin victorias; en realidad, con cuatro derrotas. Un contexto que Ramón Díaz no pudo resistir más.
Para Argentinos también había una carga adicional en su excursión por la casa de Independiente. Vivió una semana compleja, en la que se accidentó el DT Néstor Gorosito, lo que llevó a que el cuerpo técnico tuviera que renunciar y se contratara a uno nuevo, Leonardo Astrada. Por eso el triunfo fue muy festejado por los jugadores, que abrazaron a Jorge Borelli, ayudante de campo de Pipo.
Sumar era importante también para el equipo de la Paternal porque apenas había cosechado un punto por una igualdad ante Unión (0-0), en la primera fecha, y tenía derrotas con Newell’s Old Boys (1-0) y San Lorenzo (1-0). Es cierto que no jugó un gran partido, pero entendió que enfrente había un rival desorientado. Quizá por eso le alcanzó con darle el primer golpe para poder tomar el control del juego. Con un cabezazo de Nicolás Batista y, después, con mantener el orden ante los ataques inconexos del rival, fue suficiente.
Independiente volvió a ser un equipo desorientado, flojo en la defensa, sin volumen de juego y con escaso peso ofensivo. Una imagen que se repitió en cada encuentro de los Rojos en el Clausura, porque ofreció versiones idénticas en las caídas con San Martín, de San Juan, (1-0), Lanús (1-0) y Estudiantes (2-0).
En apenas un mes el equipo del Pelado Díaz pasó de ser candidato al título a tener que mirar la tabla del descenso. Por eso es que no pudo anoche encontrar respuestas anímicas ante cada golpe de Argentinos, que se limitó a esperar los errores de los jugadores locales. Quizás en el desempeño de Hilario Navarro se pueda entender de qué se trata el momento que debe soportar el plantel. El arquero de Independiente mostró errores determinantes para la victoria de Argentinos; para la derrota de Independiente.
Así fue que el Bicho se sintió seguro en el campo. Es que vio cómo se le abrió el camino con acciones sencillas, porque con dos remates de larga distancia, primero de Bordagaray (se le escapó a Navarro entre las manos) y después de Bárzola (en esa acción el guardavalla falló en el manotazo para frenar el disparo), se llevó merecidamente los tres puntos. Porque aun con el descuento de Battión, la victoria jamás estuvo en riesgo. En definitiva, el Bicho se aprovechó de la desesperante situación de Independiente. Sólo eso.
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